Eso le enfadó, no sabía por qué pero estaba sumamente cabreado. Verlos le recordaba a aquella noche, en la que había perdido a su profesor y a alguien que podría haber sido un buen amigo.

—Kirishima es aquí. Mucha suerte hijo, estaré esperando fuera —salió de sus pensamientos al verse frente a una puerta negra con pomo dorado. El señor Bakugo le sonreía amablemente, y asintió agradecido.

Cuando pasó vio a todos los miembros del consejo sentados. Eso le imponía, pero se sentó en la silla que le indicaron y esperó a que el ministro Skyline llegase.

—Lista disciplinaria. —La voz del mencionado ministro se escuchó en la sala. Miraba a Kirishima por encima del hombro, y se sentó en su silla con aires de grandeza—. Con respecto a los delitos cometidos por Eijirou Kirishima.

Parecía que iba a seguir, y Eijirou comenzaba a sentirse un poco incómodo por la forma en la que todos le miraban en esa sala, cuando una voz conocida le alivió.

—Me presento como testigo de la defensa —Toshinori Yagi entró por la puerta, con las manos a la espalda y una mirada totalmente seria, algo que no era común en él—. ¿Cargos?

—Se le acusa de que sabiendo de la ilegalidad de sus actos y lo que eso conllevaba, convocó un hechizo patronus en presencia de un muggle. ¿Niega estos hechos señor Kirishima?

—No pero-

—¿Y es consciente que está prohibido el uso de la maga en menores?

—Sí señor per-

—Señoras y señores —Eijirou se frustró cuando el ministro le interrumpió por segunda vez, ¿es que no podían dejarle hablar un momento para explicarse? —, Ya ven, el joven no niega ninguna de las dos cuestiones.

—¡Lo hice por los dementores!

Acabó por explotar y se arrepintió al ver las caras de todos los adultos. Sentía que no le estaban creyendo y eso no era nada bueno.

—¿Dementores? Eso es imposible. Todos se encuentran bajo custodia del ministerio —un hombre rubio alzó una ceja, mirando incrédulo a Kirishima.

—No miento, lo juro. Dejaron muy mal a mi primo, incluso se desmayó. —Kirishima trataba de hacerles entrar en razón. No podían traer ningún testigo porque estaban solos y los muggles no podían ver a los dementores.

Los miembros cuchichearon un rato, y uno de ellos le pasó un papel a Skyline. Éste frunció el ceño, dejando el papel sobre la mesa.

—Parece cierto... —Kirishima notó que el ministro no parecía contento por eso y no sabía por qué—. Pero no se sostiene. Los dementores no van paseando, y mucho menos se topan por casualidad con un mago. ¿Insinúa entonces que un miembro del ministerio ha programado esos ataques? Es una acusación muy grave.

—Cierto —Toshinori habló por primera vez en todo el juicio, y miró seriamente a Skyline—, por eso confío que el ministerio llevará a cabo una investigación sobre por qué esos dos dementores estaban en ese lugar y por qué planearon un ataque no autorizado. Según la ley la magia puede ser utilizada por un menor si su vida peligra.

—Las leyes se pueden cambiar, Toshinori.

—Lamentablemente, pero desde cuándo se realiza un juicio para tratar un simple caso de magia en menores.

Yagi tenía al ministro contra las cuerdas. Algunos miembros comenzaron a asentir, dándole la razón al director, y Skyline comenzaba a ponerse nervioso. De pronto, una de las magas se levantó, mirando a Kirishima.

—¿El patronus era completo? Quiero decir, tenía una forma definida o tan solo se trataba de humo.

—No era... Un ciervo, ese es mi patronus. Un profesor me enseñó en tercero.

Eijirou Kirishima y la Orden del FénixOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz