capítulo 14

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El pequeño estaba rodeado de niñas y niños que curiosos preguntaban si Aixa era su mami, a lo que Shun contestaba una amplia sonrisa —es mi amiga— ganándose variad exclamaciones, Shun estaba contento porque Aixa había llegado a su rescate, él estaba muy solo y se sentía triste al ver a sus demás compañeros convivir con sus mamás, mientras él se tenía que quedar apartado fingiendo que todo aquello no le dolía.

Sus compañeros no eran muy amables con él la mayor parte del tiempo, por eso le sorprendió cuando la niña que le gustaba se sentó a su lado y platico con el de muchas cosas y después más niñas se les unieron, estos últimos preguntando por su acompañante.

Aixa cruzó el umbral de la puerta no sin antes tomar una foto más de Shun y sus amigos para mandarla a su amiga Naila.

—Nos vamos Shun— pregunto la chica, Tom ya le había marcado que estaba afuera y ella suponía que él nunca se había ido del lugar pues era demasiado rápido para que llegara.

Shun recogió sus cosas y le entrego a Aixa las de ella, ambos se despidieron de la maestra, pero esta interrumpió su caminar cuando saco una revista de su bolso y pidió a Aixa le firmara una columna que la aludida había escrito sobre el romance y la moda; Aixa la firmo y sostuvo de vuelta la mano de Shun.

Corrieron por el pasillo para evitar que alguien más los detuviera; por fortuna nadie lo hizo.

Shun no cabía de la emoción su sonrisa amplia y llena de alegría y vida en su angelical cara demostraba lo mucho que se divirtió ese día, apreciaba mucho a Aixa había sido una sobre carga de amor lo que sintió al saber que la chica bella pasara ese día tan importante con él.

—Te gustaría ir a comer— preguntó Aixa, Shun asintió —oh, mira ahí está mi amigo, vamos.

Revisaron ambos lados de la calle y corrieron al ver que no venía ningún carro transitando, el pequeño amplio más su sonrisa, el carro frente a sus ojos era ¡woow! Su papá jamás podría tener un carro como ese, y recordó a su madre, deseo que estuviera con ellos para ya no ver triste a su papá; o algo mejor, que Aixa fuera su nueva mamá. Eso sería increíble tanto para su padre como para él y su hermanita.

—Hola hermosa— Shun frunció el ceño al ver al tipo quien beso rápidamente los labios de su amiga. —Hola...

—Shun... se llama Shun, es el sobrino de Naila.

—Por supuesto, ¡hola Shun!— acaricio los cabellos del niño y abrió la puerta trasera para que el niño entrara, este subió confundido, abrió sus ojos cuando vio los brazos del tipo que ahora cerraba su puerta, estaban llenos de tinta con diversos dibujos que a Shun le habían llamado la atención.

Tom prosiguió abriendo ahora la puerta de Aixa.

—Adelante Madame... tiene planeado algún lugar para comer.

—Gracias mi caballero de tinta— Tom no espero su respuesta, se apresuró a cruzar al otro lado de la puerta y entrar al coche para ponerlo en marcha.

—¿Y bien?

—Estaba pensando en que me sorprendieras Tom... oh— se volteó mirando al pequeño quien jugaba con su nueva figura de acción —tu qué opinas Shun, ¿dónde te gustaría?

—¿Puedo elegir?— preguntó el pequeño con ojos soñadores esperanzados, Tom sonrió y respondió de manera amable un —«por supuesto pequeño»— Shun lo pensó por eso de cinco minutos después miro a ambos que esperaban su respuesta.

—Me gusta Nan2 podemos ir ahí— sonrió apenado.

—Entonces Nan2 será— respondió Tom girando el carro en el retorno regresando por la vieja ruta.

Nan2 era un pequeño restaurant de comida rápida, soda recargable, hamburguesas yumbo con doble carne etc, nachos con queso, de carne o pollo y variedades de comidas grasas, Shun estaba emocionado al igual que Tom que amaba ese tipo de comidas, Aixa era una chica más de verduras, encaladas y carnes sin condimentos y terminó medió; pero ese día decidió hacer una excepción tal vez Blake tenía la razón después de todo y ella no era para ir a lugares como ese, pero ella soñaba con comer una hamburguesa y por ello ahora se hallaba agregando más manchas al atuendo que vestía, el cual ya estaba lleno de pintura y ahora se le sumaban rastros de cátsup, mostaza, migas de pan y jengibre.

Shun no dejaba de narrar las veces que su papá los sacaba al parque que por cierto eran muy pocas según el niño, pero él parecía sumamente feliz de compartir esos momentos con su padre.

Tom había quedado cautivado con la esencia de Shun.

Miro por el retrovisor del coche una vez más, hacía diez segundos que abandonaron el local después de que Aixa avisara a su amiga que iban en camino a dejar a Shun en su casa.

Afuera el viento golpeaba los cristales del coche y los tripulantes solo podían encogerse en sus asientos tratando de capturar toda la calidez de la calefacción.

Los mayores no dejaban de lanzarse miradas, Aixa creía estar en un sueño de esos que solo pasan cuando estas profundamente dormida; esperaba no despertar.

Los muslos le cosquilleaban, el cuerpo le hervía en deseo, jamás antes había sentido tales sensaciones en especial en su zona intima, apenada y sonrojada bajo la mirada soltando un manotazo a la traviesa mano del chico que manejaba.

—No hagas eso— musito enojada, su ceño fuertemente fruncido en dirección a Tom.

—Lo siento, yo creí que...

—Solo no lo hagas— se giró hacia Shun quien miraba todo con su frente arrugada. Levanto la vista a la chica y le sonrió avergonzado, recordaba haber visto esos mismos gestos de su padre a su madre. Creyó que eso estaba bien, aunque también se sentía triste; pues tenía la esperanza de que Aixa y su padre estuvieran juntos como alguna vez lo estuvieron su padre y madre.

—Puedes esperar aquí...— no fue una pregunta si no una orden directa. Aixa salió del coche cerrando la puerta con un poco más de la fuerza necesaria.

—¡HEY! no te enojes ¿sí? No creí que te molestara.

—No quiero hablar de eso— menciono viendo como Shun salía corriendo del coche para tocar la puerta de su casa. Aixa lo siguió ignorando que la puerta del lado del conductor se abría y cerraba.

Lo siguiente que escucho fue las zancadas de Tom correr detrás de ella, acelero el paso y también toco a la puerta con insistencia.

Dibujo una amplia sonrisa al sentir las manos posarse en su cintura ciñéndola al fuerte pecho del chico a su espalda, un ligero viento soplo en su nuca y lo siguiente fueron los húmedos labios de Tom moviéndose en su cuello dando minúsculos besos.

Envueltos en una burbuja de deseo que los cubría de pies a cabeza ignoraron que la puerta se había abierto, Aixa abrió desmesuradamente los ojos, golpeándose mentalmente al ver a Blake parado frente a ellos con el ceño fruncido y lo puños cerrados. Se sentía herido y engañado aunque no tenía ningún derecho pues él y la mejor amiga de su hermana no eran más que simples conocidos

—¡Hola, Blake!— saludo la chica, sintiendo la opresión en su pecho al ver el rostro decaído del hombre —¿Tom?— se volteo para mirar al nombrado, este asintió prestando atención —puedes esperar aquí... ne-necesito platicar con Naila.

Tom asintió depositando un casto beso en los labios de su pronta "Novia" con arrogancia viendo como el otro chico fruncía los labios en una rotunda mueca de disgusto.

Tom estaba seguro que ya la tenía y no podía ser más afortunado... al fin tendría el premio mayor, uno que estuvo persiguiendo desde hace más de cinco años; sabía que Aixa estaba locamente enamorada de él desde hace algún tiempo, lo intuía por la manera en que la había cachado observándolo detalladamente infinidad de veces, y siempre se sonrojaba cuando él la veía o le giñaba el ojo a escondidas de su hermano quien le advirtió —«con mi hermanita no»— y el respeto aquella advertencia pero con el paso de los años la pequeña niña se había transformado en una suculenta mujercita, que se adueñaba de sus pensamientos más sucios cada noche llevándolo por lo cielos y al mismísimo infierno dejándolo caer abruptamente al darse cuenta que solo era una más de sus fantasías guajiras... hasta ahora que la tenía a su "merced" esta vez no desaprovecharía la gran oportunidad.

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