𝐆𝐄𝐍𝐉𝐔𝐓𝐒𝐔 || Obito Uchiha

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"Capítulo 3"
「日にち？」
"¿Cita?"

Narra Hinode

— Hinode.

Giré mi rostro observando como se acercaba extendiendo unos palillos con ramen. ¿Qué trataba?

— ¿Qué?

— Di "Ah".

— No. — una simple respuesta cortante y seca salió de mis labios y volví a ver mi plato de Ramen.

— Pero- — trató de decir pero lo interrumpí.

— No. Yo se comer, no necesito ayuda.

— Pero yo quiero ayudarte.

— No necesito ayuda — repetí nuevamente.

— Por favor — pidió alargando la "o".

Suspiré, él seguiría insistiendo, aunque le negara mil veces.

— Bien. — Acepté rendida ante su insistencia.

Abrí un poco mi boca, él me dio de comer.

Ésto es vergonzoso — pensé mientras lo miraba y masticaba.

— ¿Te gusta? — pregunta sonriendo.

— ¿El ramen? Sí — terminé de masticar y tragué.

Un aura oscura lo rodeo.

— Bueno sigamos.

Me iba a dar de comer otra vez, si no fuera por que una tercera voz interrumpió nuestra cita. ¿Acabo de aceptar que es una cita?

— Se ven bien juntos chicos — se escuchó la voz de Kushina-sensei.

Por Madara, ¿por qué tenían que venir ahora?

— Kushina-san, Yo- — Trate de explicar, mas ninguna palabra salió de mi boca.

Kushina-san nos vió, y no solo ella Minato-sensei también. Yo tenía un sonrojo, que podía hacer juego con el cabello de la pelirroja. Tragame tierra.

— ¡Kushina-san, estamos en una cita!

Gritó Obito a la pelirroja con una sonrisa, ella se mostró confundida por aquél comentario.

— ¿No que le gustaba Rin? — le murmuró a su esposo, que también estaba igual de confundido.

Es cierto a él le gusta Rin. Solo esta bajo un genjutsu. —Pensé mientras sentía una ligera punzada en el pecho, él no es el verdadero.

— Eh...

Pero después una gran sonrisa se mostro en el rostro de la Uzumaki mirándonos.

— Bueno, nos vamos — mostró una picara sonrisa en su rostro — Disfruten su cita, chicos. ¡Minato ven!

Tomó del brazo a su esposo, para salir rápidamente del restaurante, dejándonos nuevamente solos.

Solo que ya no era lo mismo para mí.

Él no es el Obito que conozco.

Narrador Omnisciente

Luego de esa cita los jóvenes fueron a la casa de la chica, la pelinegra no tiene padres ya que estos fallecieron cuando ella tan solo tenía cinco años en una misión, misión que se desconoce.

Lo que sucedió ahora fue que al pelinegro le dió por ordenar la casa de su amada. La Uchiha ya estaba algo estresada con el escándalo que hacia el azabache, por lo que se sentó en un sofa muy cómodo, que utilizaba también cuando estaba cansada.

El verdadero Obito veía todo lo que pasaba recostado en el suelo, sintiendo pena por su "yo" enamorado.

— ¡Limpiar la casa!

El Obito enamorado tenía puesta su chaqueta azul con adornos de color naranja atada a su cintura, por lo que ahora se veía su camiseta de red.

— ¡Haré todo lo que me pidas, todo por tí mi amada Hinode! ¡Tú dime y yo lo haré sin negarme!

Gritó hacia la chica que aún seguía acostada en su sofá.

— Realmente... No hay nada que hacer... — balbuceó medio adormilada la pelinegra.

— ¡Tonterías! Siempre hay algo que hacer —Volvió a gritar el chico.

— ¿A si? Entonces, cállate, siéntate en algún lado. No hables. Puedes dormir si quieres.

No desobedeció y se sentó en unas de las sillas del comedor. Mirando fijamente a la chica. Ella se veía muy linda adormilada.

Datos del capítulo:
• A Hinode le gusta el silencio. Con silencio me refiero a que disfruta los sonidos naturales y no los ruidos fuertes.

• Hinode vive sola.