Mimosa - Nadie sabe que te quiero

C031 - ¿Qué le pasa a tu cuello?

El director continuó divagando en la tribuna. Ni siquiera había terminado de hablar sobre las precauciones del evento deportivo, cuando de alguna manera cambió el tema a sus estudios. Por lo que parece, no terminaría su discurso antes de la media hora.

Yan Qiu tomó el libro de ejercicios de las manos de Xie Yu y comenzó a abanicarse vigorosamente.

Cuando se despertó esta mañana, la temperatura exterior rondaba los diez grados centígrados. Sintiendo que hacía frío, se había puesto un suéter debajo del abrigo. En ese momento, ya llevaba más de dos horas de pie en el campo. El sol estaba a punto de estar justo encima de sus cabezas y la temperatura estaba a punto de cambiar de un frío refrescante a un calor abrasador.

Cuando el director finalmente terminó su largo discurso, el maestro de ceremonias concluyó las cosas con solo unas pocas palabras y la ceremonia de apertura finalmente se completó.

Los estudiantes estaban hambrientos en ese momento. Se dispersaron en todas direcciones y cargaron hacia la cantina.

Habiendo usado un suéter debajo de su abrigo, se sentía increíblemente caliente. Por lo tanto, hizo que Xie Yu actuara como su explorador afuera mientras iba al baño para quitarse el abrigo y el suéter.

Sin embargo, justo después de quitarse el suéter, vio las mordeduras de amor que aún no se habían desvanecido alrededor de su cuello, y quedó atónito.

Yan Qiu descubrió que sería malo si saliera así, por lo que decidió apretar los dientes y usar el suéter nuevamente, pero justo después de ponerse una manga, la puerta se abrió repentinamente con un crujido.

Xie Yu miró nerviosamente dentro. ―Jefe, ¿ha terminado de cambiar? ¡Creo que vi venir a Ji Xinglan! 

―??

Yan Qiu se sorprendió.

¿Que demonios? ¿Ji Xinglan instaló un rastreador en mí? ¡¿Por qué siempre aparece cuando no debería aparecer?!

Si Ji Xinglan viniera, definitivamente entraría al baño de los alfas. 

 Ji Xinglan le había 'enseñado una lección' anoche porque sabía que Xie Yu media 15 cm allí abajo. El trágico incidente aún estaba fresco en su mente, y cuando Yari Qiu lo pensaba, sintió que sus piernas se debilitaban.

En su pánico, ya no le importaba lo que estaba haciendo. Yan Qiu decidió simplemente agarrar la manga de Xie Yu y arrastrar a su sorprendido amigo a un cubículo. No tuvo el lujo de preguntarse si haría que Ji Xinglan se orinara en sus pantalones si ocupaba un cubículo como este. Simplemente cerró la puerta con un clic.

―¿Jefe...? ―Preguntó Xie Yu, confundido.

Yan Qiu no tuvo tiempo de molestarse con Xie Yu. Aunque estaba nervioso, solo prestó atención a los movimientos en la puerta. Tal como esperaba, escuchó el sonido de pasos acercándose.

Alarmado, decidió cubrir la boca de Xie Yu. El lamentable Xie Yu solo pudo abrir los ojos de par en par de una manera inocente mientras estaba inmovilizado contra las frías baldosas de la pared del inodoro.

Después de un momento, los sonidos de los pasos se detuvieron en la entrada.

Alguien pareció haber empujado la puerta, pero descubrió que no podía abrirla. Entonces, Yan Qiu escuchó golpes.

Nadie respondió. La persona de afuera parecía haberse rendido finalmente. Después de tocar unas cuantas veces, dejó de tocar.

Pero Yan Qiu no se atrevió a ser descuidado. Retiró la mano de la boca de Xie Yu y le indicó que no se moviera ni dijera nada. Luego, miró en silencio por la rendija de la puerta.