Capítulo 1: El nuevo vecino

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Ethan

Estaba hablando con Isabel en WhatsApp, cuando unos golpes a mi puerta me sacaron de mi concentración.

—Adelante.—le grité a la persona detrás de la puerta, al mismo tiempo que me despedía de Isabel y me desconectaba de WhatsApp.

Mi padre entró por la puerta.

—¿Ocurre algo?

—¿Sabías que hay un nuevo vecino?—aquello me sorprendió.

Charlestone es un pueblo cerrado por la religión, casi nadie se muda aquí, y que haya un nuevo vecino definitivamente es una novedad.

—Tu madre y yo aún no hemos decidido si invitarlo a cenar o ir a su casa a recibirlo.

Lo pensé un segundo—Yo creo que lo mejor es invitarlo a cenar, hablará mejor de nosotros que ir a tomarlo por sorpresa a su casa.

Eso último lo dije en broma

Papá rió un poco—En ese caso, le diré a tu madre que tendremos un invitado.

—Bien.

Y se fue.

Me dejé caer en la cama, pensativo.

Un nuevo vecino en Charlestone. Tengo mucha curiosidad de conocer a esta persona.

...

Pasaron horas desde que mi padre y yo hablamos sobre el vecino nuevo, y ya era de noche.

Estaba en mi baño, frente al espejo, analizandome.

Mi camisa manga larga estaba planchada y sin una arruga visible. Mi cabello estaba peinado a la perfección.

La imagen frente a mí era de un chico ordenado, perfecto... Falso.

Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos. No debo seguir pensando en eso, yo ya soy perfecto.

Una vez estoy listo para cenar, bajo a la cocina.

Veo cómo mi madre está dando los toques finales para la cena, y a mi padre ayudándola.

La imagen me sacó una sonrisa. Papá hacía chistes malos de los que mamá se reía a carcajadas, como si le estuvieran contando la cosa más graciosa del mundo.

Era increíble que a pesar de estar casados desde hace más de diez años, su amor se mantuviera como si recién empezara a salir.

Cómo desearía tener algo así para mí.

Me acerqué a ellos para tomar mi lugar en la mesa.

—¿Todavía no ha llegado?—pregunté después de sentarme.

Mi padre abrió la boca para responder,  pero el timbre de la casa lo interrumpió.

—Iré a abrirle.—dijo mi madre con una sonrisa, para después levantarse a subir la puerta.

El vecino entró, y su apariencia me dejó en shock.

Llevaba jeans rasgados de color azul grisáceo, con una playera blanca y una chaqueta negra encima de esta.

Su apariencia era de un "badboy".

Un segundo. ¿Badboy? ¿Qué hace un badboy en Charlestone?

Su piel era de un tono medio, su cabello castaño oscuro estaba peinado hacia atrás dándole un aire de madurez.

Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos: uno era de color azul claro y el otro era mitad marrón-mitad azul. Heterocromia, creo que se llama.

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