OIAL | ❝¡Tal vez si me voy al cementerio pueda encontrar otros amigos que si respeten mi privacidad o que al menos si sepan quien es Shrek!❞
Donde Margaret O'Grady se da cuenta que Willie no es el único fantasma que puede ver y se envuelve en una a...
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━━ 𝗣𝗥𝗢́𝗟𝗢𝗚𝗢: 𝗕𝗘𝗘𝗧𝗟𝗘𝗝𝗨𝗜𝗖𝗘 ━━ ☄︎. *. ⋆ once in a lifetime
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MARGARET O'GRADY NUNCA FUE una persona temeraria y mucho menos creyente de los entes del más allá, principalmente porque antes nunca había sido víctima de alguna actividad paranormal que pudiera confirmarle la existencia de fantasmas moribundos en el mundo de los vivos, hasta que señas de la presencia de un fantasma en su hogar se empezaron a hacer presentes.
Las puertas de la cocina se cerraban solas, sus cosas desaparecían en un segundo y después aparecían en un lugar donde era imposible que estuvieran, un olor masculino que llenaba sus fosas nasales se había presente cada vez que cocinaba pancakes y el sonido de una patineta siempre era escuchado por ella en el medio de la noche en la pequeña rampa de skate que tenía en su patio.
Su abuela siempre le comentaba sobre los fantasmas: "Hay que tenerles respeto, pero no miedo. Son solo almas en pena que buscan poder descansar en paz.", pero Meg no creía eso.
El fantasma que atormentaba su casa no buscaba el poder descansar en paz. Muchas veces intentó comunicarse con él mediante juegos, que recalca, no eran demoniacos. Por ejemplo, una vez Meg puso dos sartenes enfrente suyo y le indicó a la presencia fantasmal que moviera el de la derecha para un "sí" y el de la izquierda para un "no". Allí había aprendido que tenía casi su misma edad y que lamentaba el aterrarla durante las noches, pero que su pasión era el skate.
A pesar de que durante muchos años había sufrido la mínima presencia de sus padres en su vida, a veces agradecía el poder comunicarse con el fantasma sin parecer una loca a los ojos de sus progenitores. Por lo cual se tomaba el tiempo de dejarle la televisión prendida, para que viera algún programa o película o le encendía el estéreo para que pudiera ponerse al día con la música del hoy.
Meg no sabía ni siquiera el nombre de ente, pero tenía en cuenta que no buscaba hacerle daño o intentar adueñarse de su alma, y eso le bastaba para que convivieran en un mismo lugar.
