Sus dedos cálidos recorrieron mi rostro y sonreí sin poder evitarlo.

—Debes tomar esto con calma —Besé la palma de su mano—. Estabas muerto y no tuve otra opción. Eres uno de nosotros ahora.

Él ya lo sabía, pero me sentí mejor al poder decirlo. Su tacto era tembloroso.

—No es posible. Este es un sueño del que despertaré —murmuró contra mis labios una vez que posicioné mi rostro frente al suyo. Moría por besarlo por horas y horas, años y décadas. Nada impedía que estuviésemos juntos y la idea de una eternidad ya no parecía tan aterradora.

—No lo es —dije y cumplí con lo que me pedía cada fibra de mi cuerpo.

Louis me devolvió el beso con la misma necesidad latente, enredó sus piernas alrededor de mis caderas y sus manos permanecieron firmes en mis mejillas. No intentaba llegar hacia ningún lugar, en especial porque su cuerpo aún seguía estando sensible y delicado por todo lo que había soportado. Cuando se acurrucó con la cabeza hundida en mi cuello, sonreí y lo atraje más cerca. Su contextura pequeña me permitió abrazarlo sin mucho esfuerzo y lo noté aligerando su respiración, en un intento por quedarse dormido, a pesar de que ya no podría hacerlo. Debíamos trabajar en eso.


Ira/Sed


—¡Harry! Oh dios, voy a morir, ¡voy a morir!

Desde el lado externo de la puerta, escuchaba los gritos sin poder hacer nada al respecto. Sabía por la experiencia que sería duro, especialmente ese momento. El cuerpo de Louis comenzaba a implorar por la sangre y tenía una sed desenfrenada. Pasaría con los días y se tranquilizaría más temprano que tarde. Aun así, no dejaba de ser desgarrador.

—Le daré mi propia sangre si es necesario —dije, sumido en la desesperación. Zayn estaba junto a mí, esperando a que Liam llegara de comprar cigarrillos para él.

—No la necesita, créame. Las frutas bastarán, pero su organismo tendrá que hacerse a la idea —respondió. Se escuchaba de fondo el estruendo de los muebles siendo destrozados en la habitación—. Traeré algún animal pequeño para hacerlo sentir mejor. Puedo darle la mitad —Asentí sin haberle puesto atención en realidad.

Mientras veía a Zayn marcharse por la puerta, una idea se me ocurrió. Probablemente no era la mejor, o era la simple personificación de mis deseos. Sin pensarlo mucho, abrí la puerta y la cerré detrás de mi espalda. Los ojos de Louis, que eran en su mayoría ocupados por sus pupilas dilatadas, se clavaron como una estaca en mi nueva presencia en la habitación. Su respiración era irregular y estaba sonrojado en las mejillas.

Digno de admirar.

Pero mi intención no era quedarme de brazos cruzados, así que me acerqué. Su cuerpo se tensó sin poder evitarlo, quedándose quieto y volviéndose dócil un segundo después. Louis amaba ser guiado y dominado la mayor parte del tiempo. Uní nuestros labios en un beso desordenado lleno de mordiscos provenientes de sus nuevos colmillos y lo desvestí, lo cual no supuso mucho esfuerzo gracias a la falta de su camiseta, que yacia hecha pedazos en el suelo. Le atraje a la cama y, en cuestión de minutos, toda su desesperación por la sed pasó a segundo plano, o cambió de foco. Mis manos frías recorrieron cada curva de su cuerpo que hervía y pronto mi ropa pasó a encontrar su propio lugar en el suelo.

—Te haré sentir mejor —Mordisqueé su cuello y bajé aún más a través de sus clavículas hasta llegar a sus rosados y sensibles pezones, los cuales eran una de mis partes favoritas de su cuerpo—. Ya verás.


Negociación


—¿Qué hubiese pasado si no estuviera enfermo?

Vitalidad » lsWhere stories live. Discover now