Capítulo 2

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- Que los cumplas feliz. Que los cumplas feliz. Que los cumplas querida Charlotte. Que los cumplas feliz – Lydia y su madre entraban cantando a la habitación de Lottie mientras esta empezaba a abrir los ojos. Traían consigo una bandeja de desayuno.

- ¿Ya es mi cumpleaños? – respondió con una sonrisa de lado mientras pestañeaba varias veces.

- Si – contestó su hermana tirándose sobre ella y despeinándola. - ¡Felicidades! Ya eres mayor de edad. Si que estas vieja – le dijo bromeando.

- Gracias hermanita, también te quiero – respondió de forma sarcástica aunque le sonrió. Su madre depositó un beso sobre su cabeza mientras ponía el desayuno delante de ella.

- Aún no puedo creer lo grande y hermosa que estás – decía conteniendo las lágrimas. Lottie la abrazó.

- ¿Por qué mejor no vamos las tres al comedor a desayunar? – propuso observando las delicias que tenía en frente. Las muchachas asintieron y fueron a preparar la mesa mientras Lottie se arreglaba.

- Richard me enseñó como preparar café frío ¿quieren probar? – preguntó a sus hijas y las dos asintieron. Lottie tomó el periódico y lo ojeaba mientras comía unas tostadas.

- Oigan, habrá una feria cerca de aquí. – les enseño el artículo – En el próximo pueblo ¿quieren ir? Puedes invitar a Richard y a Josh también.

- Eso sería divertido – respondió su madre – le preguntaré. ¿Percy y Oliver vendrán?

- Percy esta de vacaciones en Egipto – contestó la chica, su madre puso cara de asombro – Si, ganaron un viaje. Y Oliver está en Escocia con sus tíos así que tampoco podrá venir – se encogió de hombros, Lydia sabía todo aquello y se sintió un poco mal por no poder verlo.

- Bueno, no importa la pasaremos bien entre nosotros. – dijo su madre intentando que Lottie no se desanimara.

- Si, lo sé. – respondió ésta y era verdad, no se sentía triste ni mucho menos. Su cumpleaños no era algo que la emocionaba demasiado. – En un rato saldré con un amigo. – dijo de pronto. – No lo conocen ni tampoco quiero que lo hagan por el momento. – agrego rápidamente viendo las caras de confusión. Lottie las amenazó con la mirada y ninguna comentó más nada.

Cómo de costumbre Lydia era la última en terminar de prepararse, no entendía cómo porque siempre era la primera en comenzar a enlistarse. A penas su madre volvió del trabajo les confirmo a sus hijas que los muchachos irían y las esperarían en la entrada de la feria, Lottie había estado toda la tarde fuera así que la única que tuvo tiempo para ver que iba a ponerse había sido la menor.

- Cinco minutos más – gritó desde la puerta de su habitación.

- Nosotras nos adelantamos, tú ve cuando termines – le respondió su hermana y apuró a su madre a que saliera de la casa. A los pocos minutos, alguien tocaba el timbre de entrada. "Tal vez se olvido las llaves" pensó Lydia mientras descendía la escalera descalza.

- Sorpresa – la chica se quedó congelada, Oliver le sonreía con un ramo de flores en las manos y el cabello arreglado. Cuando Lydia por fin pudo reaccionar se tiró sobre los labios del moreno y él la abrazó con fuerza. – Hola – dijo por lo bajo, el corazón le iba a mil por hora.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó aún confundida pero con una gran sonrisa.

- Me escapé un ratito para venir a verte – contestó - ¿Ya terminaste de arreglarte? Debemos ir a la feria.

- ¿Cómo sabes... - le dijo mientras lo hacía pasar - ¿Has visto a Lottie? – y entonces le cayó la ficha de quién era su misterioso amigo. – Olvídalo. En un minuto vuelvo.

Las hermanas Carsons: Sangre y Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora