" « cαpı́tulo únıco » "

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La primera vez que abrió sus ojos no pudo ver nada sino oscuridad,  la tenebrosa y agobiante negrura del lugar le rodeaba sin consideración alguna. El calor era abrumador y no sabía si aquello era la causa de sus cristalinos ojos o solo era la opresión que sentía extendiéndose desde su pecho y que sentía le carcomía cada segundo más que el anterior. Sus rebeldes rizos algo húmedos por el sudor adhiriéndose a la bronceada piel de su frente, sus manos tan finas y temblorosas acariciando con cuidado sus brazos tratando de disipar los pensamientos de su nuevo descubrimiento.

El sol estaba solo.

Soltando un suspiro pesado donde esperaba que se fueran todas sus penas, se irguió y esta vez inhalo de manera decidida con una sonrisa deslumbrante y de un color perla perfecto que trataba de dar ánimos a si mismo. Todo mejoraría, el ser luminoso estaba casi seguro de ello.

[☀️]

Con el paso del tiempo la creación de más astros hizo que sintiera que su optimismo daba frutos, se sentía un poco más acompañado, pero su dulce e inocente ingenuidad no le preparó para lo que sentiría después. La soledad se podía sentir incluso con vida alrededor, y era más sofocante que el calor tan vacío que él mismo emanaba.

En algún punto comenzó a haber vida que dependía de él, y aunque se seguía sintiendo solo en demasía, esta vez tenía una razón para seguir adelante aún si el seguía tan frío por dentro.

Su tortura fue vivir una eternidad tan conocido y tan indiferente al mismo tiempo. Él solo debía dar ese reconfortante calor que a los humanos parecía encantarles tanto. Todo tan cerca y tan lejos, tan inalcanzable, tan impropio. Sus achocolatados orbes comenzaron a sacar gotas saladas que se evaporaban al instante.

El Sol no podía externar su dolor.

Sus ojos pesaron ante la carga emocional que sentía pero se negaba a cerrarlos, aún si estos luchaban por hacerlo. Por primera vez desde que éste comenzó a existir se dejó caer de rodillas sobre la ardiente y agonizante superficie bajo él, cubriendo sus ojos con sus manos solo para sentir por unos micro-segundos más el rocío de sus lágrimas y recitando cual mantra suaves 'por favor' que se perdían entre los fuertes y desgarradores sollozos que salían de sus labios.

Pero, ¿qué exactamente estaba pidiendo por favor? no podía si quiera pensar en aquello que su corazón ahora estaba suplicando con tanto fervor, era una anhelación de algo que desconocía por completo pero que necesitaba más que cualquier cosa en el vasto universo. Sin si quiera pedirlo, Morfeo le arropó en sus brazos, acunando sus preocupaciones con la esperanza de que estas se fueran lo más pronto posible.

[☀️]

Cuando abrió sus ojos y los talló en un intento de desperezarse notó algo inusual que le hizo abrir estos de golpe, sintiendo un pequeño mareo debido al cambio en su vista.

Hacía frío.

No es esa clase de frío que le congelaría cada una de sus extremidades, sino que el único calor que percibía era uno débil que aún emitía su delgado y pequeño cuerpo. Se sentía embelesado y asustado de igual manera por aquella desconocida situación que se encontraba viviendo, y como curioso nato que siempre fue, aún con el miedo a flor de piel decidió pasear por el lugar.

Hasta que sus ojos toparon un joven y opaco cuerpo durmiendo de manera tranquila sobre una de las mesetas que se formaban en el sitio, quedando cautivado por aquel algo que te hacía posar su vista en él como si no existiera nada más alrededor.

Lo vio levantarse abruptamente y tan rápido como se disipó su nube de pensamientos decidió esconderse de aquella vista que ahora se había fijado en la suya como si le estuviera llamando con el canto más dulce de las estrellas.

𝑜𝑛𝑐𝑒 𝑢𝑝𝑜𝑛 𝑎 𝑠𝑢𝑛 | taehyuckWhere stories live. Discover now