f i n a l

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Y Taehyung me preguntó qué es lo que pensaba.

Solo me puse a pensar en sus ojos, de esos que me miran un lunes y también lo hace un sábado, de esos que son de chocolate mezclado con leche, o de ese café no tan cargado porque sus ojos son dulces.

Me puse a pensar en sus labios, así de rojos o así de resecos como la hoja, de esa que recogimos juntos una noche de otoño donde las nubes se pintaban drásticamente de un tono rojizo, ese mismo rojizo de un atardecer de un día de verano.

O de su saco tan viejo que siempre pone en mis hombros, para abrigarme (aún así se tiene 5 huecos en la parte posterior).

Me puse a pensar en su voz, parecida a la lluvia que cae en verano, que cae así tan de repente y no sabes por qué y sin querer lo piensas. En su voz que me llama diciendo que va a llegar tarde porque tiene horas extras en el trabajo extrañamente en mi día de cumpleaños mientras su voz le hace el amor a la distancia y al silencio.

Me puse a pensar en su cabello dorado, cabello pienso yo he hablado tantas veces y sin embargo me dan ganas de seguir acariciándolo mientras él me acaricia otra cosa.

O en su cuerpo, tan bronceado que siempre le digo que es hijo del sol, salido del vientre, de la mente y del corazón más brillante. De su cuerpo que emana suspiros como un brisa fresca y otras tan calientes como las que aparecen en un verano un poco loco.

O de su simplemente extraordinaria existencia. Tan brillante que desde años atrás las velas que encendí nunca pudieron ser más brillantes que él. La existencia de su risa, de las marcas en su cara madura pero un corazón joven que me dice no importa si llego a tener 80 años, no es motivo para dejar de sonreír y que todavía somos jóvenes para soñar. La existencia que me hizo perder botellas de whisky McDowell's o cigarrillos ya casi acabados, lirios para que me regalara más y así tener una excusa para ir a su casa a regarlos y contar ahora 52 estrellas. La que me hizo abrazar sus pétalos en verano y su raíces en un otoño caluroso. O esa que es imposible amarla, porque es improvisado o también con un guión detrás que me dedica versos de Benedetti pero yo me las sé todas; la existencia que se calla porque quiere escuchar a las luciérnagas o esa que habla lo que dura la vida. La que es libertad en su sonrisa pero me atrapa en un abrazo que él dice solo dura 5 segundos pero él me engaña y yo no me molesto. De la que es ficción entre sus libros y personificaciones cómicas pero también es realidad entre su mirada y las palabras que me dice en la terraza de nuestra casa donde nos sentamos cada día, sin paraguas ni sombrilla ya que él es el balance perfecto. La existencia que me hizo decirle podría quizá compararse a la felicidad pero en mayúscula y que ya no tenía más versos para dedicarle porque se robó todas las palabras y de paso hacerme quedar con una última hoja.

Así que le dije "estaba pensando en que Debería compararte con un día de sol."

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Debería compararte con un día de sol » Jjk & KthWhere stories live. Discover now