3

22 4 0
                                    

Sigo toda la tarde, o lo que queda de ella intentando averiguar quien es ese tal Raúl. No conozco mucho a mis vecinos, y a que son gente mayor y no hay chicas de mi edad. Vuelvo a mirar la invitación, y me doy cuenta de que abajo, a la derecha, en una esquina, hay un numero de teléfono. Supongo que será el suyo. No estoy segura de llamar o no, aunque en realidad él no me conoce, así que decido llamarlo.

*Conversación telefónica*

Raúl: ¿Si?

___: Hola...

Raúl: Hola, ¿quién eres?

___: Ainhoa, una chica que has invitado a una fiesta.

Raúl: Ah, sí. Encantado.

___: Igualmente. Em... ¿nos conocemos?

Raúl: No, pero mi amigo Calum sí que te conoce, más o menos. E insistió en que te invitase.

___: No conozco a ningún Calum... en todo caso, supongo que iré. 

Raúl: Pues nos vemos allí. El sábado a las 10 eh, no te olvides.

___: No lo haré, tranquilo.

¿Calum? ¿Quién es ese? Cada vez salen más chicos que ni siquiera recuerdo haber visto, cosa que me asusta. Aunque no tenga ni idea de quienes son iré, aunque sea solo para conocerles. Me acerco a mi madre, y le informo de que sí que iré. Seguidamente voy al armario, y, como no, decido ir a comprar-me algo, ya que quedan tan solo 2 días para el sábado. Para no ir sola llamo a Teresa, mi mejor amiga. 

En el coche, camino al centro comercial, Marina iba escuchando música con los auriculares, cosa que yo no podía hacer porqué me los había dejado. Apoyo suavemente mi cabeza en la ventana. Y con los ojos, me voy fijando en los coches que van pasando.

En realidad es extraño que haya deicidio ir. Ya que yo no soy mucho de fiestas, y menos de adolescentes que ni conozco. 

Ya hemos llegado. Bajamos del coche y Rosa, la madre de Teresa nos dice claramente:

Rosa: A las 22:00 estaré aquí. No lleguéis tarde o me voy y os quedáis.

Ella era así, de pocas palabras, y a la vez un poco borde.

Entremos tienda por tienda, probándonos todo lo que encontráramos. Aunque Teresa no estuviera invitada iba a venir, no pensaba ir yo sola. Al final nos acabemos enamorando de dos vestido hermosos. Yo de uno informal, pero no al estilo feo. Y Teresa de uno con falda de tubo, morado, precioso también.

Para acabar bien el día cenemos en el McDonald's, y entre tema y tema de conversación, salió el de Pablo, mi ex-novio. 

'Where stories live. Discover now