Aventuras del protector

Capitulo 5. Sueños de bajo la tormenta.

"Corran que ya casi llegamos" grite mientras corría hacia un árbol.

"Vale pero espéranos" Dijo Carlos mientras aceleraba.

"Oigan esperen ustedes dos también, recuerden que tengo patas cortas" dijo Cuernudo también acelerando el paso.

Estábamos en medio de una gran tormenta, tras haber salido de la "montaña tormentosa" estuvimos recorriendo el gran prado no nos encontramos, jugamos un rato en el pasto como niños (o cachorros) mientras nos conocíamos más, hasta que empezó a llover de esta manera y empezamos a buscar un lugar para estar seguros, estuvimos corriendo como por media hora o mas incluso.

Cuando llegamos al árbol (que era muy frondoso por cierto), al estar debajo de sus hojas empecé a sacar unas cuantas toallas de mi mochila para secarnos todos, cada uno nos secamos mientras también sacaba unas bolsas de dormir que estaban también en mi mochila, también unas cuantas ramas que logre arrancar cuando estaba en aquel bosque para crear una fogata, estaba totalmente empapado hasta las colas las cuales temblaban como gelatina, una vez terminamos de secarnos cada uno empezamos a armar la fogata la cual no tomo mucho tiempo ya que solo era de acomodarlos y mantenerlos alejado del lugar que nos protegía de la lluvia, al encenderla el calor empezó a cubrirnos y a secarnos por completo, también saque un poco de comida en mi mochila que el señor me avía dejado, pero primero tendría que calentarlos con el fuego de la fogata, por suerte avía en la mochila unos cuantos utensilios de comida, Carlos se ofreció a calentarlos el cual aunque al principio no creía que pudiera hacerlo decidí darle la oportunidad el cual izo su trabajo bastante bien calentándolos de manera casi perfecta, mientras que el calentaba la comida saque el mapa para más o menos intentar ubicarnos, con la ayuda de mis colas logre ubicarnos y me di cuenta de que no estábamos muy lejos de la ciudad mini leyenda, por lo tanto quizás mañana en la mañana logremos llegar con bastante facilidad.

Después de eso empecé a inspeccionar mi cuerpo en busca de alguna suciedad o algo, por fortuna o desgracia me encontré con trozos de grama, tierra, barro entre otras suciedades, un instinto me recorrió mi cuerpo el cual izo que sacara la lengua y empezara a lamer todo mi cuerpo, cuando me di cuenta de lo que estaba asiendo mi reacción fue sumamente asquerosa, empecé a escupir ya que mi lengua sabia a tierra y/o otras suciedades.

"Que, acaso nunca te avías acicalado?" dijo Cuernudo dirigiéndose a mí.

"No, nunca había hecho eso" negó rotundamente, este me miro con cara de extraño, lo más probable es que allá sido un instinto minino o algo así.

Después saque un cepillo para mi pelaje, sinceramente aunque no lleve mucho tiempo en este mundo, he podido ver lugares muy hermosos y ver como este mundo es muy grande, más que en el que yo vengo, ver como las gotas de lluvia caían me era muy tranquilo casi me daba asta incluso ganas de dormir.

"Listo, creo que ya están" Dijo Carlos mientras empezaba a servirnos, un plato de lo que parecía ser un pollo con arroz, no era la mejor comida del mundo pero aun así estaba bueno, a Carlos le quedo muy bien.

Mientras comíamos un sentimiento me recorrió, por alguna razón sentía que esa comida me recordaba a algo, no sabría de a que o quien, pero no le di mucha importancia por el momento, saboreaba cada mordisco que daba, pude ver la expresión de ellos dos la cual era simplemente satisfacción, quizás se dé beba a que no aviamos comino en mucho tiempo o por lo delicioso de este.

Mientras disfrutábamos la comida me deleitaba con el sonido de las gotas cayendo, a mí siempre me ha agradado las lluvias aunque salga mojado de ellas, el simple sonido de estas me relajaba bastante, después de comer y de lavarlos los platos en donde venían un poco con el agua de la lluvia nos dirigimos a unos sacos de dormir que avía sacado.