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El rubio miraba el techo de la habitación, no podía creer la osadía con la cual esa mujer le hablo, y mucho menos podía creer que le hablara así frente al alfa, y luego frente al beta de la manada, era una arpía que no sabía aceptar el rechazo y hacia todo lo posible para hacerlo quedar mal.

-Necesito que me informes de lo que Emir está haciendo por ella, quiero que los vigiles a los dos, y que no sospechen de que están siendo vigilados, quiero saber cuál es el misterio que ocultan esos ojos- le dijo con su voz cargada de rabia a la chica que lo acompañaba en su cama, luego de haber rechazado a su Igual esto era la único que lo podía saciar, una más cada luna, ninguna era ella, y ninguna lo iba a ser.

-Está bien, yo te informare todo lo que pueda de sus movimientos, que hacen y que no hacen- dice la chica besando el cuello de este- sólo espero que después de esto dejes tu obsesión por ella- este la atrajo a su cuerpo por debajo de las sabanas mientras la besaba con la necesidad de que fuera ella pero ni el mismo se podía engañar, ellas dos no eran iguales, esta se separó de él y lo escaneo con duda- odio que pienses que soy ella- esta se levantó de la cama y comenzó a vestirse en silencio, mientras él se sentía cansado de lo mismo con ella.

-Quiero completa vigilancia a la familia Blaskov, y es una orden- dijo este acercándose a ella, y tomándola del cuello- y estoy hablando muy en serio, no te gustaría conocerme por las malas- esta sólo asintió, y se zafó de su agarre.

Caminaba por el bosque sin rumbo fijo, no quería volver a casa y se maldecía mentalmente por estar enamorada de ese sujeto tan despreciable, a pesar de que no son correspondidos entre ellos por no ser el Igual del uno del otro, estaba enamorada, y si quería que el hiciera lo que ella quería tenía que conseguir la manera de destruir a los hermanos Blaskov.

****

Sentí mi cuerpo tensarse al sentir su presencia en la habitación, sabía que era él, por algo había dejado la dirección de mi casa en esa servilleta, para que él me buscara, pensé que sería más difícil traerlo a mí, pero no lo fue, él estaba aquí esta noche y los dos sabíamos lo que queríamos.

-Eres la mujer más enigmática que jamás se ha cruzado en mi camino, Emma Blaskov, tenía la leve impresión de que querías que viniera esta noche- dijo él acercándose a mí mientras tocaba con delicadeza mi cuello, sentí sus labios cerca de donde sus roce había cesado, y me gire quedando a sólo unos centímetros de sus hermosos labios.

-Yo diría que el misterioso eres tú, después de todo estás en mi habitación, y no fui precisamente yo quien abrió la puerta- el dio una sonrisa de lado, mientras su mano recorría todo mi brazo derecho hasta llegar a mi mejilla y dejarla ahí, me sentía agobiada, mi cuerpo estaba caliente, y su cercanía no mejoraba la situación, por inercia mire directamente a sus ojos, y ese brillo dorado que puede apreciar el día de mi viaje a Rusia estaba allí presente, este me miraba de esa forma tan peculiar que me debilitaba las piernas y me hacía sentir débil, mis ojos se despegaron de los suyos, viajando de vuelta a sus labios.- aunque me alegra la idea de tenerte aquí esta noche- dije esto con una voz que realmente no era la mía, era una voz tan baja y tan ronca que ni yo misma me reconocía al hablar.

Eros se inclinó un poco más hacia mí arrebatándome un jadeo deseoso, inconscientemente sus mano que aún permanecía en mi mejilla me atrajo a sus labios dándome un beso lento, y calmado, dejando allí plasmado demasiadas cosas, a los segundo el beso siguió otro ritmo, se volvió un beso más desesperado, sus manos viajaron por todo mi cuerpo deteniéndose una en el valle de mis senos dejándola allí y mandando la otra a mi glúteo derecho, dando allí un apretón, gemí por la impresión, y eso hizo que el me apegara más a sus cuerpo haciéndome sentir como estaba en este momento, mis manos se perdieron en su cabellos castaño haciendo que el beso se profundizara más aun, él se separó de mis labios, mirándome a los ojos, sus respiración estaba agitada al igual que la mía, sus ojos se hallaban de un color carmesí como ese día en el bosque.

Sol De Medianoche... Luna De PlataWhere stories live. Discover now