Capitulo 61: Sentimientos correspondidos.

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Krookodile se encontraba dentro de su habitación oscura, acompañado por su esposa quien se encontraba durmiendo plácidamente, arropada entre las sabanas... él, se encontraba leyendo un libro que relataba leyendas que giraban en torno a los ultra entes, mientras que el brillo tenue de una lámpara le servía para guiarse entre los párrafos plasmados en tinta... Desafortunadamente no habían planes para que este pudiera disfrutar de su lectura, pues una vez que finalizo el primer capítulo, pudo escuchar un par de golpes provenir desde su ventana... un par de golpes muy sutiles que evidenciaban que alguien pretendía llamar su atención.

El pokemon suspiro pesadamente, cerro el libro de golpe y tiro del cordón de la lámpara para apagarla y ocultarse entre las penumbras... posteriormente se dirigió hacia la ventana y observo su entorno de reojo, tratando de ubicar al responsable de lo que él pensaba que era, una broma de mal gusto.

- ¡Krookodile! ¡Aquí! –

Pichu se encontraba hasta abajo y debido a su escasa estatura, Krookodile era incapaz de verlo debido al ángulo en el que se encontraba... pues se mostraba reservado y sin ganas de abrir la ventana... susurraba y susurraba mientras que rodeaba su boca con ambas manos para que el sonido viajara de forma más certera... pero no tenía éxito.

- ¡Maldición! ¿Cómo es que no me escucha? –

- ¡Tsk! Solo hay que tocar la puerta principal y ya... no entiendo para que hacen tanto drama, ni que estuviéramos en la base enemiga –

Loponny se encontraba en el extremo opuesto de la casa... y al ver que no había respuesta alguna por parte de Krookodile, camino hacia la puerta y la golpeo un par de veces con una fuerza alta pero moderada, lo suficientemente potente como para provocar que la puerta se contrajera, pero sin que esta se rompiera...

Krookodile espabilo al instante en cuanto escucho el crujir de las tablas de madera que provenía desde la puerta principal de la casa, sonido que de igual forma arranco el sueño desde sus raíces al resto de la familia.

Rápidamente se puso de pie y abrió la puerta de su habitación, prendiendo la luz de la cocina, la sala y pegando su cabeza con la susodicha puerta... su esposa lo observaba mientras que inclinaba su cuello hacia la derecha.

Eventualmente el pokemon abrió la puerta y su primera reacción fue darse una palmada en la frente.

- Sabes... no tienes que golpear la puerta con una fuerza tan excesiva... son suficientes un par de golpes como para darnos cuenta de que ya están aquí –

Lopunny ni siquiera pregunto, simplemente paso y se ubicó en la mesa del comedor, siendo seguida por Sableye, Alakazam, Lucy, Blaziken... y...

¿Zoroark?

Blaziken era un rostro nuevo para Krookodile, o al menos nuevo en el grupo... porque evidentemente lo conocía. Su boca se desplomo hacia abajo, quedando boquiabierto, mostrando sus hileras de dientes y su lengua, ambas pupilas se ensancharon en proporciones exageradas, evidenciando su desconcierto.

- ¡Échenla! –

Exclamo Sableye, a lo que Blaziken respondió soltando a Zoroark encima de la mesa de Krookodile, tirando todos los cubiertos y rompiendo el florero que decoraba el mueble, provocando que Zoroark exclamara del dolor... pero claro, se encontraba amordazada e inmovilizada con un par de cuerdas de acero recubiertas y reforzadas con poder psíquico, por lo que solamente se escucharon un par de gemidos.

- ¡¿Por qué secuestraron a una ciudadana y la trajeron a mi casa?! ¡¿Acaso están locos?! –

- ¿Qué paso amor? –

Gallade y la LunaWhere stories live. Discover now