I'm not worried anymore.

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—Aquí estás.—Susurró Mingyu más aliviado de encontrar a su pequeño gatito.

—Lo siento sólo que...

—¿Quieres patinar?—Preguntó el mayor viendo los ojos ilusionados de su pequeño Wonie.

—¡Claro! ¿Tú sabes patinar?—El mayor negó preocupado.—Vamos, será divertido.

—Seguro me caigo, no es lindo.—Wonwoo soltó una carcajada, tomando sus manos.—Te veré desde aquí.—Apuntó unos asientos, habían padres ocupados en sus celulares, o gente esperando por quizá qué cosa. 

—No seas aburrido. Te enseñaré. 

Luego de cinco minutos intentando convencerlo, Wonwoo lo logró. Pagaron por dos horas en el patinaje, con patines y un casco para el mayor. Estaba preocupado por no conseguir siquiera deslizarse en el hielo. 

Llegaron a la pista, el menor estaba tan emocionado, que parecía entrar en su hábitat natural. Sus patines se movían con ligereza, naturalidad.
Al contrario de Mingyu, quien se aferraba a la barra de metal a los bordes de la pista. Casi que caminaba sobre el hielo en vez de deslizarse.

—Amor, no conseguirás patinar así nunca.

—Silencio, estoy pasando por un hueco.—Mingyu aterrado por un pequeño desnivel del hielo, resbaló, sosteniéndose del fierro que agarraba como si fuera el último tramo de estabilidad que le quedaba.—¿Ves? Casi me caigo.

—Toma mis manos.—Wonwoo completamente relajado, extendió sus manos, un poco rojas. 

Los ojos del menor irradiaban completa naturalidad, confianza. Si no fuese por el miedo de caer, Mingyu se hubiese lanzado a sus brazos directamente. El menor tenía las mejillas rojas por el frío, la nariz estaba colorada y una sonrisa sincera se posaba en sus labios con completa osadía.
El fotógrafo, al ver esa obra de arte frente a sus ojos, sólo sonrió tontamente.

Se separó finalmente del fierro, y tomó las manos de su novio con indecisión. Sentía mucho miedo de caer.

—No importa si caemos. Si lo hacemos, lo haremos juntos.—Wonwoo comenzó a moverse, lento pero seguro. Mingyu intentaba tomarle el paso, deslizando sus patines en vez de intentar caminar. Se sentía rasposo pero dulce el pasar de las hojas de los patines sobre el gélido material.—¡Eso es! Así mismo.

—¿Lo estoy haciendo-

Habló muy pronto. Se distrajo con los ojos de Wonwoo, cayendo de trasero al hielo. Wonwoo en un intento de sostenerlo, cayó también, aunque no de lleno. Ambos rieron al sorprenderse; pero Mingyu tenía razón.

Por más que cayera, estaría bien si estaba con Wonwoo.

—Vamos otra vez, no importa.—Con optimismo, volvió a tomar sus manos para levantarlo. Fue divertido ver el rostro asustado del mayor. 

Luego de treinta minutos dando instrucciones y soltando poco a poco sus manos, logró que patinara más solo.

—¿Cómo sabes patinar tan bien?—Wonwoo tenía las manos cruzadas detrás de su espalda. Patinaba más rápido y natural que Mingyu, quien apenas se deslizaba por el hielo.

—Hace años hacía patinaje artístico... Hasta que conocí a Dongyul.—Asintió seguro, sin dolor en sus palabras. Había evolucionado en poquísimo tiempo. Y Mingyu encontró razón en las palabras de Kelly cuando le dijo que Wonwoo era un charizard. 

—¿Por qué lo dejaste?

—Entré a la universidad, todo se volvió complicado a partir de ahí. Cuando egresé, no tenía dinero o posibilidad de clases como antes...—Negó mientras frenaba con uno de los patines. 

—Patinas precioso... Es muy limpio.—Concordó Mingyu.

—Cómo si supieras de patinaje.

—No sé absolutamente nada, a excepción de que te ves hermoso patinando así.

Rieron juntos y decidieron bordear la pista tomados de las manos. No había mucha gente y fue agradable. 
Entre medio, varias caídas fueron blanco de atención de Wonwoo. No fueron demasiadas, pero sí fueron demasiado chistosas. Se sacaron algunas fotos y se besaron como si estuvieran solos. 

Mingyu patinaba con naturalidad e intentaba ganarle en carreras a Wonwoo, cosa que ni con ventaja logró. 

Pasaron las dos horas, y tuvieron que abandonar la pista. Tenían las manos heladas y los pies entumecidos, pero fue divertido usar el tiempo en eso. Mingyu estaba más adolorido que su novio, pero pudieron seguir paseando por el centro comercial.

No hicieron mucho más aparte de comprar un par de helados. Pensaron que un día así no sería mucho más productivo, pero almorzaron y decidieron ir a probar videojuegos en uno de los pisos de electrónicos. Fue divertido, y de paso, Mingyu decidió comprar algunas cosas para fotografía. 

—Mira, mira, esta cámara es preciosa.—Dijo Wonwoo viendo una cámara completamente emocionado.

—Oh, esa la ocupaba hace un año. Puedo dártela.

—¿En serio?—Mingyu asintió vagamente.

—Por cierto, cielo.—Murmuró Wonwoo cuando Mingyu lo miraba con atención.

—¿Dime?

—Estaba pensando en vender el departamento.—Salieron de aquel piso. Mingyu no lo interrumpió. Tenía sus motivos de peso como para deshacerse de aquel lugar tan traumático para el chico de cabellera azabache.—No sé... Si será buena idea.

—Wonie.—Se miraron fijamente, y se detuvieron cerca de la baranda de los últimos pisos del centro comercial. Decidieron admirar de ahí a la gente caminar con bolsas o pasando un buen rato.—¿Quieres venderlo por lo que pasó? 

—Sí, además, no es lindo seguir en ese sitio. Es incómodo pensar que ahí pasaron los peores años de mi vida.—Rió un poco rascando su mejilla incómodamente. Claramente no era como si pudiera superarlo de un día al otro; pero se notaba una madurez diferente cuando hablaba al respecto de eso.

Mingyu comprendió. 

—Puedes quedarte conmigo el tiempo que sea necesario. 

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