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   Sus pensamientos, inestables como una balsa de juncos en un mar furioso, no se sostenían y cambiaban de dirección continuamente. Por eso insistía en evocar las cosas que más le gustaban de su vida y amigos durante ese intervalo. No estaba bien con ella misma, no en ese momento, y no tenía idea de cuando lo volvería a estar.

Su cuerpo tiritaba de manera agresiva y su corazón quería salirse de su pecho, sus ojos iban de un lugar a otro en su habitación mientras se movía por todo el cuadro con su uniforme de animadora aún puesto. Mientras caminaba vio una de sus paredes con paletas y yute donde colgaban fotos, donde la sonrisa de Chrissy seguía viva y apacible, como en su corazón.

No había conseguido darle más explicaciones a Steve durante el trayecto, tan solo había pasado mirando por la ventana, con sus piernas rodeadas en una manta delgada que le había puesto su amigo. El chico esperaba más explicaciones, pero al ver a Abba de la manera en la que estaba simplemente lo hizo cambiar de idea, solo siguió el camino con sus puños estrujando muy fuerte el volante y con la mandíbula apretada de la ansia y de brotes de ira por no tener razones.

—No...— Susurró a la nada Abba, viendo a Chrissy en una de las fotos con la bufanda verde que ella misma le había hecho —Will está vivo.

Recordó a su amigo, todo lo que había pasado a su lado los años anteriores, como había resistido a cada cosa que se enfrentaban, si Byers había sobrevivido, quizá había alguna esperanza de volver con Chrissy, o al menos encontrar la manera de volver a verla para decirle adiós.

Antes de que pudiera dejar a su mente volar con las teorías egoístas que tenía, algo impactó su ventana, la primera vez había ignorado el sonido breve pensando que era parte de su paranoia y ensañamiento de misterio a cada paso que daba, la segunda, decidió asomarse poco a poco, dentro de la oscuridad que rodeaba su casa por fuera. Una luz se aparecía entre todo lentamente iluminando un rostro. Una de sus comisuras se quiso levantar una vez que vio a Eddie abajo de su ventana, estaba bien, y estaba allí tan cerca suyo.

Abrió la ventana y se asomó para ver si decía algo.

— ¿Puedo subir, Lacy? Estoy algo asustado. — Antes de responder, Abba se volteó a su puerta y fue rápido a inspeccionar el pasillo y que en este no hubiera nadie, una vez que lo confirmó, cerró su puerta con seguro y fue hasta la ventana de nuevo.

Le hizo una mueca de silencio a Munson y le indicó como podía llegar rápido a su habitación, el chico se preguntó si esta era una de las tantas veces que Abba Lacy hacía ese tipo de cosas imprudentes. Una vez que subió, Eddie se resbaló por la pared hasta caer sentado al suelo y ver fijo este sin una expresión que Abba indicara como recatada.

Sus ojos estaban perdidos en el terror y su cuerpo se había entregado a la pura falta de juicio.

— ¿Por qué te ves así? — Musita, alzando la vista, dejando que la rubia observara sus orbes oscuros algo resplandecientes y con falta de vida o esperanza.

—¿Así como? — Responde de vuelta, dejando solo una lámpara con luz, para sentarse en el suelo también, pero arrecostada a su cama.

—No estás..., asustada. — Su voz iba en tonos de estarse quebrando —Solo estás triste. — Concluye.

—Eddie yo...— Abba recogió sus piernas y las abrazó contra su pecho —Prometo explicarte todo ¿Si? — Cada vez parecía más deslucido, se movía en su lugar algo estresado, sin ver los ojos claros de Abba ni una sola vez durante algunos minutos.

—Lacy, me van a culpar.

—Lo sé. Pero, créeme, todo va a salir bien, las cosas al final se terminan probando de alguna manera u otra. — No, Abba no tenía de lo que le acababa de decir, porque sabía muy bien que las cosas no siempre salías como ella quisiera, o como sus amigos lo hubieran querido. Pero ocupaba ver otra mirada en los ojos de Eddie.

MATERIAL GIRL Ꮺ eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora