᳝ ◝ 𓈒 07. my angel

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         Con esa extraña sensación de que estaban constantemente en peligro, entró en la casa, tiritando de frío y la linterna en mano, Eddie había logrado abrir una de las puertas traseras para según lo que le dijo a Abba, encontrar algo que comer, pero la verdad era otra, quería recordar como era estar verdaderamente cálido. Llenó un recipiente con agua, en la que disolvió el contenido de un sobre de consomé deshidratado que llevaba en su mochila, y esperó a que hirviera durante unos minutos. Después, llenó con él dos tazones de porcelana y llamó a Eddie por lo bajo.

—Siento que estoy haciendo algo muy malo. — Murmura ella sin intención de hablarle directamente a Eddie, alumbrando únicamente con el foco su camino y el resto de la casa.

— ¿Porque entraste a una casa sin permiso?

— ¿Por qué mas sería?

—Pues ayudar a un prófugo de la justicia.

—Estoy ayudando a alguien que es inocente, nunca sentiría que eso es hacer algo malo.

Mientras se enfriaba el caldo y la loza caliente le entibiaba las manos, se acercó a la ventana. Miró hacia el punto por donde la luz de la luna desaparecía y recordó el suave timbre de la voz de su hermano antes de irse con Steve, aun seguían esos rastros de dolor y nostalgia, no sabía si lo podía distraer con todo lo que estaba pasando, deseaba algún artefacto que le permitiera borrar a Will Byers de la mente de Alby.

—Abba. — Eddie la llama con cierta tranquilidad en su tono, haciendo que se voltee y salga de sus pensamientos un momento. —Quiero disculparme.

— ¿Por?

—Ya sabes yo..., aquella vez te dije que tenías mal humor y-— Se detuvo para levantarse de la silla y acercarse mas mientras se agarraba el cuello algo nervioso con su mano —No me puse a pensar en que en serio estabas muy preocupada por Chrissy.

—Está bien, ya ni me acordaba de eso.

— ¿Hice mal en recordado?

—Sí, ahora te odio, mi humor es el mejor Eddie Munson. — El chico soltó una risa disfrazada de suspiro.

—Yo también me quiero disculpar. Una vez te dije que eras un hombre completamente inútil para...

—Para cualquier mujer. Oh vaya, la Abba de once años era realmente salvaje. — La rubia se sacudió de una carcajada y golpeó su hombro a propósito sin haberlo movido ni un poco.

Era como la había imaginado la primera vez que la vio y hasta sus tímidos esbozos de sonrisa le habían resultado reconocibles a la pequeñita que había conocido cuando empezaba a ser un chiquillo rebelde. Se preguntó qué podía llevar a alguien, llena de vida y preciosa como ella a ayudarle a él ahora. Eddie la recordaba cada año de su vida, por supuesto que lo hacía, y sabía que ella también a él, puesto que no era casualidad que hubiera algo nuevo por lo cual Abba Lacy quisiera molestarle o insultarlo, pero ambos sabían que detrás de cada una de sus intenciones malas había algo mas, claro que, el proceso colegial les había hecho olvidarse casi del todo, tenía que pasar una catástrofe para que Abba volviera a estar con él al menos en una misma habitación.

— ¿Sigues desilusionada de la clase de persona que es Eddie Munson? — Cuando suelta aquella pregunta en medio de la oscuridad con solo una linterna a lo lejos que les dejaba verse algunos ragos superficiales, se cruza de brazos y recuesta en el mueble al pie de la ventana.

—Claro que no.

—No quisiera que me veas como un mal hombre, Abba.

—Nunca lo hice..., yo solo... — Las palabras se quedaban atoradas  en su garganta, nunca estivo lista para admitir muchas de las cosas que pasaban en su vida y por su cabeza —Quizá te atacaba porque vivía negándome las cosas.

— ¿Qué puede ser eso?

—Ya sabes..., estaba algo perdida por ti.

— ¿Estabas? — Sintió sus mejillas arder y sus piernas con ganas de salir corriendo a chillar al frente de Steve y Robin. Podía ver esa sonrisa traviesa de Eddie, de hecho ya antes de hacer contacto imaginó su gesto, era tan típico de él.

—No lo tomes como broma.

—No lo hago, ¿Por qué crees que lo haría?

—Todas las personas por las cuales he sentido algo toman mis sentimientos como un juego.

—Mírame.

— ¿El que parpadea pierde? —comentó, mirándolo con un brillo de diversión, tratando de cambiar de tema— ¿Qué pasa? — Pregunta luego de varios segundos en silencio.

—Eres preciosa...—dijo, pero los ojos de Eddie se oscurecieron, a ella se le espesó el aire, y ya no fue capaz de sonreír. —Y tienes tanta magia por dentro, Lacy. — soltó, y comenzó a acercarse rozando con los dedos el borde del mueble.

Abba solo siguió viendolo sin palabras. Él se detuvo a su lado y, despacio, para que ella supiera lo que iba a hacer, se inclinó para rozarle los labios con lo suyos. No hubo rechazo. Sólo un leve temblor que a punto estuvo de doblegar las piernas de la turbada Abba, sintió las frías manos y los toques aun mas helados de los anillos de Eddie buscar sus dedos para tomarlos con los suyos y entrelazarlos, haciendo que la unión de sus manos rozara los muslos de Abba.

Eddie tomó aire sin apartarse de su boca y la besó, presionando como si realmente estuviera encontrando el sabor que deseaba. Se retiró después de unos segundos despacio, con ojos ebrios y el corazón a punto de estallar.

—Eres sin duda mi angel de la guarda —susurró, devorándola con la mirada.

Abba se agarró a la mesa temiendo que sus piernas no pudieran sujetarla por más tiempo. Había sido un beso tan tierno, tan suave, tan inesperado y… y tan esperado al mismo tiempo; pero tan breve. Sintió que sus manos aún estaban tan juntas que no querría en ningún momento que ese preciso instante se fuera. Abba había jalado de Eddie para que estuviese mas cerca de su cuerpo todo lo que pudiera.

Esa vez ya no había sido un beso inocente de esos que Eddie pensó que le iban a agradar en un momento así, Abba había tomado sus labios con atrevimiento, pero no algo que él pudiera pensarlo como atrevido, mas bien, parecía que se hubieran besado antes miles de veces. Él había pasado una de sus manos a su cintura baja y la otra fue directo a su cabello, con suavidad para que los anillos no le jalaran los mechones dorados. Abba sentía como si en su estómago y corazón pasara un carnaval tras otro, la reacción de su cuerpo había sido el no querer alejarse de Eddie en ningún momento.

Munson, con el cuello de la parca alzado y las manos descansadas en unas mas pequeñas, ya no recordaba más dulzura que la de su boca. Caminaba en su mente por la orilla de una carretera iluminada por una henchida luna llena y con la felicidad pegada a los labios. Aquellos mismos labios con los que por fin lo había besado.

Playlist de Abba y Eddie hecha por ustedes, link en comentarios

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Playlist de Abba y Eddie hecha por ustedes, link en comentarios. Si quieren mas canciones ponganlas respondiendo el link, será un placer añadir todas las que piensen que fueron hechas para Ebbie.<3

MATERIAL GIRL Ꮺ eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora