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I don't like u, i adore u

—Tengo contactos para promocionar tu línea de moda. Te ayudaré en tus proyectos, haré que seas maravilloso en lo que te gusta. Moveré cielo, tierra y mar por ello.—Tomó sus mejillas, decidido a no apartar la mirada de los ojos casi negros del menor.—Te quiero.

—Yo te amo.—Rió corto, mientras pequeños destellos se asomaban en sus ojos.

Era como juntar los dos extremos del hilo rojo.

Ahora; estarían completamente juntos. 

—Es una forma muy patética para...

—Créeme, nunca va a importar donde sea, sino con quién.—Wonwoo asintió y se acercó hasta su rostro.

Aquel ansioso beso cargado de energías, había estimulado lo suficiente como para sentir aquella chispa en él. Mingyu pasó sus manos por la nuca del menor, mientras que el azabache pasó las suyas por su pecho, tomando la bata de hospital que de alguna manera le quedaba bien. Sus labios se interponían y pequeñas descargas eléctricas les pasaban la espina. Mingyu podía jugar con libertad con sus labios, mientras que el menor inclinaba un poco su cabeza. Los ruidos eran lo único que se escuchaba aparte de la televisión. Se sentían bien; acordes a su momento.

Se estaban amando. 

Se separaron, dos suspiros pesados de parte de ambos se escucharon. Rieron juguetonamente y se dieron un leve beso, casto, recatado; aunque cargado de amor. 

—Deberíamos organizar todo ya que te dan de alta.—Susurró Wonwooo, reacio ante la idea de querer siquiera separarse de su rostro. Aún podía sentir el aliento un poco acelerado de Mingyu, era agradable tener su mirada sobre él.—Yo...

—Sólo cinco minutos más.—Masculló entre dientes el mayor, tomando las mejillas del menor, mientras su sonrisa destacaba en su rostro, bajo aquellos rayos de sol que salían de repente.—Sólo... 

Wonwoo negó, para luego iniciar otro beso. 

Este fue casto, agradable, más lento y cariñoso. 

—Amor...—Susurró Wonwoo con naturalidad. Ambos se separaron, y se miraron con ojos sorprendidos. 

—Acabas de...

—¡No digas nada!—Negó completamente sonrojado, bajándose de la camilla, tomando algunas cosas para comenzar a dejarlas en el bolso.

—Me gusta más cariño.—Dijo pensativo el mayor, mientras se levantaba de la camilla con cuidado, colocándose las pantuflas que no eran para nada bonitas, blancas pero cómodas, cumpliendo su función. 

—Yo no dije nada.—Wonwoo suspiró pesado, su corazón latía tan fuertemente que podía escucharlo, sus mejillas pintadas de un rojo intenso; dándole la espalda al fotógrafo que había creado todas sensaciones en su cuerpo.

—Lo que digas, amor.—Se acercó hasta el menor, aún con aquel fierro que iba conectado a un suero. Pasó sus brazos por el vientre del azabache, apoyando su cabeza en el hombro ajeno; completamente consciente de aquella posición tan comprometedora, abrazando por detrás al modelo.—No tengas miedo de decirlo, me hace ilusión.

—La última vez que lo dije así... Fue hace tiempo.—Wonwoo tuvo que dejar de guardar la ropa y cosas del castaño, aprovechando la calidez del cuerpo que lo envolvía. Mingyu repartió leves y castos besos por su cuello, dejándolo gélido, pero al mismo tiempo derretido entre aquellos fuertes brazos.—Sólo... Pensé que no ér-

—¿Quieres ser mi novio?—Preguntó directamente.

Mingyu ya anticipaba los hechos, se negaba profundamente a la idea de vagar con la idea de "No somos nada, por lo tanto, no puedo reprocharle nada". Y no quería que eso sucediera, todo menos eso; conociendo al menor, sería un vaivén que tendría que cortar obligadamente.