Kanao abre un ojo y la mira — ¿Porqué? —

Kiyo suspira — No debería decirte pero... en quince minutos iniciará una batalla en el reino espiritual, debo estar preparada para prestar atención en la enfermería a los que sean heridos —

Kanao asiente — Pero... ¿Las heridas allí afectan su cuerpo físico? —

La de listones rojos asiente — Luego de unos cinco minutos en el reino espiritual, las heridas en el espíritu de transforman en heridas físicas, si te quitan una pierna o un brazo, lo que tenemos que hacer es traerlos aquí y aplicarle anestesia, si no ese brazo o ese pie se volverá inútil —

Kanao asiente — Vale... gracias — Cierra sus ojos, pero no puede dormir, así que los vuelve a abrir — Kiyo —

La chica que ordenaba algunas medicinas la mira — ¿Sí? —

— Me puede decir hacia dónde es que están los dormitorios — Le sonríe — No me acuerdo —

Kiyo la mira sorprendida, luego ríe — Vale —

Camina hasta llegar a su dormitorio, abre la puerta y mira dentro.

— ¿Hola? — Al parecer ninguna de las chicas había llegado aún.

Camina hacia su cama, esta es la última de la línea derecha.

El sueño poco a poco iba entrando en ella así que se quería acostar rápido.

Se sienta en la cama, quita las botas negras de su uniforme, quita su chaleco negro también, luego de eso procede a quitar la camisa manga larga y a quitarse la falda que llegaba hasta sus rodillas.

Suspira y se recuesta en la cama, tenía que ducharse, tenía que...

Cae dormida, el cansancio fue más de lo que soportaba.

[ - - - ]

Abre sus ojos.

Estaba recostada en el suelo, sentía hierba debajo suyo.

El cielo estaba estrellado como nunca lo había visto, veía varias de esas estrellas formar galaxias, una vista supremamente hermosa.

El aire toca su cara.

Toma aire y suspira, todo es tan... pacífico.

Cierra los ojos, pero hay algo que la molesta, no sabe bien qué es, pero no le permite terminar de relajarse.

Suspira algo estresada, es como si la mirasen, algo así.

Se sienta y mira hacia todos los lados, a lo lejos puede ver una montaña ¿De allí venía esa sensación?

Camina hacia ella, antes de eso pasa por un bosque pequeño, un riachuelo donde ve algunos peces pequeños.

¿Por qué podía ver tan bien? Era de noche, pero su visión se me veía afectada.

Al llegar al pie de la montaña mira detrás suyo, la sensación sigue frente suyo, en la montaña.

Mira el borde del bosque, luego el cielo, y por último la montaña.

Algo, no, alguien estaba parado en la montaña.

La montaña empieza a secarse, como por arte de magia.

Las plantas se deshacen y lo que queda luego de unos 10 segundos es solo arena.

Un risco de arena, una persona parada en una saliente de la misma... el miedo empieza a apoderarse de sus pies.

Fija su mirada en esa persona.

Estaba algo lejos, unos 100 metros, y la altura de la montaña le hacía mirar hacia arriba para verlo bien.

Esa persona abre sus brazos, sonríe, sus ojos rojos que por alguna razón no la miran, su boca se mueve, pero no escucha nada.

Luego de unos segundos, el cielo empieza ser sacudido.

Las estrellas tiemblan, las formas hechas por las mismas se balancean y parece que quieren caer.

Mira detrás suyo, el bosque, el riachuelo y los peces habían desaparecido, ahora todo era arena.

La vista mística que la había recibido ya no estaba, ahora todo estaba desierto.

Esa persona por fín la mira.

Una sonrisa prepotente aparece en su rostro.

Alza su mano. Armadura negra, una capa roja carmín, un símbolo en su pecho.

Sus pies fallan y cae al suelo, el miedo ahora era insoportable.

— Bienvenida — Esa persona habla.

El miedo ha superado su límite.

Empieza a gritar, a cerrar los ojos, a intentar hacer algo.

Pero sus ojos no se quitan de él, como si no la obedecieran.

— Nos veremos luego — Sonríe ahora, de manera dulce.

Luego todo se vuelve negro.

Una existencia - KanaoWhere stories live. Discover now