-- Victoria --inclinó la cabeza a modo de saludo.

Su voz profunda hizo que su corazón diera un vuelco, aunque en el mismo momento también se detuvo cuando sus ojos se posaron en él.

-- Heriberto... --hizo lo mismo. -- ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano en la mañana? ¿No deberías estar durmiendo? Pensé que ya estarías en casa... --

-- Sí, pero me retrasé en el hospital... decidí tomarme el día libre. ¿Bien? --

-- Sí --asintió ella.

-- ¿A dónde vas? --cuestionó.

-- Bueno, tengo que llevar a Fer a la escuela y luego voy al estudio. Yo también tengo que trabajar. --

-- Sí, lo sé... --estuvo de acuerdo.

-- ¿Bueno, te veo luego? --sus ojos color avellana revolotearon hacia él.

-- ¿Te gustaría verme más tarde? --preguntó por sí mismo.

-- Claro --asintió de nuevo. -- Voy a almorzar con María, dijo que no está disponible para cenar... Me gustaría que comiéramos juntos en familia, así que revisa su horario y avísame. Debería estar entre mi oficina y el estudio todo el día. ¿Bueno? --

-- Bien --asintió.

-- Está bien, adiós --dio un paso adelante para besar las mejillas con él.

Aceptó su gentil afecto, aunque le entristecía que no fueran tan afectuosos como solían ser. Siempre le hacía preguntarse; qué salió mal.

Ella le dio unas palmaditas en el costado de la cara y pasó junto a él para llegar hasta Fernanda, que esperaba pacientemente en el coche.

Heriberto luego caminó hacia el interior de su casa, donde fue recibido inmediatamente por su hija.

-- ¡Hola papá! --ella se levantó de un salto y le dio un gran abrazo.

-- Hija --la besó en la cara. -- ¿Cómo está usted? --

-- Bien. Pero ¿qué estás haciendo aquí? --

-- Me voy a tomar el día libre. Pasé una noche muy larga en el hospital --la soltó de sus brazos y se acercó al gabinete por una taza. Luego se sirvió una taza de café solo y la llevó a la mesa donde estaba su hija. -- ¿Algo nuevo contigo? --luego se preguntó.

-- No, nada... --negó con la cabeza. -- Sólo la escuela y pasar el rato con Max. --

-- No sé si me gusta que visites a Max con tanta frecuencia --explicó.

-- ¿No? --

-- No --negó con la cabeza. -- Eres mi hija y me gusta pensar que soy más protector de lo que digo... Puede que trabaje para tu madre, pero no lo sé --sacudió la cabeza mientras tomaba otro trago de su bebida.

-- Papá, puedes confiar en mí --se acercó y colocó su mano sobre la de él. -- No planeo cometer ningún error ni tomar decisiones repentinas sin tu aprobación o la aprobación de mamá. Realmente estoy concentrada en mi educación y convertirme en algo. Ser modelo para mamá me está ayudando a comprender el dinero... --

-- No sé cuánto me gusta que modeles tampoco --se apresuró a agregar.

-- Papá... --ella miró lascivamente y luego se rió. -- No es como si estuviera haciendo cabriolas semidesnuda. Estoy usando hermosos vestidos con los que creó su esposa. No creo que mi madre alguna vez me pusiera algo inapropiado. Y siempre me maquillan sutilmente. --

-- Es cierto, pero podrías estar haciendo algo en lo que podrías ganar más experiencia. No quieres ser modelo, ¿verdad? ¿O diseñadora como tu mamá? --

Amor MíoWhere stories live. Discover now