Despertó a las cinco de la mañana, se ducho, se vistió y fue camino a casa del señor Lee, en donde aparcó su moto y tocó la puerta.

TaeYong abrió la puerta con la camisa medio abierta, el cabello despeinado y una corbata sobre su cuello.

—Buenos días—saludó el mayor muy apurado—. Llegaste muy temprano—se giró y volvió a la cocina.

—Buenos días—comenzó a seguirlo.

—¡Papi!, ¡Papá! —gritaron los pequeños al mismo tiempo.

—¡¿Mande?! —gritó con voz dulce.

—¡Jeno escupió la pasta dental en mi mano!

—¡Es que no alcanzo! —chilló.

TaeYong suspiró y le pidió al joven que lo siguiera al piso de arriba.

YoonOh vio como el padre de los pequeños entraba al baño, pero él se quedó fuera de su vista.

—XiaoJun, tesoro, debes de comprender que tú hermano no alcanza el lavabo.

—Nadie lo mandó a romper su banquito.

—Jeno, mi amor, ¿Por qué no traes el banquito de la cocina?

—Porque se atora en las escaleras—hizo un puchero.

—No creo poder ir al centro comercial esta semana, así que tendrás que traer tu banquito y tu hermano te ayudará... y no quiero oír quejas, ¿de acuerdo?

Los niños intercambiaron miradas y asintieron.

Su padre cerró la puerta y guio a YoonOh hasta su habitación.

—Yeri despertará en poco tiempo—susurró— Es muy fácil cuidarla, ya que, es muy tranquila. Cuando despierte le tienes que hablar con alegría para contagiarla de felicidad—rio—. Lo siento, es algo absurdo, pero Johnny la acostumbró a eso—suspiró—. Luego le das su leche tibia y más tarde una papilla que ya preparé...

TaeYong siguió hablando y YoonOh asintió a cada cosa que le decían.

—Dudo que Johnny o Mark vengan por ella temprano, pero si vienen, harán muchas preguntas... Diles que nos conocimos en el trabajo... ¿En qué trabajas?

—Soy diseñador gráfico.

—Perfecto. Diles que fuiste pasante hace unos meses y que trabajaste para mí, nunca les hablé de mi pasante, así que será fácil tomar su lugar.

—Está bien...

Bajaron de nuevo a la cocina, TaeYong terminó de servir el almuerzo de sus hijos y lo guardó en sus lindas loncheras.

—¡Papi! —Jeno entró corriendo a la cocina.

—¿Qué pasó, mi cielo?

—Nada—sonrió y lo abrazó con fuerza.

TaeYong sonrió en respuesta.

—Oh, buenos días, señor YoonOh.

—Buenos días, Jeno.

—¿Tu amigo YoonOh va a cuidarnos otra vez, papi?

—Va a cuidar a Yeri. Yo volveré a la misma hora que siempre, pero si YoonOh quiere quedarse un poco más, podrás verlo.

—¿Se quedará? —preguntó alzando la vista y mirándolo con unos ojos llenos de brillo.

No. Tenía que ir a comprar lo necesario para hacer la comida que le prometió a su hermano.

—Claro—le sonrió mostrando aquellos hoyuelos.

—¡Sí! —dio brinquitos en su lugar.

—Mi amor, ve por tu hermano y revisen que llevan todo.

Bizarre [JaeYong]Kde žijí příběhy. Začni objevovat