17. Malfoy | PARTE 3

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Draco

Las miradas que los compañeros de la orquesta del colegio le dieron al rubio platinado cuando se sentó a esperar, como el resto, al alumno a cargo de aquella clase, lo incomodaron a sobremanera, pero no podía culparlos, después del desayuno nadie lo había visto, y de no ser porque Pansy dijo que lo mejor sería ir a clases, después de haber faltado ya a las primeras 4, Draco no se encontraría frente al arpa mágico que le habían asignado.
Quería seguir buscando al espía, pero Blaise tenía razón al decir que podría ser cualquiera de los cientos de estudiantes de Hogwarts.

El platinado suspiró cansado, nunca le agradó el constante peligro de su vida, incluso si ya se había acostumbrado a este.
Hubieron veces en las que había pensado en huir de sus problemas, pero no pudo hacerlo. Y no  era porque no era un cobarde, pues si fuera así, se habría enfrentado a su padre... no había huido, porque el peligro era lo único que conocía...

— Buenos días chicos, lamento la demora, pero hubieron algunos asuntos que tenía que resolver.— Draco dejó de pensar en la cobardía que lo acorralaba todos los días, y prestó atención al alumno que los dirigiría aquel día.

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Draco, tienes que huir mi amor, no vengas a buscarme, si algo te pasara, no podría perdonármelo...—

— "Pero si tú mueres, no me quedará nadie". — Era lo que Draco había querido decirle a su madre, pero al darse cuenta de que había sido un sueño, todo lo que terminó saliendo de su boca fue un simple gruñido de frustración y dolor.

Había aceptado no hacer nada estúpido solo porque sus amigos se lo pidieron, pero saberse un inútil, solo lo impulsaba a hacer algo estúpido...


El día anterior Draco había tenido la oportunidad perfecta para preguntarle a Potter sobre cómo marchaba su plan para infiltrarse en el ministerio, pero ese día Blaise se había unido a la clase de Autocontrol y había decidido sentarse junto a él y Pansy, por lo que no supo cómo acercarse al chico de la cicatriz sin levantar sospechas de su lunático profesor.

Mientras se dirigía al gran comedor, no pudo evitar sentirse impaciente, pues pareciera que Harry no tenía ganas de infiltrarse al ministerio. Aunque sabía que no debía sentirse así. Solo habían pasado dos días desde que ambos se enteraron del complot que se estaba formando en el ministerio y era domingo, por lo que el azabache probablemente preferiría relajarse junto a sus amigos y novia.
Y aún sabiendo todo esto, Draco no pudo hacer desaparecer su frustración, mientras él no tenía permiso para hacer nada, Harry parecía simplemente no querer hacerlo.
Pensó en su pobre madre, y su frustración aumentó, al saber que nadie estaba moviendo un solo dedo para ayudarla.


Estaba comiendo un panqueque, cuando dos Slytherin se sentaron cerca de Draco, y empezaron a cuchichear entre sí, como si él no existiera.

— Parece que no eran tan buena pareja como creíamos...— Draco apenas pudo evitar rodar los ojos al escuchar el rumbo de la conversación. No sabía qué obsesión tenían algunas chicas con hablar de las pobres parejas del castillo.

— Weasley se enfadó mucho cuando Potter no se presentó a almorzar con ella en el Campo de Quidditch...— Nunca lo admitiría, pero escuchar aquello le dió verdadera curiosidad.— Lo peor fue cuando ayer, este rechazó su oferta para ir a Hogsmeade la semana que viene.

— Oí que Harry ya no ama a Ginny, y creo que es cierto, pues Potter ya nunca va a verla después de sus clases...

Draco perdió el interés de la conversación. Realmente era asunto de esos dos si querían una relación o no...

Draco MalfoyWhere stories live. Discover now