El mundo oculto del Espejo [SILENE #1]

El anillo

Obligué a mis piernas a caminar, bajando escalón a escalón hacia la sala del trono donde se celebraría mi primera prueba. Para mi sorpresa, mi cuerpo se relajó completamente mientras descendía. Mi cabeza se despejó por completo y cuando las escaleras llegaron a su fin yo sentía que era una persona diferente.

La sala del trono estaba como siempre salvo que, por primera vez, Hesper se encontraba sentado en el trono que le correspondía. Además del rey contaba con la presencia de Asmord y Schatt, los dos profesores de la Academia en aquel momento, que se encontraban abajo, de espaldas a Hesper, uno a cada lado. Sin poder evitarlo, mi mirada se desvió hacia mi instructor. Pero este parecía tener la mirada fija al frente.

—Bienvenida, Kaiserin Prorok, a la primera prueba de la Academia —la voz del rey resonó por toda la estancia, llenándola por completo—. Estás aquí para probar el avance de tus habilidades y tu control sobre ellas, asegurando de este modo no ser un peligro para nadie. ¿Aceptas esta prueba por voluntad propia?

—Sí, acepto —la voz, milagrosamente, no me tembló.

—Que comience el desafío.

Como por arte de magia, delante de mí apareció un soporte de piedra de la altura de mi cintura que sostenía una estructura bastante curiosa. Parecía estar hecha de roca aunque sus paredes estaban hechas de un material transparente, posiblemente alguna clase de vidrio o cristal. Esto facilitaba poder vislumbrar su interior. Se trataba de una caja rectangular, más alta que ancha y de poca profundidad. Dentro parecía existir una especie de extraño laberinto que descendía hasta la base, donde en un pequeño compartimento se hallaba un reluciente anillo.

—La prueba está diseñada para probar tus dos poderes elementales —la voz de Hesper volvió a inundar el lugar—. Tu objetivo es sacar el anillo de la cápsula, para lo cual necesitarás el aire para moverlo de un lado a otro.

Fijándome un poco más en el laberinto de roca presto especial atención al lugar exacto donde se encuentra encerrado el anillo. Es un compartimento en el fondo de la caja, bastante estrecho. Podría hacerlo ascender unos centímetros, pero una capa de fina roca me impedía avanzar más allá. Examinándolo más detenidamente vislumbré un pequeño cable negro sobresaliendo de la roca justo encima del anillo.

—Eso que estás mirando ahora mismo son filamentos que abren puertas en el laberinto de piedra —explicó el rey de los vampiros—. Necesitarás utilizar el fuego para hacerlos arder. Pero debes tener cuidado: en el centro guardar un explosivo que hará volar en mil pedazos todo lo que haya en el interior de la caja. Quemando los extremos, la puerta se abrirá y el anillo podrá pasar. Hay siete puertas a lo largo de todo el laberinto. La prueba se dará por concluida cuando el anillo esté liberado y obligues a Asmord, mediante tu poder de hipnosis, a entregármelo. ¿Alguna pregunta?

Intentando no pensar en la parte que involucraba a mi instructor, negué con la cabeza. La prueba estaba bastante clara, aunque se me antojaba algo complicada. Había practicado mucho con Asmord, pero aquel desafío exigía una gran meticulosidad y un excelente control de mis poderes. Muchas cosas podían salir mal. No obstante, no podía permitirme pensar en no lograrlo.

Me concentré en la primera puerta, la que se encontraba situada justo sobre el anillo que seguía descansando en su compartimento. Con un nervioso hormigueo en la yema de los dedos, me concentré en aquel primer filamento que había llamado mi atención. Era minúsculo y de color negro. Parecía cruzar la fina pared de roca horizontal de manera vertical. Hesper había dicho que si quemaba los extremos sin llegar al centro, la puerta se abriría. Había llegado el momento de comprobarlo.

Con un movimiento muy lento, pasé la yema de mi dedo pulgar por las yemas de los dedos corazón e índice, en ese orden y dirección. Había sido un truco que Asmord me había enseñado durante nuestras lecciones. "Tú mejor que nadie sabrás que no es cierto que necesites un gesto para hacer aparecer tus poderes —me había dicho—, pero ayuda a controlar la intensidad."