Capitulo 7: El Cadáver Andante

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Vamos, voy a curarte las manos. —lo tomó del brazo con fuerza y los alejó de la multitud.

Lo hice por ti, Cielo —susurró Trouble, viendo cómo le curaba las manos con delicadeza—. Para que sepas que tienes a alguien que puede protegerte y quererte.

Heaven presionó la herida de la mano del joven con vehemencia, lo cual hizo gruñir a Trouble. Lo estaba curando detrás de los baños en remodelación, mientras escuchaba la voz del director gritar por ellos.

Te lo agradezco, Trouble, de verdad —terminó de curarle las manos—. Pero no tienes que hacer eso por mí, sé muy bien que me quieres y me proteges. No tienes que demostrar algo tan obvio, sobre todo si ese algo te puede meter en problemas.

Le curó el rostro en poco tiempo y besó cada una de sus heridas cómo lo hacían de niños. Se levantaron para irse a clases o para recibir su castigo, pero el castaño la detuvo.

Te faltó aquí —se tocó la comisura derecha del labio, esperando que lo besara.

Heaven negó riendo, se paró de puntillas sobre sus pies y le dejó un pequeño beso en la comisura de su labio. La pelinegra salió de su escondite levemente sonrojada, mientras Trouble sonreía cómo poseso, igual o más sonrosado que ella.

Heaven dormía tranquila en su habitación sin percatarse de la imponente sombra que se arrastraba sobre el suelo y se contorneaba hasta llegar a su cama. La sombra se subió sobre Heaven, restregándose sobre ella cómo si de un gato se tratase.

La teñida se movía incomoda sobre la cama, sintiendo sobre ella un peso indescriptible, más no despertaba. La sombra se acercó al rostro de la joven y comenzó a susurrarle extraños rezos con voz carrasposa, haciendo que Heaven se desesperara en sueños.

—Despierta... —susurró cerca de su oído—. ¡Arriba!

Heaven brincó asustada, pero no despertaba. No podía, aunque lo quisiera.

—Arriba, pequeña alma... —rio entre susurros, burlándose de ella. Se burlaba por verla tan vulnerable, sola —. ¡Despierta!

Gritó con voz escalofriante, haciendo que Heaven despertara exasperada. Su respiración era irregular, el pecho le dolía y su corazón no para de moverse exasperado. Observó cada rincón de la habitación, cada esquina que la poca luz la dejaba ver, pero no logró ver nada.

Pero la sombra estaba allí, escondiéndose entre lo oscuro, viéndola. Observando cada movimiento de esa alma asustada.

Heaven bajó de su cama tratando de controlar su agitada respiración. Salió de la habitación para buscar un vaso con agua y calmar la repentina sed que le dio. Aun no amanecía en su morada, no quería despertar a su Trouble, así que caminó de puntillas al pasar su cuarto y al bajar las escaleras.

Al atravesar el pasillo corrió con rapidez hacía la cocina, evitando ver hacia el cuarto de piano. En la cocina buscó su botella de agua dentro del refrigerador y la bebió tan rápido cómo pudo. Estuvo a punto de guardar el resto de ella en la refri, pero se detuvo al sentir dos manos sobre su cintura. Cerró sus ojos con fuerza al creer que eran otra vez sus ataques de esquizofrenia, pero al escuchar la ronca voz de Trouble sobre su oído, se tranquilizó.

—¿Qué haces despierta? —susurró el joven, sobre su oído.

La teñida dio la vuelta y quedó frente a Trouble, viéndolo a los ojos, ignorando ese escalofrío que le dio sentirlo tan cerca.

—No podía dormir, tuve una pesadilla —se pegó más a él, buscando refugio.

—¿Quieres dormir conmigo, Cielo?

El Bosque De Las Almas Perdidas ©️Where stories live. Discover now