032

42 5 0
                                    

The INKwell. Manhattan, New York.

–¿es sensato hacer negocios en lugares tan concurridos? –pregunta Gianna cuando aparcamos fuera de el club.

–No haremos negocios esta noche, Gianna. Solo supervisaremos la zona. Además, New York es sumamente diferente a Italia.

–ya veo... –dice mirando a su alrededor cuando bajamos de el vehículo.

–entremos de una buena vez, anda.

Camino hacia el interior de el club con Gianna detrás mío y nuestra escolta a nuestro alrededor.
De inmediato se nos dirige a nuestro espacio VIP y se nos trae una botella de champán.

–no se tu pero yo necesito un trago.

Gianna se levanta de su asiento, apure la botella con precision y se sirve una copa.

–¿quieres que te sirva? –me pregunta.

–estoy bien... Aún sigo recuperándome por la semana pasada.

–aburridoooo... –se mofa mientras bebe de su copa.

–señorita D'Angelo. –un camarero de nos acerca con una bandeja en mano, esta tiene perfectas líneas formadas de cocaina en ella.

–oh, no. Estoy bien, gracias. –rechazo la clara oferta de inmediato.

–yo también estoy bien, gracias. –dice Gianna mientras se concentra en beber– ¿no te gusta la coca?

–no es mi favorita. Además no puedo consumir donde la mayoría de la gente pude verme, tengo una imagen que mantener.

–de acuerdo, de acuerdo y ¿entonces qué haces?

–Mariguana en su mayoría y extasis de vez en cuando.

–¿de el suministro familiar?

–obviamente...

–esa es una mierda muy buena –dice soltando una risita.

–y que lo digas... –digo con una sonrisa en el rostro.

Observo todo el club con detenimiento. Una luz azul alumbra todo el lugar, la gente bebe y baila.

–¿y que venimos a inspeccionar exactamente?

–Venta de mercancía. Lo normal.

–¿y como identificas a los distribuidores?

–¿hace cuento no haces trabajo de campo, Gianna?

–dos años, tal vez...

–¿como es que mi padre llegó a la conclusión de que tú me serías de utilidad en trabajo de campo?

–oh, por favor... Hace unos meses volví al trabajo.

–Entonces esto no es sobre mi... ¡Es sobre ti! –la miro con indignación– Querían que fuera tu niñera y te capacitara una vez más. –frunzo el ceño claramente enojada– Mentirosos hijos de perra... –susurro para mi misma.

–vamos, Clarissa... Estoy segura de que podemos trabajar esta situación para beneficio de ambas.

–¿por qué no vas a divertirte por ahí? Yo haré el trabajo. –digo con claro fastidio.

–Clarissa...

–escucha, Gianna. Tu tienes el beneficio de poder disfrutar tu vida porque no tienes que cargar con todas las responsables como yo. Así que solo vete. –señaló el centro de la pista– y no llames la atención, por favor.

Gianna me dedica una mirada con remordimiento y se dirige hacia donde se encuentra toda la gente.

–tráeme un whiskey en las rocas –pido a un mesero para después suspirar con pesadez.

MAFIA; the heiress of the devil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora