Mimosa - Nadie sabe que te quiero

C026 - El vidrio del baño es en realidad semitransparente

De repente, Ji Xinglan arqueó una ceja y Yan Qiu se quedó sin habla. No sabía cómo iniciar la conversación.

―Ji Xinglan, ¿por qué el vidrio de tu baño es semitransparente? ¿Lo instaló intencionalmente?―Yan Qiu se dio cuenta de que su voz no era tan imponente como él quería. En cambio, fue un poco suave.

Cuando escuchó esta pregunta, Ji Xinglan se sorprendió un poco. ―¿Lo hice intencionalmente?

―¿Por qué el vidrio del baño es semitransparente? ―Yan Qiu señaló el baño.

Ji Xinglan no pareció entender a qué se refería Yan Qiu. Preguntó con curiosidad: ―Sin embargo, se supone que el vidrio es transparente. Si no se supone que el vidrio sea transparente, ¿qué más se supone que sea transparente? 

Yan Qiu estaba casi convencido por su lógica. ―¿No es obra tuya?

―¿Me parezco a alguien que seleccionó personalmente este vidrio? ―Ji Xinglan finalmente registró que Yan Qiu sospechaba de él, y lo encontró un poco tonto. 

―¿De Verdad? ―Yan Qiu todavía tenía algunas dudas, pero sentía que lo que dijo Ji Xinglan también tenía sentido.

Era imposible que Ji Xinglan eligiera este vaso. Quién sabía cuántas casas tenía a su nombre. De hecho, es posible que no haya participado en la renovación de este apartamento en absoluto.

Yan Qiu se quedó sin habla por un momento y miró fijamente el cristal. ―Bueno, solo cambia el vidrio en el baño. Por favor, asegúrese de que no se puedan ver a través de ellos.

Ji Xinglan sabía que Yan Qiu estaba preocupado de que actuara como un bribón con él, y lo encontró interesante. Parecía que había intimidado demasiado a Yan Qiu, y Yan Qiu ahora desconfiaba un poco de él.

Ji Xinglan no se molestó en discutir con él. Simplemente pasó una página del libro que tenía en la mano. Luego, dijo con calma: ―¿Eres tímido? No miraré. 

Yan Qiu realmente quería morder la cabeza de Ji Xinglan.

Sintió que era imposible para él alguna vez tener la ventaja cuando discutía con Ji Xinglan. A pesar de que tenía razón, Ji Xinglan aún podía discutir de una manera tan irrazonable que Yan Qiu efectivamente se quedó sin habla.

―No me importa. Tenemos que cambiarlo. Bañarse en ese tipo de baño no era diferente a correr desnudo. ―Insistió Yan Qiu.

Ji Xinglan cerró el libro sobre sus rodillas suavemente, produciendo un ligero ruido sordo. También se quitó las gafas con montura metálica de la nariz y dijo lentamente: ―En serio, ¿por qué crees que te echaré un vistazo?

Yan Qiu lo miró con leve desdén.

¡Es porque siempre actúas como un gamberro!

Yan Qiu notó que no podía ganar esta discusión en absoluto. Si continuaba en esta línea, parecería que era un narcisista, por lo que solo podía hacer pucheros. ―... No es como si no hubiera nada agradable para mirar.

Ji Xinglan miró al niño frente a él antes de que de repente se acercara y agarrara su antebrazo con una mano. Con el otro, agarró su cintura y, con un tirón, tiró a Yan Qiu en sus brazos.

Yan Qiu, quien fue tomado por sorpresa, fue capturado y arrastrado a sus brazos. Luchó un poco, pero no pudo liberarse. Entonces, solo pudo recostarse contra él sin fuerzas. Una vez que se calmó, Ji Xinglan tomó su mano y besó sus nudillos de una manera suave.

Sus ojos eran profundos y brillantes mientras miraba profundamente a Yan Qiu. Abrió la boca y dijo en voz baja: ―Por supuesto que te ves bien. Pero no haré nada pervertido, porque te hará infeliz. Haré que alguien cambie el vidrio mañana.