𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 52

Start from the beginning
                                    

–Si, nos están esperando ahí –sonrió aún mirándome.

Asentí y comencé a caminar hacia la cafetería esperando que Harry me siguiera. Él caminaba un poco más atrás pero aún así podía sentir su presencia. Sabía que había notado mi actitud, y yo solo esperaba que no fuera un problema.
Antes de entrar a la cafetería, Harry tomó mi mano y me arrastró unos pasos al lado de la puerta.

–Lou, ¿estás enojado por algo? –preguntó apretando mi mano.

–¿Debería? –respondí frunciendo el ceño y me golpeé mentalmente, dándome cuenta de lo cortante que había sonado.

–Creo que no –susurró y suspiró para volver a mirarme–. ¿Estás enojado conmigo?

Sonreí, viendo lo tierno que se veía. Y me di cuenta que la situación era similar a cuando él me ignoró por una semana. No quería hacerlo sentir mal o crear malentendidos, pero a veces ni siquiera yo me entendía.

–Jamás podría enojarme contigo Hazza –negué riendo. Tiré de su mano y lo abracé, repitiéndome que lo único que estaba logrando era alejarlo de mí–. No quería que pensaras eso, lo siento...solo es un día raro para mí.

–¿Todo en orden? Puedes decirme lo que sea, lo sabes –se separó un poco para mirarme y me quedé unos segundos en silencio, solo admirando el verde de sus ojos–. Lou.

–Todo está bien –sonreí sintiendo mis mejillas calentándose de a poco–. Solo he estado pensando mucho en algunas cosas, pero no es nada grave.

–Me alegro –sonrió y me tomó de las mejillas–. Pero aún sigues muy acalorado, ¿No tendrás fiebre?

Si supieras.

–No lo creo, la calefacción de la biblioteca estaba muy alta, debe ser eso –besé su mejilla y me separé de él para pasar un brazo por su espalda baja y guiarlo dentro de la cafetería–. De todas formas, gracias por preocuparte.

–Siempre, Lou –sonrió y después de tomar nuestra comida y saludar a Dorothea, Harry tomó una manzana y se alejó a la mesa de los chicos.

–Oye Louis –Dorothea le llamó y retrocedí unos pasos para llegar frente a ella.

–Mande.

–¿Ese chico es tu novio? –preguntó mirando a la mesa de los chicos–. Es muy lindo.

–¿Quien? ¿Harry? –miré en dirección a la mesa y pude ver que el ojiverde me miraba desde ahí.

–Si, se ven muy lindos juntos –sonrió apoyándose en la mesón.

–Dorothea –me quejé haciendo un puchero–. Solo somos amigos.

–Claro, pero ambos quieren ser más que eso, ¿no? –se burló moviendo sus cejas.

–Oh dios –abrí la boca, ofendido y la apunté con mi dedo–. Eres una atrevida.

Ella rió y después de tomar dos galletas con glaseado, acercó su mano y las dejó en mi bandeja.

–No lo niegues jovencito –negó y se limpió las manos.

–No lo niego, pero no creo que él sienta lo mismo –me encogí de hombros.

–Por supuesto, solo te ve como un amigo, es por eso que es el único de la mesa que no te ha quitado la vista de encima –rió y miró de reojo la mesa donde los chicos se encontraban–. No reprimas el amor Louis, la vida es muy corta para privarse de algo tan hermoso.

–Ahora hablas como mi madre –sonreí tomando la bandeja nuevamente para alejarme.

–¡Si te lo dicen es por algo! –escuché como hablaba a mis espaldas y me giré hacia ella para arrugar la nariz y despedirme.

–¿Qué ocurrió allá? –preguntó Harry apenas tomé asiento a su lado.

–Solo Dorothea disfrutando molestarme –negué y tomé ambas galletas para mostrárselas–. ¿Verde o azul?

–Hm, azul –tomó la galleta y antes de darle una mordida, se acercó y besó mi mejilla–. Gracias Lou.

–No es nada –respondí mordiendo la galleta. Me giré disimuladamente para ver a Dorothea, y ella solo me guiñó el ojo.

–¡Oye! ¿Por qué a Harry le trajiste una galleta a nosotros no? –se quejó Niall cruzándose de brazos.

–Porque Harry es especial –respondí encogiéndome de hombros.

–¿Y nosotros no? –se quejó de nuevo.

–Eh, claro, claro –reí apoyando un brazo en la mesa. Me giré para ver a Harry, quien me miraba con una sonrisa–. ¿Qué?

–Nada –negó pero seguía sin dejar de sonreír.

Lo miré unos segundos más y al sentir mis mejillas calientes, me giré para comer.

Ahora que sabía con exactitud que Harry me gustaba y lo admitía, tenía que aprender a controlarme al estar cerca de él, o podría joderlo todo.









–C.

QUERIDO ABUELO Where stories live. Discover now