𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 21

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–Buen día Louis –apareció Harry a un lado de mi casillero.

–Harry –sonreí sacando un par de libros y guardando otros.

–Te ves horrible –dijo tomando mi rostro entre sus manos.

–Vaya, gracias Harry –levanté las cejas, fingiendo estar indignado–. No todos podemos vernos como tú, ¿sabes?

–No tonto, me refiero a que tienes unas ojeras muy feas –frunció el ceño mientras inspeccionaba todo mi rostro–. ¿No dormiste bien?

–No mucho –me encogí de hombros y besé la punta de su nariz–. Pero agradezco la preocupación.

Después de soltarme y cerrar la puerta del casillero, pasé un brazo por sus hombros y nos dirigimos a nuestra clase.

–¿Seguro estás bien?

–Si Harry, estoy bien –reí enternecido y besé su mejilla rápidamente antes de separarme y tomar asiento.

–Deberías irte a casa, no tienes muy buen aspecto Lou –se apoyó en la mesa sin despegar la vista de mí.

–Solo estoy algo cansado –bostecé y me estiré un poco–. Tampoco es el fin del mundo.

–¿De qué hablan? –Liam se sentó frente a nosotros y a los segundos llegó Niall.

–De que Louis está forzando su cuerpo más de lo que debería –respondió Harry cruzándose de brazos.

Negué rodando los ojos y escondí mi rostro entre mis manos. Es cierto, estaba jodidamente cansado. Podría haberme saltado el resto de las clases, pero no podía permitírmelo, no podía bajar mis calificaciones o estaría acabado. Además presentía que si me dormía ahora no despertaría hasta dentro de dos días.

–¿A qué te refieres? –inquirió Niall mirándome. De pronto tenía la atención de los tres.

–Mamá casi no pasa en casa, así que tengo que hacerme cargo de mis hermanas, prepararles la cena, ayudarlas con sus deberes y todo eso –me encogí de hombros y recosté mi cabeza en el hombro de Harry.

–¿Por qué no lo mencionaste? Podríamos haber ayudado –dijo Liam frunciendo el ceño.

–No –negué cerrando los ojos–. Es mi responsabilidad como hermano mayor, está bien.

–Louis estás agotado, ni siquiera sé cómo te mantienes de pie –habló Niall e inconscientemente miré a Harry, quien me regaló una linda sonrisa.

–Y no comes como deberías, lo he notado –habló el ojiverde mirándome. Tomó mi mano y le dio un apretón–. No es sano.

–No pasa nada chicos, sólo necesito agarrarle el ritmo a todo esto, y cuando lo haga todo estará bien –me senté correctamente cuando el profesor entró al salón con una cara de culo.

–Creo que alguien está de mal humor –susurró Harry viendo al hombre delante nuestro.

Reí y cuando fui a tomar mi lápiz, noté que seguíamos de la mano, lo que me hizo mirar a Harry. Él me devolvió la mirada tranquilamente y cuando sonrió sentí como la sangre se acumulaba en mi rostro.

Y me di cuenta del poder que Harry tenía mí, siendo capaz de provocarme un maldito paro cardíaco con sólo mostrarme su sonrisa y esos lindos hoyuelos.











C.

QUERIDO ABUELO Where stories live. Discover now