Capítulo 26

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Quince días después...

El chico celeste se había marchado ya, de la dantesca cárcel de Múnich; todos los presidiarios lo sabían, pues la noticia había corrido con impresionante rapidez, sacudiéndolos y generando diversas opiniones y sentimientos. John, por ejemplo, solitario otra vez, volvería a sumergirse entre libros y recuerdos agridulces, Cristoph tendría que buscarse a alguien más para fastidiar, y los demás reos un nuevo efigie, al cual desear. Sin embargo, Harry se sentía, extrañamente, impaciente y desesperado; ahora, reconocía que no sólo la venganza lo incentivaba para fugarse lo más pronto posible, también lo era el anhelo de ver y tocar al jovencito de cabellos dorados, y dudaba, sobre cuál de los dos sentimientos; tan opuestos, predominaba en su corazón.

Pensó en él; en su piel blanca entre la más blanca, en su cuerpo esbelto y perfecto. No podía, ni contemplaba, olvidar su beatífico rostro, su pintoresca personalidad, sus sonrisas seráficas y aquellos ojos; bellos luceros refulgentes, bien incrustados en sus memorias.

—Volveré a verte.

—Y como Ulises con Penélope… —Le interrumpió un Kim somnoliento.

Harry sonrió en la oscuridad de su celda.

—Yo no me tardaré tanto tiempo. No daré oportunidad a que alguien le ande rondando con buenas o malas intenciones.

—Ah, qué increíble, ¡Harry enamorado!

—¿Enamorado? —Se quejó atónito.

—Ah, venga, creí que ya habías pasado la etapa de aceptación —El rizado soltó una ligera risa.

—Es sólo una palabra que no me gusta —Suspiró con molestia —Me resulta muy extraña, y al mismo tiempo, tan gastada.

—Lo que sucede es muy simple; no estás acostumbrado a usarla, seguramente fuiste criado como un robot. ¿Es que tu madre no te lo decía todas las noches?

—¿Decirme?

—‘Te amo’ —Harry frunció el entrecejo con expresión huraña.

—Ella estaba muy ocupada, siempre rezando.

—¡Qué extraño! Seguramente de ahí se deriva tu ateísmo.

Ja, no empieces con tu estúpida psicología, si te dijera las razones que tengo para no creer en dioses, no acabaría en toda la noche.

—Está bien, cada quien. Y cambiando de asuntito, ¿cómo te sientes, ahora que falta poco para tu gran golpe?

—Ansioso.

—Harry... he estado pensando, todo es muy elaborado y minucioso, si algo sale mal, ¿tienes un plan b?

—No hay planes b en éstas situaciones, menos aún para situaciones como la mía. Ni siquiera puedo corromper al maldito director, ése abogadillo de mierda es íntimo amigo de Malik —Masculló con odio.

—Lo recuerdo, Liam Payne y sus eternos escándalos con la mafia.

—Zayn tiene a su gente por todas partes.

—Y aun así, no podrán contigo.

—Una vez que salga, no se la va acabar; le haré pagar hasta el último segundo de mi encierro.

—Confío plenamente en que así será.

•  •  •

Sencillamente, tenía ganas de comerse al mundo; apenas quince días habían pasado desde su salida de la penitenciaría y las noches de descanso, le parecían un desperdicio de tiempo. ¿No era cierto entonces, que todas las personas gastaban la mitad de su existencia, durmiendo? Él no deseaba dilapidar valioso tiempo, pero su madre insistía en que debía reponerse de vitalidad y salud, y como recompensa a su paciencia, le prometió un viaje a las cálidas y paradisiacas playas del Caribe. Niall aceptó encantado, comenzando a comer dobles raciones de frutas y verduras.

Invicto »n.sWhere stories live. Discover now