𝖼𝗂𝗇𝗊

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  La sala de espera del hospital era horrible según su opinión. Las paredes de color azul trataban de calmar la monotonía que transmitía el hospital sin conseguirlo. Jihoon suspiró quien sabe cuántas veces en toda la noche. No sabía que hora era, solo sabía que el sonido del reloj sobre él estaba siendo malditamente molesto, para él el tiempo se había detenido y solo veía a la gente ir y venir, a los doctores ir y venir, a las personas llorar y angustiarse. Él solo estaba sentado en un sillón también azulado en una esquina de la sala. Un café estaba colocado frente a él, no sabe quién lo puso ni hace cuanto tiempo, ni siquiera sabía si era café, solo sabía que había dejado de soltar vapor hace ya bastante pero ni le interesaba. Podía sentir a Junkyu a su lado dormir, ojalá él pudiera dormir, pensaba. Culpaba su falta de sueño al molesto sonido del reloj, pero la cantidad de escenarios que se presentaban en su cabeza eran el verdadero problema. Los señores Choi habían desaparecido y la sala parecía de repente vacía. Solo era él, sus pensamientos y la misma monotonía solitaria que había estado sintiendo esas últimas semanas. La única persona que solía sacarlo de esa monotonía era Hyunsuk.

Hyunsuk.

  Su cabeza retumbó al escuchar ese nombre nuevamente. El chico de cabellos teñidos de azul que se reía de todo, que bromeaba por todo. El chico de mirada y semblante dulce que con solo mirarlo podía dispersar sus problemas como si fueran aire. Recordaba que la última vez que habló con él antes del accidente habían estado bromeado sobre casarse y adoptar dos pequeños ya que se habían enterado del regalo de aniversario de Mashiho, el anillo. Recordaba la dulzura con la que Hyunsuk hablaba sobre ellos juntos en una boda. La forma en la que lo miraba al decirle esas palabras. ¿Será igual? la forma en la que él veía como Hyunsuk miraba a Mashiho cuando estaban juntos, como si fuese lo único que le importara en el mundo, en ese entonces... ¿Hyunsuk lo miraba de esa forma?

  Varios zarandeos hicieron que se despertara de el sueño en el que estaba. Se había quedado dormido, claro.

ㅡ Cariño, Suk ya salió de la cirugía, ¿quieres pasar a verlo? Él está inconsciente por lo que puedes pasar tú, además, Mashiho se fue a casa y solo quedas tú, ¿quieres venir?

  La voz de la mamá de Hyunsuk se escuchaba más suave de lo normal, pudo ver como esta estiraba su mano para que él la tomara y ella lo guiara al cuarto de su novio. Miró a su lado y Junkyu ya no estaba a su lado, ¿eso también fue un sueño?

ㅡ ah, ¿buscas a Junkyu? ㅡ Jihoon asintió.ㅡ Se fue a la casa de Mashiho luego de que este se fuera, me pidió que te avisara que estaba contigo pase lo que pase. ㅡ la mujer le sonrió y acarició sus cabellos suavemente.ㅡ vamos cariño, necesitas estar a solas con él, lo veo en tu rostro.

  Se paró de su lugar y sintió sus piernas temblar debido a que había estado en la misma posición por mucho tiempo. Pudo ver por las ventanas que estaba amaneciendo, ¿cuánto tiempo había dormido?. Cuando llegaron al cuarto pudo ver el rostro de Hyunsuk inconsciente y su cabello envuelto en vendas blancas. Estaba conectado a un respirador debido a la anestesia, pero él estaba ahí, estaba... vivo. Pudo sentir las manos de la señora Choi en su cabello, dejando caricias y un suave beso en sus hebras.ㅡ te dejaré a solas con él, yo debo ir a descansar. Jihoonie, cuida a nuestro pequeño, ¿si? ¿lo prometes?

  El pelirojo asintió y luego escuchó la puerta corrediza ser cerrada. No estaban en su cuarto normal, era el cuarto de terapia intensiva según le había explicado Yoojun.
  Acercó su silla a la camilla y colocó sus manos temblorosas sobre las del menor y lloró al notar de que seguían tibias tal y como las recordaba. Lloró porque había extrañado a su pequeño, porque él seguía ahí.

  No sabía si su memoria iba a volver al instante, solo sabía que necesitaba ver a su pequeño sonreirle una vez más. Pero no a Mashiho, no a sus padres o a las enfermeras tratando de ser amable. Necesitaba ver esas sonrisas que solo él podía hacerle sentir tantas cosas, necesitaba sentirlo nuevamente a su lado.
  Tal vez pasaron horas, pero Jihoon nunca se apartó de la camilla, nunca apartó sus manos de las del contrario, nunca dejó de observarlo y apreciarlo, porque había perdido demasiado tiempo sin su pequeño como para simplemente ignorarlo. Hizo a un lado todas sus inseguridades y se quedó junto a su persona segura, con quien sabía que debía estar.

Se sentía correcto estar ahí.

...

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