Un Eevee Algo "Especial" [PAUSADA]

#04: Recuerdos

‒ ¿Lune? ¿Estás ahí?

Comenzó a tocar la puerta de forma algo frenética, sin embargo no recibió la respuesta que buscaba, de echo, no recibió respuesta alguna.

‒Voy a abrir ‒avisó antes de hacer dicha acción, se llevó la respuesta de que su hijo no se encontraba‒ ¿¡Gilcuz!?

Exaltado comenzó a buscar a su hijo, quien no aparecía por ninguna parte. Revisó el armario, bajo la cama, en los cajones e incluso por las repisas, ni rastro del mencionado.

‒ ¡¡Lune, esto no es gracioso!! ‒gritó de forma seria, no recibió respuesta.

Salió y recorrió la casa, gritando el nombre de su hijo esperando una respuesta.

‒ ¡¡Gilcuz Lune Storm!! ‒lo llamó por su nombre completo mientras rebuscaba por las distintas habitaciones‒ ¡¡Sal ahora mismo!!

Regresó a aquella habitación, percatándose de la ventana abierta.

‒Pero qué-...

Con sus sospechas se asomó, notando el pequeño rastro de huellas que el eevee shiny había dejado días atrás, huellas difusas, pero que lograban notarse con atención. Lo dirigían al bosque, con disgusto siguió el rastro hasta el valle de bayas. Extrañado, se acercó a estas y empezó a comer tranquilamente, observando a su alrededor.

‒(Quizás... Lune este cerca) ‒pensó levantándose empezando a buscar a su hijo.

Buscó en cada lugar al que pudo ingresar, pequeños montes, arroyos y cuevas, no había rastro alguno. Finalmente el atardecer se hizo presente, no tuvo mas que regresar a casa. 

‒...

Se aventó al sofá, intentando procesar lo que estaba sucediendo. Su único hijo se encontraba desaparecido y no tenia ni idea desde hace cuanto tiempo. No le quedó de otra mas que suspirar e ir a la policía para hacer la denuncia de desaparición, llamó a la familia Tim y se aseguró de no dejar rastro fuera de lugar.

[DE VUELTA CON BIANCA]

[Narra: Bianca]

‒Tanto tiempo, hermanita

‒ ¿Ru.... Rubí....? ‒volví a susurrar dejando caer algunas lagrimas.

Rubí abrió la boca para hablar, pero antes de que siquiera logre decir algo la interrumpí dándole un fuerte abrazo que casi la tira al suelo. Lágrimas caían de mis ojos, ella mostró aquella sonrisa tan dulce que siempre me animaba.

‒ ¡¡L-lo siento!! ‒interrumpí‒ ¡¡Fue mi culpa!!

‒Shh... Shhh... Tranquila no es tu culpa, tu no tienes la culpa de nada, ya no llores ¿Si?‒ Me respondió acariciando mi cabeza con gran ternura.

‒T-te extrañe mucho... ¿Sabes? ‒dije separándome del abrazo mientras me secaba las lagrimas.

‒Lo sé hermanita.

‒ ¿Te puedo preguntar algo?.

‒Claro ‒dulcemente respondió.

‒ ¿Donde estoy? Y ¿Aquí estuviste todo este tiempo? ‒pregunté curiosa sentándome junto a ella.

‒1. Estas... Como decirlo, en algo así como un plano astral si se le puede decir. 2 Si, he estado aquí todo este tiempo.

‒A ok, espera... ¿¡¿QUÉ?!? ‒grité levantándome de golpe.