𝐏 𝐫 𝐨́ 𝐥 𝐨 𝐠 𝐨

2.3K 63 3
                                    

𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬 | 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟏𝟐

—Mabel, ya, para de una vez. Llevas diez cuadras a la redonda echando humos por las orejas. ¿Me puedes explicar que putas mierdas te pasa? —me detiene arrugando parte de mi campera de cuero.

Gran error mi querido hermanito.

—¿Qué me pasa? ¡Mamá me pasa! No puede simplemente enviarme a una estúpida misión de cazar un simple demonio shax que por cierto, ¡No apareció en toda la puta madrugada! —me quejo liberando toda mi furia hacia Matt. Sé que no debo liberar mi ira contra alguien que no se lo merece, menos él que es mi mano derecha pero, sinceramente me ha estado rompiendo los ovarios desde la quinta cuadra de la segunda patrulla.

Mabs, de hecho es la directora del Instituto y tiene toda autoridad sobre nosotros sobre las misiones. Más aún ambos siendo de nivel intermedio según su evaluación de rango. ¿Te olvidas muy rápido las cosas? —suelto un suspiro. Tiene toda la maldita razón, pero no lo admitiré porque no quiero soportar sus burlas por todo un mes.

—Siempre nos deja fuera de misiones importantes sabiendo que fuimos los mejores de nuestra clase Matty. Yo... me siento muy inútil —admito restregando mis manos por mi cara. Esas vueltas me agotaron como toda la bronca que llevo dentro de mí, junto con la culpa de haberle dicho cosas a mi madre que llevaron a que ahora esté en uno de los tantos callejones de Sydney, detrás de un mísero demonio.

—Nos protege como toda madre. En parte la entiendo, y otra te entiende a tí. Pero sinceramente prefiero esto a que andar en casos muy complejos.

—Puede ser —termino luego de que una vibración llega a mi trasero y sé lo que es, mi teléfono. Lo quito del bolsillo de mi jean y abro los ojos de par en par—. Están atacando el Instituto. Puta madre.

—No perdamos más tiempo —menciona mi hermano antes de activar su runa de velocidad en la parte interna de su brazo.

Hago lo mismo y en menos de tres minutos nos encontramos frente al Instituto. Sin pensarlo mucho entramos y nos encontramos con un increíble desastre, a lo que me preparo de forma ágil antes de seguir a mi hermano.

Dude entre si sacar mi arco o usar las dagas que estaban adentro de mi chaqueta, por lo que tomé lo segundo y miré con un gusto amargo en mi boca todo a mi alrededor.

Varios de mis compañeros Shadowhunters se encontraban en el suelo, muertos. Otros en cambio, se retorcían con mucho dolor, sin que ninguna Iratze los ayude a mejorar.

Por Raziel, esto es una masacre.

Con un terrible presentimiento intento acercarme a la oficina del director pero unos fornidos brazos me lo impiden, haciendo que vuele unos cuantos metros lejos. Golpeé mi cabeza demasiado fuerte, pero aún así, me levanté e intenté derribar a mi oponente, en este caso, un Shadowhunter. Admito que me desconcertó un poco al no comprender su rebelión, pero callo al ver una marca diferente en su cuello. Un círculo dentro de otro.

—Pero si no es la hija de Madeline Mergold —ríe de forma sarcástica—. Él estará orgulloso de saber de tu existencia.

¿Él? ¿A quién putas se refiere? ¿Y por qué sabe el nombre de mi madre? ¿Cómo supo que era su hija? ¿Y por qué Él estará feliz por mí vida?

Menos mal que elegí las dagas. Ahora mismo no podría darle con una flecha. Sus golpes son bastante fuertes pero no lo suficientemente precisos, por lo que aproveché y esquivé los que mi rapidez me permitió. Inhalé y tomé las fuerzas que necesitaba para comenzar a cortar partes de su cuerpo, como sus brazos, torso y rostro. Obviamente entre ello le di un par de patadas e intenté clavarle la aguja de mi zapato pero fallé horrible y ahora tengo el cuerpo del tipo sobre mí, haciéndome una llave en ambos brazos haciendo que suelte las dagas y me retuerza de dolor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

℘ 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 || 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐋𝐢𝐠𝐡𝐭𝐰𝐨𝐨𝐝 ℘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora