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No necesitaban verse, ni tampoco hablar, solo unieron sus manos, entrelazando sus dedos tan pronto como entraron al elevador.

Este accidente cambió también a Marinette. Ella siempre quería lucir perfecta, hacer a plenitud su trabajo, crear buenas impresiones para no ser una vergüenza de la sociedad y de su empresa.

¿Pero de eso se trataba la vida? ¿Vivir solo para trabajar o trabajar solo para vivir?

Se dio cuenta que en la categoría de vivir para trabajar los sentimientos no tenían lugar. Y ella no quería ser un robot.

¿Qué le importa lo que gente que ni conocía, decía o pensaba de ella? ¿A quién le importaba ser perfecto 24/7?

Lo único importante era vivir la vida al máximo. Y eso incluye los sentimientos, incluye tiempo para uno mismo. Por algo se llamaba libertad. Si solo seguía trabajando y trabajando, ¿qué sería de ella cuando fuera una mujer adulta? ¿A qué podría llamarle diversión en su vida? ¿Al trabajo? Nah, lo único que podría decirse a sí misma en ese momento era el dicho que ella encontraba tonto: no dejes que la vida te viva.

Llegaron al piso donde estaba la oficina de Gabriel, y se sonrieron el uno al otro. Aún sin decir nada, pero esa sonrisa decía mucho. Soltaron la mano del otro y entraron a la oficina de su jefe.

Gabriel — como siempre — estaba mirando la ventana dando la espalda hacia ambos. De cualquier forma, cuando escuchó que la puerta se cerraba tras ellos, giró la silla, mirándolos por unos segundos, estudiándolos. Ambos lucían felices y la calma rodeaba a Adrien, tanto que incluso Gabriel se sorprendió aunque no dijo nada al respecto. Solo llevaba la misma cara de poker de siempre.

—Bienvenida Marinette —Dijo formalmente, pero dentro estaba feliz de que ella esté bien.

—Gracias, señor. —Marinette asintió un poco y sonrió un poco.

—Iré directo al grano. —Dijo Gabriel y eso hizo que Marinette se tensara un poco. El tono en la voz de su jefe estaba sin emociones, ninguno sabía qué esperar. —No necesito preguntar qué tipo de relación tienen. —Los miró. —Pero no se preocupen, no intento decirles que lo dejen, ni tampoco intento echarlos de la empresa.

Esto los alivió pero sabían que la palabra 'pero' estaba por llegar.

—Pero con una condición. No lo harán público. Actuarán fríamente con el otro. Marinette actuará como si no hubiera perdonado a Adrien por lo que le dijo a la prensa y Adrien se disculpará y dirá que todo lo que dijo en la conferencia fue algo publicitario y arreglado, Adrien será mi sucesor, lo he decidido.

Esto fue como un cubo de agua fría para ambos. Era congelante. Después de todo lo que habían tenido que pasar, ¿tenían que mentir? ¿Después de que Adrien fue tan directo en la conferencia, declarando al mundo entero, ahora debían retractarse? ¿De todos modos, qué esperaban? Así era el mundo.

No podían cantar victoria, gritar con orgullo sus sentimientos, diciendo 'sí, es cierto. Somos pareja.'

No. El mundo real no era tan amable. A veces tenías que callar para proteger algo preciado para ti. Los verdaderos sentimientos tenían que estar enterrados bajo la superficie de una imagen fabricada. Esto era un negocio, de eso se trataba todo. Cuando ellos entraron ahí, eran unos niños con ojos brillantes, sin saber cuán estricto y cruel era el mundo en el que estaban. Un sueño se volvió una pesadilla, un laberinto de mentiras sin escape.

Adrien quería gritar. Golpear la mesa de enojo, golpear a Gabriel o hacer un jaleo. Pero no. Era más sabio y más sereno.

Todo por lo que había pasado lo había hecho más fuerte pero también había destruido algo dentro de él. Para ganar lo que tenía, había perdido algo. Había peleas que uno no podía ganar. Había reglas en el mundo, en el trabajo. Y bueno, también en la vida.

A Twist of Fate (Adrinette)Where stories live. Discover now