❦︎𝙸'𝚖 𝚠𝚊𝚕𝚔𝚒𝚗 𝚝𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚛 𝚑𝚘𝚞𝚜𝚎, 𝚗𝚘𝚋𝚘𝚍𝚢'𝚜 𝚑𝚘𝚖𝚎

𝙹𝚞𝚜𝚝 𝚖𝚎 𝚊𝚗𝚍 𝚢𝚘𝚞 𝚊𝚗𝚍 𝚢𝚘𝚞 𝚊𝚗𝚍 𝚖𝚎 𝚊𝚕𝚘𝚗𝚎

Ni siquiera tuvo que tocar la puerta, puesto que apenas se posicionó frente a la puerta, ésta se abrió, reluciendo una expresión de pura desesperación y frenesí.

— ¿A lo de siempre? — Preguntó algo monótono el de piel verde

— Jajaja, no creo que haya otra opción — Respondió sarcástico, incluso con un tono burlón. Ambos ya estaban adentro de la casa. — ¿A oscuras? — Cuestionó en un tono más "considerado", inclusive Zim sonrió

— Si — Respondió con una mueca de felicidad, realmente si era a oscuras su humor mejoraba.

El interruptor bajó, el más alto comenzó con el conteo, Zim corrió con sigilo, casi siempre hacía uso de sus prótesis para que cuando subiera la escalera no se escucharan sus pisadas, más sin embargo en el silencio de la obscuridad podían ser reconocibles.

𝚆𝚎'𝚛𝚎 𝚓𝚞𝚜𝚝 𝚙𝚕𝚊𝚢𝚒𝚗 𝚑𝚒𝚍𝚎 𝚊𝚗𝚍 𝚜𝚎𝚎𝚔

Su mundo, su mundo pareció ser reanudado cuando sentía las frías yemas de Dib en su rostro retirando con delicadeza su disfraz de humano, a la vez que repartía caricias por su cuerpo, su pequeño y aparente frágil cuerpo, una anatomía que se rendía ante aquél tacto.

Entre las frazadas comenzaban a retorcerse y a jugar, uno perseguía al otro y a Zim le encantaba ser aquel ansiado, y cada que le atrapaban propicionaba de besos a su raptor, besos y caricias, tanto cariñosas como lascivas. . . Más lascivas que cariñosas

❦︎𝙸𝚝'𝚜 𝚐𝚎𝚝𝚝𝚒𝚗𝚐 𝚑𝚊𝚛𝚍 𝚝𝚘 𝚋𝚛𝚎𝚊𝚝𝚑𝚎 𝚞𝚗𝚍𝚎𝚛 𝚝𝚑𝚎 𝚜𝚑𝚎𝚎𝚝𝚜 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚢𝚘𝚞

Jadeos sin cesar, la cama rechinando, saliva escurriendo, y besos por doquier. 

Llevaban uno de sus tan lujuriosos vaivenes, que se basan en solamente ósculos, dónde cada fibra de sus labios se traduce como la creación más suave y generosa que se pudo haber inventado alguna vez, juntaban seguidamente sus lenguas, creando algo de lo más excitante.

Sin embargo, todo aquel placer del que eran víctimas se vio frenado por el mismo azabache, que alegaba que había escuchado que le llamaban

— E-espera Zim. . . ¿sabes qué hora es? — El mencionado negó rápido y se aproximaba de nuevo a sus labios

— Qué importa. . . — Exclamó y Dib rió, más sin emabargo le volvió a frenar

— Espera. . . — El de piel verde rodó los ojos, sintiendo como si le ordenaran.

— ¡Dib! ¡Que bajes a cenar! Es la tercera vez que te digo. . . — Gruñó ésto último la hermana del azabache, la perilla giraba poco, amenazando con abrir la puerta — ¿Dib? Si estás, ¿verdad? — Con esa pregunta el más alto saltó de su cama y abrió la ventana

T͜͡w͜͡e͜͡n͜͡t͜͡y͜͡ S͜͡o͜͡n͜͡g͜͡s͜͡-s͜͡h͜͡o͜͡t͜͡s͜͡  ❣︎Where stories live. Discover now