Realmente el más bajo si conocía bien aquel juego, pero, quería saber las variaciones que el humano añadiría.

— Tienes toda la casa, a excepción de afuera, el cuarto de Gaz y el laboratorio de papá, puedes entrar a mi habitación si deseas. — Explicó pícaro, volviendo a encender las luces, preparado para comenzar — Echa un último vistazo, no quisiera que te lastimes, o que tropezaras y me revelaras dónde estás — Le guiñó un ojo, y Zim sonrojado le obedeció, analizó todo a su alrededor.

— ¿Cuál es tu habitación?

— Oh, mejor te la muestro. — Se dirigió un poco veloz y jaló por un momento la descuidada mano de Zim.

Éste salió de un pequeño trance y subió junto a él

Le mostró que la habitación que estaba frente a las escaleras era la de Gazlene, y justamente la de a lado era la correspondiente

— Dejaré la puerta abierta, para que la ubiques en la oscuridad. — Zim asintió. — Bien. . . — Chocó levemente sus manos y las frotó — ¿Empezamos? — El de piel verde sonrió con aires de pureza, una pureza totalmente disfrazada por el desenfreno ansiado.

— Por favor, humano. . . — Hizo un ademán con su dedo para que el azabache se acercara, le obedeció y Zim acercó sus labios al oído contrario, y en un susurro exclamó el nombre de su opuesto, que sufrió un escalofrío de pies a cabeza.

— Bien, v-vayamos abajo, entonces. — Espetó tembloroso.

El alienígena se quedó quieto en su lugar unos segundos, observando la inquietud que tenía su contrario por empezar, tenía una sonrisa maliciosa, pero en su pecho, sentía que se estaba metiendo en algo más grande de lo que podía manejar.

Sin escuchar a sus instintos, se asomó por el barandal de la escalera, y se dejó caer cuando sabía que caería encima del azabache, al no pesar mucho, no fue grande su impacto, pero sí que lo hizo perder su equilibrio y ambos cayeron.

Convenientemente, juntando sus cuerpos, en especial por debajo de sus vientres. El que más se sonrojó fue el humano, que para nada se esperaba algo así, Zim sonrió juguetón y apresurado

— ¿Comenzamos? — Sugirió sonriendo amplio. El humano sobaba su cabeza con molestia, pero tal entusiasmo lo contagió y se levantó enseguida.

— Apago las luces.

[ •. •. •. ]

— Em. . . ¿Zim? — Entrelazaba una llamada

— ¿Humano Dib? — Contestó al otro lado, fingiendo desinterés, sin embargo, se moría por escuchar la clásica petición que el humano le hacía cada que llamaba a su casa.

— Estaré solo este día, te quería preguntar sí. . . ¿Querías venir a jugar conmigo hoy?

— ¿Qué tan solo vas a estar?

— Mi padre no está, ya sabes, y Gaz irá hasta la ciudad para comprar un nuevo juego, le dije que no podría ir con ella y me dijo que estaba bien. Se tardará unas horas, yo creo que irá al arcade de todas formas — Explicó persuasivo, Zim respondió positivamente y se encaminó a la residencia.

❦︎𝚈𝚘𝚞 𝚌𝚊𝚕𝚕 𝚖𝚎 𝚘𝚗 𝚝𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚕𝚎𝚙𝚑𝚘𝚗𝚎, 𝚢𝚘𝚞 𝚏𝚎𝚎𝚕 𝚜𝚘 𝚏𝚊𝚛 𝚊𝚠𝚊𝚢
𝚈𝚘𝚞 𝚝𝚎𝚕𝚕 𝚖𝚎 𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚎 𝚘𝚟𝚎𝚛, 𝚝𝚑𝚎𝚛𝚎'𝚜 𝚜𝚘𝚖𝚎 𝚐𝚊𝚖𝚎𝚜 𝚢𝚘𝚞 𝚠𝚊𝚗𝚝 𝚝𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚢

T͜͡w͜͡e͜͡n͜͡t͜͡y͜͡ S͜͡o͜͡n͜͡g͜͡s͜͡-s͜͡h͜͡o͜͡t͜͡s͜͡  ❣︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora