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—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡Siempre me ocultas este tipo de cosas! ¡¿Qué soy para ti, Daniela?!— María José gritando era algo raro de ver, pero la noticia que le dijo su padre antes de llegar a Long Island la había dejado muy mal.

Ahora veía a una Daniela que sólo la observaba en silencio, esa actitud la morena la sacaba más de casillas, quería explicaciones, quería verdad y no más secretos, quería la verdad de los sentimientos de la castaña, sí solo era un instante o algo que duraría más que eso.

—¡¿Te quedas en silencio?! ¡Dime algo por Dios! ¡Estoy cansada de querer descifrar lo que pasa por tú mente! ¡¿Qué soy para ti?!— Volvió a preguntar respirando algo agitado, Daniela cerró los ojos unos segundos.

— Sí, no debí ocultar el que me iría,— María José rió irónica viéndo a la castaña.— Pero entiéndeme, no quería esto, estoy contra la espalda y la pared, no quiero dejarte eres lo más importante que tengo, eres lo único que quiero,— Daniela se acercó a una muy enojada María José, la morena retrocedió.

— Eres todo para mí, eres mi amor de época, eres el amor de mis vidas pesadas, créeme que sí esto no fuera real no estuviera aquí diciendo esto, me hubiera ido y no volvería más, en cambio estoy buscando la manera de explicar lo que me haces sentir,— La castaña se acercó de nuevo a la morena, está vez María José no se alejó.

— Yo te amo, todo mi alrededor gira por ti, no sé qué me haces pero sólo pienso en ti día y noche,— Unió su frente con la de María José cerrando sus ojos, suspiro pasando sus manos por los brazos de su chica, la morena suspiro ante el tacto cálido.— No quiero perderte.— Murmuró la castaña con un nudo en la garganta, sus emociones por primera vez estaban fuera de sus manos.

— Necesito saber que haremos, Calle. Sí pondremos fin a esto o tener otra solución.— Habló María José con terminación, Daniela abrió sus ojos para ver la seriedad en el rostro de la morena, aunque por dentro se estaba muriendo.

— Lo mejor será que acabe todo.— Susurró la morena en un hilo de voz, la castaña se separó de ella rápidamente, jamás pensó que esas palabras salieran de la boca de María José.

—¿Lo quieres?— Preguntó Daniela mordiendo su labio inferior para no llorar, María José asintió con su cabeza rápidamente, la castaña apretó sus puños con fuerza hasta quedar blancos.

— Bien.— Dijo la castaña dejando un beso en la frente de María José mientras salía de la biblioteca de la mansión, una lágrima resbaló por la mejilla de María José cuándo escuchó la puerta cerrarse de un portazo.

Una Daniela se detuvo a medio camino de pasillo, dio un grito frustrado y apretó con fuerza sus puños, pasó una mano por su cara y siguió caminando hacia el despacho de Juan Carlos, una vez llegó entró a al despacho y miro a Juan Carlos con la vista pérdida en un montón de cartas.

— Hey, ¿qué tal todo?— Preguntó Juan Carlos con una sonrisa, sabía que la mejor forma de aceptar todo aquéllo era haciéndose amigo de la castaña.

— Estupendo, Juanca. Todo va de maravilla.— Habló con ironía la castaña, era obvio para Juan Carlos que nada iba bien.

—¿Pasó algo?— Indagó Juan Carlos tirando su espalda en la silla de su escritorio, Daniela suspiro y se acercó a la ventana que ofrecía el despacho de Juan Carlos.

— Todo terminó...— Murmuró pérdida viéndo las nubes con forma de algodón blancas, entre un mundo de cielo color azul.

— Todo será más fácil, ¿no?— Agregó la castaña viéndo a el mayor sonriendo, Juan Carlos pasó su dedo pulgar y índice por el puente de su nariz.

Inmarcesible || TerminadaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin