Las nubes no siempre saben a chocolate

Capitulo 1

Al fondo de la habitación sonaba un lista aleatoria de canciones, sonido que contrastaba con el fluír del agua desde el grifo hasta el fondo de la bañera. Comprobé que el agua estuviese caliente y puse el tapón para que se llenara. Salí del baño para coger un par de velas de mi habitación y un mechero, y volví a entrar. Coloqué las velas, ya encendidas, sobre la repisa del espejo y me introduje en la bañera. 

Poco después, un sonido demasiado conocido para mi interrumpe mis pensamientos. Es un mensaje de Carol... ya lo miraré luego, la verdad es que ahora no tengo ganas de hablar con nadie. Coloco de nuevo el móvil a un lado y cierro los ojos mientras me sumerjo entre la espuma con olor cítrico. Cuando vuelvo a la superficie, escucho de nuevo un sonido procedente del teléfono, pero esta vez mucho más largo, me está llamando

- Hey, ¿por qué no me contestas a los mensajes? - Pregunta ella con tono de indignación-

-Joder Carolina, es que no puedo ni bañarme tranquila...

- Bueno bueno relaja, te llamo para decirte que te recojo en una hora.

-Recogerme para que... -pregunto bastante perdida

-Esta noche salimos, hemos quedado a las 9 donde siempre, así que sal de la bañera y vístete

-Pero... -intento terminar la frase pero ella me corta-.

- Sisi, yo también me quiero. Hasta luego...-y cuelga-.

Visto lo visto, tendré que dejar mi momento de relax para otro dia, asi que salgo de la bañera y cojo una toalla mientras me dirijo a mi habitación. Escojo la ropa todo lo rápido que puedo, ya que tardaré un buen rato en dejar mi pelo decente. Termino de arreglarme justo cuando oigo el timbre, seguido de un grito para que abra la puerta. Bajo las escaleras hasta la puerta principal y la invito a entrar.

- ¿Estás lista? - me pregunta mientras me mira inquisitiva-.

- Si, vámonos ya.

Salimos de casa y nos metemos en un taxi que, al parecer, nos estaba esperando.

- Este es Berto, mi primo. Si alguna vez necesitas transporte, puedes llamarle. Invita la casa, por supuesto.- explica Carol mientras se pone el cinturón- Seguridad ante todo.

- Si claro... Alberto Rodriguez siempre operativo - Me dice mientras me sonríe-.

-Encantada, yo soy Paula.

Debe tener como 5 años mas que nosotras, quizá 22. Tiene una sonrisa cálida y amable, y unos ojos bastante bonitos... la verdad es que es bastante atractivo. Paso el resto del viaje en silencio, escuchando la música que suena en la radio, hasta que llegamos a la plaza del ayuntamiento, donde ya están la mayoría de mis amigas.

- Heeeeey. Pues ya casi estamos todas - comenta Sandra mientras se acerca a nosotras para saludarnos con un abrazo-.

-¿Quien falta?- Pregunta Carol mientras mira rápidamente al grupo-.

- ¿Quien va a faltar? - Pregunta irónica Cris-.

- Claudia- Contestamos Carol y yo entre risas-.

- Esta claro que lo suyo no es la puntualidad... - aclara Natalia mientras señala al cruce que hay detrás de donde nos encontramos.- Allí viene.

Nos giramos todas para ver a Claudia, que se acerca a nosotras a su habitual ritmo.

- Perdón por el retraso... - dice mientras sonríe forzadamente- Pero recordad que me queréis un montón y no os importa que llegue un poquito tarde.

- Sisi, pero ahora vámonos a cenar que me muero de hambre- Dice Natalia mientras la agarra del brazo para arrastrarla calle abajo.

Nos dirigimos hacia la pizzeria en la que vamos a cenar, y cuando llegamos nos sentamos en la mesa de siempre. No hay mucha gente, así que nos atienden rápido.

- Bueno, ¿Y que vamos a hacer? -Pregunta Claudia

- Bueno pues... La verdad es que no lo he pensado- Contesta sincera Carol- Cenamos y cuando acabemos pues... miramos donde hay más ambiente.

-Me parece bien- Contesta Claudia, ahora más interesada en las pizzas que van de un lado a otro que en la conversación-.

Cenamos tranquilamente mientras hablamos de cosas varias. Cuando terminamos, pagamos la cena y salimos de la pizzeria para dirigirnos a Manhattan, un pub no muy lejos de allí.

Entramos y nos sentamos en unas butacas al fondo, mientras Cris va a por bebida para todas.

-Oye, ¿ese no es tu primo?- Le pregunto a Carol, que esta sentada a mi lado-.

- Mmmm... ¡ah si! ¡ Berto! ¡Berto!- grita mientras mueve la mano efusivamente para que la vea-.

El nos ve y se acerca a nosotras, sonriendo otra vez de esa forma tan cálida.

- Siéntate con nosotras un rato, y así te presento. Chicas, este es mi primo Berto.- Les indica Carol mientras tira de la camisa del chico para que se siente-.

-Encantada- dice Claudia-.

- Pues yo soy Sandra...- dice con un tono pícaro-.

-Y está soltera- Añade Claudia entre carcajadas al notar el tono de Sandra.

-Eres idiota - le responde Sandra, ahora un poco sonrojada-.

Nos quedamos un rato halando con el, hasta que caigo en la cuenta de que Cris aun no ha vuelto, así que le pido a Natalia que me acompañe a la barra. De camino, nos encontramos con Cris, que baila despreocupada con un chico alto y moreno. Nos sonríe y nos manda un beso, a modo de disculpa.

- Parece que tendremos que coger nosotras las copas.- dice Natalia mientras observa divertida el baila de Cristina-.

- Pues si... eso parece - contesto mientras reanudo el camino.

De repente, algo me llama la atención entre la gente.No puede ser, no puede ser que este aquí. La única persona a la que jamás me querría encontrar. Ahora no, por favor. Parece que no me ha visto, así que doy un giro brusco y me dirijo a la salida, mientras un montón de recuerdos intentan salir de mi en forma de lágrima.Este no es el momento de ponerse a llorar, me repito a mi misma. Cuando llego a fuera, me doy cuenta de que Natalia viene detrás, aunque un poco rezagada, con dos vasos en la mano.

-Chss, no hace falta que digas nada. Yo también me he fijado, toma. - me dice mientras me tiende uno de los vasos- Vodka como solución a cualquier problema.

- Gracias, de verdad

- Para eso estoy aquí - me dice mientras me sonríe, dándome esa sensación de que con ella nada malo me puede atacar.

 Volvemos a entrar al Manhattan, ahora con una determinación mayor para olvidar mis penas. Y de esa noche, no recuerdo nada.