Consorte.

"El‌ ‌Ascenso‌ ‌del‌ ‌Emperador.‌ ‌Parte‌ ‌2."‌

No pasó mucho tiempo, para que la voz ácida de Darius rompiera la atmósfera solemne del lugar. - Muy bonitas palabras excelencia, lastima que su inicio sea tan lamentable, ha decidido comenzar a desmantelar las instituciones de esta nación, deshaciéndose de dos hombres de estado como los ministros que acaba de remover. Además, oponiéndose a que nosotros recomendemos sus reemplazos, sus animos conciliatorios son mínimos... su majestad. - Finalizó en un tono irónico.

-¡Oh! ¡No Darius! Los cambios apenas están iniciando; pero para comenzar hay ciertas personas que deben abandonar la sala. Exministros, ya pueden retirarse, no es necesario que permanezcan aquí si ya no ocuparan sus cargos, espero la entrega de sus puestos para dentro de 24 horas. - Respondió Aristóteles con un tono amable, pero que no daba lugar a réplica, haciendo que ambos viejos se levantarán de su asiento, con una cara de enojo muy mal disimulada.

Al cerrarse las puertas tras el abandono de ambos exministros, la plática continuó, con Aristóteles a la cabeza. - Mi Omega y yo hemos decidido hacer más cambios a la administración del imperio, no solo en las carteras antes mencionadas. Casilda, tú permanecerás en tu puesto como has venido haciendo desde hace tiempo, queremos reconocer tu dedicación a la procuración de justicia, por lo cual aumentaremos tu presupuesto, por favor, reúnete con Rodrigo para analizar los pormenores. - Casilda asintió complacida, dándole una mirada a su hermano mayor.

-General Davos, lamento informarle que usted deberá entregar su puesto... - Apenas pronunció esas palabras, el viejo general se puso de pie, dispuesto a abandonar la sala como los exministros, pero fue detenido por la voz divertida de Ari. - Discúlpeme General, pero no me ha dejado terminar, no lo estoy despidiendo como a los otros ministros, usted es muy valioso y su trabajo es indispensable. - El general se detuvo confundido, pero no se sentó.

Con un tono de voz contrariado, habló directamente al Emperador. - Disculpe su majestad, pero no entiendo. - Dijo apenado, acomodando su ropa en un gesto nervioso. - Es simple, formaremos una división especial en el ejército del Tule, necesitamos aumentar nuestro poder militar, la caída de Vania es solo el comienzo de una escalada de invasiones que seguramente Rhyle planea. Usted se encargará de darle forma, necesitamos su experiencia y habilidad mando para esto, espero acepte. - El general se sentó de nuevo, recargándose en un gesto más relajado, antes de responder.

-Por su puesto su majestad; haré todo lo que esté a mi alcance para cumplir con sus expectativas, reuniré los mejores elementos del imperio para formar esta nueva fuerza militar, le informare en unos días sobre mi avance, claro, en cuanto tenga sus indicaciones completas. - Dijo visiblemente complacido.

-Excelente; justo hablando de eso, hay algo más que todos deben saber, en un análisis preliminar del estado general de nuestras fuerzas de ataque y defensa, hemos detectado una baja importante en nuestras inversiones de desarrollo de nuevas armas y equipamiento. Desgraciadamente no se gana una guerra con espadas de madera, lo cual nos ha hecho reflexionar sobre las nuevas prioridades de la nación. - Aristóteles guardó silencio durante un par de segundos, para que todos procesarán sus palabras y fueras vislumbrando su pensamiento.

Nuevamente uno de sus contrincantes fue el primero en responder. - Ya vemos por dónde van los tiros Majestad; planea aumentar el financiamiento militar, debo recordarle que el presupuesto del Tule es muy limitado y por ello es muy sensible a estos cambios que usted propone. Si tuviéramos al ex ministro de hacienda, tal vez nos podría explicar mejor, pero bueno, usted acaba de despedirlo...- Las palabras y el tono displicente de Easley hicieron que toda la sala los mirara de manera inquisitiva.

-Despreocúpense; hemos analizado detenidamente cada una de las cuestiones aquí expuestas, sabemos que el presupuesto es limitado, sabemos de dónde va a salir todo el dinero para apoyar nuestros proyectos Easley, aunque creo que a ti y a tus aliados no les va a gustar. - Respondió Temo con una sonrisa de medio lado, que hizo que buena parte de la sala tuviera escalofríos.