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La lluvia caía entre los árboles, mientras que un sonido sordo se escuchaba cuando esta chocaba contra la tierra. El sol que siempre iluminaba todo a su paso estaba desaparecido, al igual que la calidez que brindaba.
La tropa de reclutas 104 corría a través de la lluvia, esquivando los árboles que habían a su alrededor. Algunos jadeaban cansados, otros se deslizaban con facilidad.
- ¡Van muy lento! ¡Corran holgazanes!
Kanao, la primera más cerca de la meta, corría con tranquilidad mirando a su alrededor. Realmente no le importaba si estaba yendo rápido o lento, solo le interesaba el paisaje.
- ¿Cómo es que no te cansas?
La pelinegra escuchó la voz de Mikasa a sus espaldas. Esta corría a la par de Kanao, pero el algún momento que no recuerda logró pasarla.
La de ojos morados se encogió de hombros ante la pregunta, no sabiendo ni ella misma la respuesta.
Ignorando a las personas de su alrededor, comenzó a observar el paisaje. No le interesaba si aprobaba o no el examen. O si quedaba entre los diez mejores. Lo único que le interesaba era descubrir. No le importaba descubrir cosas como cómo matar vacas más rápido o por qué razón los titanes solo pueden morir por una lesión en el cuello. Kanao solo quería saciar su hambre de curiosidad.
- Si sigues en las nubes vas a terminar tropezándote. - Mikasa se acercó a su amiga, que yacía pensando en la nada misma.
- Al menos ellas son libres...
Dejó de prestarle atención a su compañera y se dedicó a observar el bosque. Durante los dos años de arduo trabajo en ese lugar, nunca se había percatado de lo hermoso y sereno que era. Aunque en un día lluvioso como ese parecía deprimido y triste.
Los arboles parecía llorar a través de sus hojas, al no poder hacerlos por ellos mismos. Las flores que siempre se hallaban energéticas parecían decaídas por no tener los rayos del sol alumbrándolas. Las nubes parecían guardar un secreto que no querían que los demás se enterasen. Una actitud que le recordaba mucho a Annie cada vez que le preguntaba acerca de su pasado antes de la caída de la Muralla María. "¿Qué me está ocultando?" Se preguntó la pelinegra mientras miraba de reojo como su amiga corría con su rostro tan serio como siempre.
[...]
- ¡Escúchenme bien escorias, no lo repetiré dos veces! A través del bosque hay diferentes muñecos parecidos a los titanes, ustedes deberán "asesinarlos". Yo me encargaré de ver su mejoría a partir de estos tres años y me encargaré de elegir a los diez mejores. ¡Solo ellos serán capaces de entrar a la Policía Militar! Los demás serán carnada de titán. ¡Así que muévanse, mocosos!
Todos los reclutas se pusieron en movimiento, mientras buscaban presas a las que atacar. Kanao y Annie comenzaron juntas, buscando falsos titanes para cortar, pero a mitad de la búsqueda se separaron sin darse cuenta.
