II

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Miya Atsumu ha hecho el amor con su novio siete veces.

Únicamente siete veces.

Antes no se quejaba para nada de eso, ya que él fue la primera vez de Sakusa, en muchos aspectos y en muchas situaciones.

Realmente a Atsumu le da muy igual en que posición esté, con tan de sentir placer todo bien para él. Sin embargo con Sakusa es otra cosa.

Algo muy diferente y sumamente distinto.

Porque él lo que estaba haciendo con Sakusa es el amor.

No era un simple acto carnal que lo podía hacer con cualquier humano.

Con Sakusa Kiyoomi muchas cosas eran diferentes.

La primera vez que tuvieron relaciones fue algo extraña, peculiar y adorable.

Ya que Sakusa era el de arriba e inexperto, Atsumu decidió eso con su novio para que estuviera más cómodo. Además de que Atsumu estaba nervioso, no quería molestar a su novio o asustarlo.

Una mala experiencia, en cualquier sentido, te va a hacer dudar de cualquier cosa que quieras hacer relacionado con eso.

Y conociendo a Sakusa si esto iba a ser una mala experiencia lo más posible es que se alajera de eso.

Atsumu quería que fuera perfecta. No sólo por Sakusa, si no para él.

La primera vez de una pareja es muy importante.

Cabe destacar que él tampoco tuvo una muy buena experiencia sexual con ser el de abajo, que digamos, por eso su obsesión de que saliera todo bien.

No quería que Sakusa pudiera sufrir, era su mayor miedo.

Así mismo fueron a la casa de Sakusa, aunque ya el rubio tenía algo planeado desde hace meses, le había entregado un ramo de rosas rojas y blancas, no eran muchas, pero son bonitas, además de que compró una botella del vino que le parecía de mejor calidad.

Sakusa apreció el gesto, aunque dijo que las rosas eran mucho y que traían insectos.

Cuando llegaron a la habitación empezaron con los besos, antes de eso Atsumu tuvo que cepillarse los dientes como por veinte minutos y siento observado por Sakusa.

Atsumu era quien guiaba ese ritmo lento y tranquilo, ya que su novio todavía se sentía nervioso a su lado, después de todo la saliva de alguien dura seis meses en tu boca antes de que se eliminara por completo.

Sí, había aprendido muchas cosas relativamente innecesarias, pero interesantes.

- Pon toda tu atención en mí, no quiero que pienses en nada más.- Decía Atsumu mientras le daba besos en el cuello a su novio.

Sakusa sólo pasaba sus manos por el cabello rubio, todavía temblaban.

Atsumu no sabía que era tener misofobia y antes de conocerlo en su plenitud le parecía algo hasta ridículo. Sin embargo al convivir como compañero y al ser pareja se percató de la gravedad del asunto.

Por más que Sakusa trataba de estar tranquilo referente a su fobia no llegaba al 100% y más bien era una lucha que tenía consigo mismo día a día.

Una lucha interna.

- Como si fuese tan fácil.- Suspiró Sakusa.

Atsumu simplemente le sonrió con falsa inocencia y le mordió con cierta fuerza el hombro a Sakusa.

El otro soltó un quejido sorpresivo.

- ¡Ay! ¿Qué te pasa?- Sakusa golpeó el hombro de Atsumu molesto.

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