Capítulo 2

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Viernes, 10 de abril.

"¿Necesitas algo más antes de que me vaya a casa?

"No, estoy bien, gracias," Louis dijo, encogiéndose de hombros en su abrigo de color caqui. Le ofreció a Liam una rápida sonrisa. "Gracias por recoger mi esmoquin. Eso fue de gran ayuda."

"No hay problema," Liam sonrió orgulloso, balanceándose sobre las puntas de sus pies. "Te veré más tarde, ¿entonces?"

Louis asintió.

"Me verás más tarde."

Liam salió de su oficina, como un torbellino de papeles en el aire. Louis se acercó a la puerta de su oficina y levantó la parte posterior del gancho de la bolsa negra de ropa.

No odiaba las ocasionales galas que la empresa realizaba. Las galas podían ser divertidas, con un montón de comida, de alcohol y la oportunidad de ver cómo otros ejecutivos se emborrachaban lo suficiente como para bailar la Macarena.

Después de tres llamadas para planear la boda de Zayn y Niall las últimas cuarenta y ocho horas, además de una sesión por Skype, dedicado hablar de la vida amorosa de Louis, misericordiosamente, la conexión murió. Y ahora, lo último que quería era meterse en un esmoquin y estar de pie alrededor con zapatos incómodos toda la noche. Solo.

Louis no tenía problemas en asistir a eventos solo. Lo hizo todo el tiempo. Prefería estar solo, en lugar de arrastrar a alguien a un evento, en el que tendría que presentar a la persona y tendría que ser amables con todos, sólo para tener que repetir el mismo proceso en el evento próximo con otra persona.

Por alguna razón, toda la charla de la unión de los espíritus en uno solo le dio más curiosidad de lo habitual, porque él nunca había encontrado a alguien que mantuviera su atención durante más de una noche. Una noche con su perro con el suficiente curry como para alimentar a un ejército y ver algo sin sentido en la televisión, parecía como el cielo en ese momento, no una lujosa gala con una cara bonita colgando de su brazo.

Horas más tarde, Louis entró en el salón de baile que Covington Asociados había alquilado para la noche. Era tan pintoresco, lujoso y limpio como él esperaba que fuera. Su sofá y su curry picante nunca habían tenido mejor aspecto que cuando miró el menú de alimentos, pequeños e impronunciables, que había para cenar esa noche.

"¡Tomlinson! ¡Ven aquí!"

Cada vez que intentaba llegar al bar, era llevado a otro lado por algún ejecutivo. La noticia de su espectáculo, y ganancia, con Acker-Jones se había divulgado y cada empleado tenía ganas de felicitarlo por su éxito.

"¿Ninguna cita esta noche?"

Junto a cada felicitación, venía la pregunta confusa acerca de su estado civil. Su falta de una cita, más específicamente. ¿Cómo podía arrastrar a una cita a un evento lleno de tiburones, lobos y monstruos en trajes de etiquetas y vestidos?

Ni siquiera Liam podía rescatarlo de estar sobrio y soltero. La encantadora novia italiana de Liam, Anna, lo había sorprendido el fin de semana, y ambos estaban perdidos ahora en su pequeña burbuja de amor en la pista de baile. Para una persona que escuchaba más pop y canciones de movimientos rápidos, Liam parecía amar los lentos.

Finalmente, Louis llegó a la barra instalada en el último rincón de la habitación. Se levantó sobre las puntas de sus pies, y estiró el cuello, mirando las cervezas que tenían.

"¿Qué le puedo servir, señor?"

Miró al bartender, que era una mujer de mediana edad. Ella, momentáneamente, parecía tener el rostro de Liam. Él parpadeó una vez, estrechando sus ojos.

Escapade - (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora