Capítulo 22.

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Me despierto con un dolor de cabeza terrible y con miles de lagunas en la mente, como por ejemplo que coño hace Samuel en mi cama y de al revés, es decir los pies en la almohada y la cabeza en los pies. Lloriqueo un poco mientras intento despertarlo a base de golpes sin fuerza ninguna en su pierna.

- Samu, joder espabila, son más de las 14:00.

- Déjame o pégame un tiro en la sien. - Dice con una voz de ultratumba y sigo insistiendo hasta que por fin levanta la cabeza.

- ¿Cómo llegamos aquí y por qué estás aquí?

- No tengo ni idea, solo recuerdo que me obligaste a dormir al revés por si acaso se nos iba la olla y acabábamos follando como Yoli y Fer en Física o Química. Que obsesión con esa serie, chica.

- Madre mía, ¿y Ruth? ¿Y Sergio? 

- Puto champán, siempre hace que no me acuerde de nada al día siguiente.

Reviso mi móvil en busca de alguna prueba o señal que me haga tener algo de idea de como acabó la noche. Ruth hace veinte minutos diciendo que se quería morir y que menos mal que Sergio nos trajo a casa, el único problema es ir ahora a recoger su coche de la playa. 

- Era Ruth, al menos hemos resuelto una incógnita: Sergio nos trajo a casa. - Informo a Samu.

Sigo revisando y me encuentro también un mensaje de nuestro supuesto chófer, espera que sigamos sanos y salvos y nos desea buena suerte para la reseca de esta mañana, - que sepa que su suerte no nos está ayudando una mierda - también me dice que lo ha pasado en grande conmigo y me da las gracias por una noche tan maravillosa. Le enseño el mensaje a mi amigo y ambos intentamos hacer memoria de si Sergio solo habla en plan amigo o ayer terminó pasando algo más.

- A mí me suena que besos hubieron. - Dice con cara pensativa. - Si, si, recuerdo celebrarlo con Ruth mientras te decía que le metieras bien la lengua.

- No puede ser verdad. - Me lamento. Sí, Sergio me gusta y es muy buen chico, pero si realmente pasó algo me gustaría por lo menos recordarlo.

- Bueno mi niña, que te quiten lo bailao', y si es posible este dolor de cabeza que también se lo lleven.

Vamos a la cocina, después de pasar por el baño, y preparamos algo muy rápido de comer: un par de sandwiches con un poco de todo y mucha agua. Ponemos en marcha el aire acondicionado y nos dejamos caer en el sofá sin ganas de nada más. Enciendo la tele y dejo lo primero que sale, eso sí le bajo todo lo que puedo el volumen para que no me explote la cabeza, y ambos nos quedamos mirando la pantalla como dos bobos durante varios minutos.

- Ayer discutí con Alejandro. - Suelto de golpe.

- ¿Qué? ¿Cuándo?

- La vez que fui al aseo y Sergio vino a buscarme, estaba discutiendo con él. Fue un capullo pero lo peor es que tenía razón.

- ¿Qué te dijo?

- En resumidas cuentas que era una hipócrita, y es verdad. No paraba de preguntarme que qué es lo que quiero. Ya llegó Sergio, se caldeó el ambiente, Alex le empujó y le dije que lo que quería era que me dejase en paz. ¿Sabes lo que me contestó? 

- Sorpréndeme.

- Que lo tuviese en cuenta cuando me diesen ganas de follar. Me dejó blanca.

-  A ver, Mía, es cierto que por una parte tiene razón. No puedes mandarlo a la mierda y luego buscarlo para tirártelo. También te digo, es normal que si soléis tener sexo juntos no quieras que se esté acostando con otras mientras, pero tienes que aclararte, chica.

Con las ganas.On viuen les histories. Descobreix ara