1. CONFUSIÓN

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1 - CONFUSIÓN

Jiang Cheng se llevó la taza de vino a la boca. Apenas había rozado los labios con ella cuando los ladridos de un perro interrumpieron lo que hasta aquel momento había sido una tarde idílica y sosegada de otoño, sentado tranquilamente disfrutando del sol a medida que descendía en el cielo y las hojas de los árboles caían lentamente sobre las calles arrastradas por el viento.

Frunció el ceño.

Respiró profundamente.

No iba a salir, no señor. Sólo estaba acompañando a su sobrino Jin Ling en aquella cacería, que por cierto, tenía que empezar al anochecer, no a aquellas horas de la tarde. ¿Acaso aquel mocoso no había repetido que era mayor y que podía hacerse cargo de su propia seguridad? Pues que aprendiera.

Al fin y al cabo, aunque no le gustara admitirlo, reconocía que su sobrino ya tenía quince años y debía empezar a asumir responsabilidades. Tal vez era hora de aceptar la invitación de GusuLan y enviarlo unos meses a que estudiara con el cascarrabias de Lan QiRen en los Recesos de la Nube... aunque aquella idea no acababa de gustarle teniendo en cuenta quienes vivían allí.

Los ladridos del perro se acercaban rápidamente y casi juró que reconocía el timbre del mismo. ¿Acaso no era Hada, la perra espiritual de su sobrino? Ya podía empezar a rezar a cuantas deidades conociera si era el caso.

Miró de reojo por la ventana al lado de la cual se había aposentado mientras disfrutaba de un tentempié y podía vislumbrar el ajetreo de los tenderetes dispuestos a lo largo de la calle.

Bebió el vino de un trago. No era el mejor vino de toda su existencia, pero era aceptable. Dejó la taza sobre la mesa, la rellenó y cuando volvía a levantarla, por el rabillo del ojo vio pasar un borrón corriendo por la ventana primero, la bola peluda que era Hada tras él, seguida de un revuelo de ropas blancas y amarillas.

-¡Jin Ling, detén a tu perra!

¿Lan SiZhui? Se dijo internamente recordando el nombre de uno de aquellos jóvenes discípulos de GusuLan.

-¡Vuelve aquí, Hada!

¿Jin Ling? Reconoció.

-¡HanGuang-jun nos matará!

¿Lan Jingyi? ¿Qué demonios ocurre? ¿Están todos los jóvenes discípulos de la Secta GusuLan aquí?

Casi de inmediato algo empujó la puerta de la taberna en la que estaba disfrutando de su vino, que se abrió con estrépito y se estrelló contra la pared para volver a cerrarse con portazo incluido de la misma inercia. Alguien de pequeña estatura entró corriendo por ella, se movió por la taberna y se ocultó tras una enorme vasija.

Jiang Cheng arqueó una ceja como el resto de parroquianos por el tumulto que Hada formaba ladrando histérica en la puerta que obviamente no podía abrir. Fuera lo que fuera lo que perseguía la perra espiritual, estaba armando tal batahola que el líder de la Secta Yunmeng Jiang empezaba a avergonzarse de la situación, por lo que harto se levantó, cruzó la taberna ante la mirada de parroquianos y propietarios sorprendidos, abrió la puerta de un tirón y se plantó en el umbral con ceño fruncido y con los brazos en jarras.

-¿Se puede saber qué demonios hacéis?

Se encontró con una imagen cuanto menos curiosa. Jin Ling y Lan SiZhui tirando de Hada. Lan Jingyi y dos jóvenes discípulos más de la Secta GusuLan agitando las manos tras ellos y dos discípulos de LanLing Jin que reconoció como escoltas de su sobrino a su lado imitándolos.

Todos lo miraron entre sorprendidos y asustados y empezaron a saludarlo aquellos queno tenían las manos ocupadas. Jin Ling miró el letrero de la taberna asegurándose del nombre de la misma y su cara fue un poema cuando se dio cuenta que de todos los lugares, había tenido que meterse en aquella maldita fonda donde su tío descansaba.

Un loto traviesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora