S I X

13K 2.2K 1.2K
                                    


¡Viernes!

Último día de la semana. Estaba ansioso por no verle la cara a Kim Taehyung en todo el fin de semana. Realmente ansioso.

Se esperó un «buenos días, nena» cuando el otro entró al aula; sin embargo, entró particularmente callado, aunque manteniendo esa particular sonrisa burlona que tanto lo caracterizaba. Se sentó y en medio de un silbido sacó sus cosas, esperando por la clase.

Kook no lo pudo creer.

Taehyung, aquel chico idiota con dotes de simio había pasado por su lado y ni siquiera le dirigió la mirada o lo saludó, cosa rara estimando que cada día salía con una estupidez nueva.

Y ese no fue la excepción.

No pasaron ni cinco minutos al momento de sentir su cabello ser acariciado. Y por supuesto que no pasó aquel comentario por alto:

—Tienes piojos.

—¿¡Qué!?

—Que tienes piojos. Están jugando a las carreras en tu cuero cabelludo.

—¡Quítame las manos de encima!

—Oye, no seas grosero. —Y dale con esas estúpidas frases sacadas de memes. —¿Sabías que cuando alguien te quiere está dispuesto a sacarte los piojos y reventarte los granos?

—¡Eso es asqueroso! —Alegó, hasta que cayó en cuenta de las palabras ajenas: "cuando alguien te quiere..." —Ah, ¿estás aceptando que me quieres?

—¿¡Qué!? ¡No!

—Tus manos siguen en mi cabello, lo que me da a entender que estás dispuesto a sacarme los supuestos piojos imaginarios. Conclusión: me quieres.

—¿¡Y luego yo soy el egocéntrico!?

—¿¡Por qué te alteras!? ¡El único que puede alterarse soy yo!

—¡No estoy alterado!

—¡Sí lo estás!

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Que no!

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Ajáááá! —Chilló Jungkook, emocionado al ganar. Se volteó en su asiento, buscando tener visibilidad del otro. Taehyung se veía simplemente derrotado. —¡Aquí el payasito ha aceptado que me quiere!

—¡No es cierto!

—Sí lo es, pero lamento informarte que soy mucho para ti. —Sacudió su mano derecha, haciendo una evidente "pose de diva". —Thank u, next.

—¡Lo único que quiero es... —Calló abruptamente, aparentemente incapaz de decir lo que iba a decir.

—¿¡Qué!? ¡Anda, no seas cobarde! ¡Dilo!

Entre la espada y la pared, Taehyung no tuvo más opción.

—¡Córtese el pelo gei! —Y salió corriendo, escapando de la clase incluso sin esta haber dado comienzo.

Esa vez Jungkook ni siquiera se enojó. Por alguna extraña razón, pensar que el chico idiota de nombre Taehyung lo quería, era agradable. 




¡CÓRTESE EL PELO, GEI! © vk.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt