—Lo siento, cariño —le doy una última sonrisa y de pronto las palabras del doctor me sobresaltan.

—¡Ya viene uno!

—¿¡UNO!? —se queja Abby.

Me concentro en tranquilizar a Abby, que cuando vuelvo a voltear hacia el partero, ya tiene a un bebé en sus manos. Suspiro de alivio y comienzo a llorar como nunca. Abby levanta su cabeza para apreciar a nuestro pequeño y me acompaña en llantos, el partero me lo extiende y yo lo tomo en mis brazos, lo acerco a Abby con cuidado y ella sonríe con una inmensa felicidad.

Mi pequeño Dylan...

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—Amor...

Levanto mi vista de inmediato —¿sí?

Ella hace una cara tierna e inocente —¿Podrías...? —sé a lo que se refiere y niego con la cabeza —¡Por favor!

—Abby... el doctor dijo que sólo cereales y legumbres —le recuerdo por milésima vez en el día.

—¡Oh vamos! Pero una rebanada de pastel no le hace daño a nadie.

Estoy por responderle, pero en ese momento entran sus padres y llegan a saludar a su hija, Edith se dirige a mí y me saluda con una enorme sonrisa, mientras que su esposo me da un seco apretón de manos y me mira con una mirada asesina.

—¿Cómo te sientes? —le pregunta su madre de inmediato.

—Bien, estaría perfecta si alguien me trajera una rebanada de pastel —estas últimas palabras las recalca más.

Su madre no le toma mucha importancia —Ya estás grande, Abigaíl. Deja de hacer berrinches.

Ella me mira rendida —¿Dónde está Chloe?

—En la cafetería comiendo pastel con Dereck y Thea —responde su padre con toda la intención.

—Nos dijeron que están por traer a los mellizos y decidimos adelantarnos un poco —menciona Edith.

Y como si la hubieran escuchado, una enfermera entra a la habitación con las cunas y mis pequeños bebés recostados en ellas —Vendré por ellos en treinta minutos —dice antes de salir de la habitación.

Los ojos de Edith se cristalizan de sólo verlos —Hola Dylan. Hola Evelyn. ¡Adivinen quien es su abuela consentida! —les dice en un emotivo susurro, aunque los pequeños siguen dormidos.

Unos minutos después; Thea y Dereck entran a la habitación junto a Chloe —¡Papá! —ella corre hacia mí con emoción al verme.

La cargo en mis brazos y me acerco a donde Abby, para que pueda saludar a Chloe —Mami ¿Esos son mis helmanitos? —pregunta con emoción. Abby asiente y Chloe baja de mis brazos para acercarse a ellos.

—Hola helmanitos, ya quielo que clezcan para jugal con ustedes —los pequeños mellizos sólo se remueven en sus cunas.

—Apuesto a que así se quedarán la mayor parte del tiempo —menciona Dereck sentándose en el sofá —Igualitos a los padres.

Thea le da un codazo y él se queja ante el dolor y se disculpa de inmediato. Después entra Darla con Owen en sus brazos y Nathan a su lado, detrás de ambos, entra también Allen.

Los padres de Abby se retiran para que los demás hablen con tranquilidad. Thea se acerca a ponerse al día con Abby, mientras que Nathan y Darla ven a los mellizos con su hijo en sus brazos —¡Pa pa! —Owen le extiende los brazos a sus padre para que él lo cargue.

Darla aprovecha para hablar junto a Thea y Abby. Mientras que Nathan y Dereck se sientan a mi lado —Sin ninguna clase de sarcasmo, esos pequeños son una ternura —dice Nathan.

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