O6: ¡Déjame en paz!

Start from the beginning
                                    

—¡No hay que saber mucho para darse cuenta que te duele que papá se haya hecho una nueva vida!

—¡Sí, una vida de mierda! ¡Estoy harta de tus niñerías no te soporto!

—¡Tú eres la que tiene una vida de mierda lárgate de mi casa!— grité, a este punto ya me encontraba con el corazón latiéndome a mil por minuto, y sentía el rostro caliente de la ira. —¡Debiste irte hace mucho!

—¡Es lo que haré! No soporto estar más en esta casa con una persona tan horrible como tú, ya veo porque tu novio se buscó otra.

Con eso había tocado mi punto débil, abrí la boca para replicar pero no salió nada, no sabía que responderle. Alexandra salió rápidamente de mi habitación suponía que iba a la suya. Miré a mis padres y me miraban con lo que parecía ser decepción mientras que Andrea solo tenía una extraña mueca en el rostro. Salí rápidamente de la habitación, iría a quedarme con Alessia.

—¡Regresa acá!— escuché el grito de papá cuando iba bajando las escaleras. —¡Erin Grease Keller!

No le hice caso, seguro me arrepentiría luego porque nunca he sido malcriada con papá ni con mamá, pero ahora realmente no estaba pensando con claridad. Escuché pasos detrás y a papá llamándome.

—¡Erin si no te detienes te juro que no respondo!— me detengo de golpe y lo volteó a ver.

Respiraba fuertemente y su rostro estaba rojo indicando que realmente estaba enojado.

—Me quedaré con Alessia.— me limito a responder.

—No irás a ningún lado y vas a escucharme.— tomó aire porque parecía agitado debido a todo el conflicto. —estoy harto de tu comportamiento infantil, desde que Alex llegó no has hecho más que fastidiarla una y otra vez. ¡¿Era tan difícil comportarte bien por una vez en tu vida?!— gritó haciéndome pegar un brinco del susto. —anhelaba tanto este momento de pasar tiempo con mi hija a la cual no miraba hace mucho y mis nietos a quienes no conocía y que ustedes pudieran llevarse como hermanas ¡y ahora está todo arruinado por tus tonterías!

—¡Alec!— mamá intervino pero papá no le hizo caso alguno.

—Vas a disculparte con Alexandra, ahora mismo.— me vio seriamente y trató de tomarme del brazo, sin embargo me alejé para que no lo hiciera.

—¡No lo haré! No voy a disculparme con ella jamás, tú me culpas solo a mí y a ella no le dices nada, ¿sabes qué? quédate con tu perfecta hija que te desprecio por muchos años, ¡yo me largo!— no esperé a que papá respondiera y salí corriendo de ahí, ignorando sus gritos y los de mamá, cuando abrí la puerta Leon estaba del otro lado.

Lo que me faltaba. No había hablado con él desde el día que nos besamos, sí, estaba haciéndole caso a mi hermana y lo ignoraba, pese a que sus mensajes y llamadas eran constantes.

—¿Tú que haces aquí?— me limpié las lágrimas para que no me preguntara por eso. Leon no dijo nada y me tomó de la mano, jalándome hacia fuera de la casa. —¡Déjame en paz!— grité intentando zafar su agarre.

Ya veo porque tu novio se buscó otra. Esas palabras no salían de mi mente y me enfermaba solo de recordarlas.

—¡Es lo que voy a hacer!— me gritó de vuelta.

—¡Entonces para qué vienes a buscarme!

—Ya no soporto más estar detrás de ti, eres un jodido dilema todo el tiempo y solo logras confundirme, un día me besas y al otro me ignoras, te pido y te ruego que volvamos y no te importa una mierda, ¡pero luego soy yo el hijo de puta!— gritó. Su cara estaba roja y parecía que las venas del cuello se le iban a estallar.

—No te pedí que hagas nada de eso.— murmuré y desvíe la mirada por unos segundos.

—¡Lo sé! Soy un imbécil que prefiere seguir detrás de una chica que no confía en él porque prefiere creerle a los medios sobre algo que por supuesto no hice.

Justo en ese momento Alexandra pasó por mi lado, sin embargo no le presté atención no podía teniendo a Leon en frente.

—¡Déjame tranquila! No estoy de humor para otra discusión.— murmuré ignorando el hecho de que quería largarme a llorar ahí mismo.

—Claro que te voy a dejar tranquila, porque te prometo Erin Keller que no te voy a buscar nunca más, estoy jodidamente harto de ti y de tu comportamiento insoportable.

—¡Bien, hazlo, no me importa!

—¡Por supuesto que no te importa! Solo aléjate de mí y lo que me rodea.— me dio una última mirada, luego subió a su auto que estaba estacionado en la entrada, lo encendió y arrancó lo más rápido que pudo.

Me quedé viendo como se iba, corriendo salí a buscar un taxi para salir de este lugar al que llamaba hogar.

WE BELONG | Leon Goretzka Where stories live. Discover now