[Mi complemento] ~Higuel~ ♥️🇯🇵🇲🇽

Cap.15.1 Pesadilla

De nuevo, el mismo niño cuyo rostro aún no podía ver, estaba en su casa, la casa de Miguel, traían ambos el uniforme del colegio, estaban resolviendo multiplicaciones y divisiones con punto decimal en su cuaderno, al parecer estaban haciendo su tarea juntos.

~¿cómo es que distingo eso, pero no puedo ver su cara?~

A la izquierda de Miguel, había otro cuaderno, pero ninguno de los dos parecía estar usándolo…

(…)

— ¡corre!— finalmente pudo oír la voz del niño con claridad. Pero nuevamente el rostro del chico seguía siendo una incógnita, aquel niño lo sostenía fuertemente de la muñeca mientras lo llevaba corriendo a través de las calles de santa Cecilia, ¿de qué estaban corriendo? Otra incógnita más. Sólo podía sentir el miedo correr por su cuerpo y su respiración agitada, así como su inquietud por correr por la calle en la noche. Además de que, a un lado de ellos, había una niña de cabello no muy largo, recogido en dos bonitas coletas, que era casi del mismo tamaño (y tal vez edad) que ellos dos, una niña a quien tampoco conocía, pero al igual que el niño, se le era bastante familiar…

~creo que esto está tomando forma… ¡¿hace cuanto tiempo pasó esto?! No entiendo nada, ¿¡qué está pasando?!~

De pronto el niño paró en seco, provocando que Miguel chocara con él, confundido miró a su alrededor, estaban en una calle solitaria, los postes de luz apenas irradiaban un pequeño destello mermando así la visibilidad, la niebla comenzó a cubrirlos, aterrando al moreno, de un momento a otro el chico de cabellos rojos soltó su mano mirando al suelo.

—no te preocupes…— murmuró el niño— Alix y yo te protegeremos…

~¿¡Alix?! ¿¡protegerme?! ¿¡de qué?!~

Aterrado y al borde de la desesperación Miguel tomó por los hombros a ambos niños (sabiendo ahora que en el caso de la niña se trataba de su amiga, o al menos se parecía a ella) y los miró con miedo.

— ¿¡protegerme de qué?!— dijo. A lo que los niños finalmente lo miraron a la cara. Algo que no le agradó al moreno.

Ambos niños tenían una expresión aterradora en sus caras, con los ojos desorbitados y lágrimas negras cayendo con rapidez, las pupilas brillaban como cuatro puntos dorados en la obscuridad, Miguel asustado comenzó a retroceder al ver esa escena.

— ya de nada Miguel, ahora ya es tarde…— dijeron ambos al mismo tiempo antes de que la niebla los cubriera por completo. Después de eso todo quedó en silencio. Miguel se quedó allí hiperventilando de miedo, esperando y esperando, esperando que todo fuera una pesadilla…

Miró a todos lados buscando entre la niebla una ruta de escape, comenzó a temblar, y a desesperarse.

Cuando de pronto alguien le tocó el hombro, Miguel dió un respingo mientras se volteaba involuntariamente.

No había nadie.

Repentinamente la niebla comenzó a disiparse.

A lo lejos se podía ver a dos bultos que parecían ser dos cuerpos tirados en el piso. Miguel alarmado se acercó entre escalofríos, y lentamente fue a investigar.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, de nuevo, la imagen que vió no le gustó.

Ahora, el par de niños con los que había interactuado antes yacían inertes en el piso, con los ojos cerrados, como si estuvieran dormidos, sin embargo no parecían respirar. Además de que no estaban en las mejores condiciones.