La próxima semana. Una semana para inventar una excusa en caso Xiao Zhan aún estuviera en la casa y no viajara de regreso a su planeta o una semana para que todo volviera a la normalidad.

Terminó la manzana y lavó sus manos, se preguntaba cuándo el alienígena se iría, pero no porqué quisiese que así fuera, sino porque se estaba resignando a la idea de que Xiao Zhan tenía que irse en algún momento.

Se giró para salir de la cocina pero entonces se encontró con el susodicho de sus pensamientos. Estaba en la entrada de la cocina, su cabello húmedo cayendo por sus hombros y espalda, llevaba puesto una camiseta suelta con unos pantalones negros de buzo. Su mirada fija en el suelo y se mordía el labio inferior, Yibo podía decir que lucía como si hubiera hecho algo malo y se sentía culpable por ello.

— ¿Xiao Zhan? ¿Estás b...? —Yibo se interrumpió en sus palabras al ver a Xiao Zhan alzar la mirada. No se encontró con los ya acostumbrado, ojos grandes brilloso. En su lugar, vio grandes ojos oscuros. totalmente negros. Que miraban fijamente los suyos.

Yibo suspiró de sorpresa y miedo. El rostro de Xiao Zhan era inexpresivo y lo confundió aún más cuando el alienígena sacó su lengua bífida y se lamió los labios como si en frente de él estuviera su presa.

Tragó pesado haciendo que su manzana de Adam subiera y bajara en su garganta. Esto no era bueno, retrocedió hasta que su cuerpo tocara la parte baja del repostero de su cocina, vio de reojo a ambos lados, planeando en su cabeza formas de escape en caso Xiao Zhan enloqueciera y quisiera hacerle daño.

Xiao Zhan dio un paso e hizo un sonido extraño, parecido a aun gruñido. Todavía estaba en la entrada de la cocina, por lo que Yibo no podía arriesgarse en salir corriendo. ¿Qué demonios estaba pasando?

— ¿Xiao Zhan? —Preguntó una vez más. No quitó su mirada fija del alienígena y con su mano buscó cualquier objeto que pudiera usar como defensa en caso la situación empeore.

Xiao Zhan dio otro paso y unos más hasta estar en frente de la mesa del comedor. El único objeto que lo separaba a él de Yibo. Este ultimo pareció ver una ligera sonrisa en los labios del alienígena antes de que este lanzara la mesa hacia un lado con una mano causando un estruendoso ruido en toda la cocina.

Yibo se sobresaltó y de inmediato usó el primer objeto que su mano encontró para lanzárle al alienígena. Tenía que salir de ahí.

El alienígena esquivó el objeto con facilidad pero fue suficiente para estar distraído y no ver al humano escapar fuera de la cocina.

Sin embargo, Yibo no debió subestimar las habilidades de la criatura, quién de un salto, casi felino lo atrapó hasta tumbarlo al suelo y estar sobre él de horcajadas. Por supuesto, Yibo tampoco era un humano a quién subestimar, era atlético y con la fuerza suficiente para defenderse.

¿Sería lo mismo que con un alienígena?

Yibo tiró al alienígena al suelo con un solo movimiento, ahora era él quién estaba encima sosteniendo los brazos del alienígena con sus manos y presionando sus piernas.

La criatura soltó un gruñido y mostró sus dientes. Yibo encogió el rostro e intentó calmarse.

— ¡Xiao Zhan! ¡Reacciona! —Yibo intentó gritando en el rostro del alienígena pero lo único que ganó fue un gruñido por parte de este. Fue entonces que sintió un fuerte rasguño en su brazo, y gritó de dolor al sentir un ardor insoportable. No era un simple rasguño.

De las uñas de Xiao Zhan emanó un líquido que fácilmente penetró la herida causada por el rasguño. Yibo podía sentirlo, podía sentir ese líquido recorrer por su sangre y dolía. Rápidamente, ya no podía sentir su extremidad y fue en ese momento que la criatura tomó ventaja de la debilidad del humano. Y Yibo estaba en el suelo nuevamente intentando hacer reaccionar su brazo, pero simplemente no respondía y eso lo estaba desesperando.

El alienígena estaba sobre él nuevamente, a pesar que Yibo intentó defenderse con una sola mano le fue imposible y aunque tuvo la oportunidad de hacerle daño a Xiao Zhan hace solo unos segundos atrás no lo hizo. No quería hacerlo.

Entonces vio a la criatura inclinarse hacia él. Mirándolo con sus ojos completamente oscuros.

El pecho de Yibo subía y bajaba por la respiración, tenía miedo, estaba asustado y sabía que era su culpa.

Fue entonces que vio a la criatura sacar su lengua y empezó a lamerle la quijada, Yibo movió su rostro a un lado.

—Xiao Zhan, detente —Yibo pidió intentando mantener su voz firme, teniendo la mínima esperanza que el alienígena pudiera hacerle caso y volver en sí. —Por favor...

La criatura parecía no escuchar las súplicas del chico debajo de él y a los segundos siguientes introdujo su lengua en la boca del humano haciendo que este hiciera un sonido ahogado y abriera los ojos de sobremanera.

el alienígena no quitaba su mirada fija de Yibo mientras sus bocas estaban conectadas y pronto, de un zarpazo, la criatura desgarró la camiseta del humano haciendo que este gimoteara en su boca.

Aunque Yibo quería soltarse, sus esfuerzos eran vanos, tenían un brazo adormecido y su cuerpo estaba atrapado debajo de Xiao Zhan. Además su boca parecía estar pegada a la del alienígena de algún modo. Ahora, su camiseta era un desastre y... ¡a la mierda su camiseta! Su vida estaba en peligro y no había nadie que pudiera ayudarlo.

El alienígena soltó la boca del humano y de un segundo zarpazo arrancó la tela que cubría el torso de Yibo.

Esto estaba yendo muy lejos, Yibo no tenía idea de que lo pasaba en la cabeza del alienígena pero tenía que detenerlo ahora. Usó su brazo que no estaba adormecido y empujó a la criatura, a la vez que usó sus piernas para alejarlo. No podía moverse más, su otro brazo estaba inútil y le pesaba.

— ¡No te atrevas acercarte! —Yibo gritó molestó y con la respiración entrecortada, tenía que salir de ahí y pronto.

La criatura gateó hacia él, no para intimidarlo si no para... ¿seducirlo?

Yibo meneó la cabeza, debía dejar de pensar en cosas como esa ¡Por Dios, estaba en peligro!

Retrocedió, aún en el suelo y tragó pesado sin dejar de mirar a la criatura que gateaba y se acercaba hacia él de manera lenta y coqueta, como si fuera un felino.

Fue entonces que Xiao Zhan llegó hasta Yibo y alargo su mano. Yibo abrió los ojos, estupefacto y miró la mano extendida del alienígena y el rostro de este.

Entonces Yibo recordó algo:

"—Por cierto... ¿Por qué te alterabas tanto cuando estrechaba mi mano? ¿Tiene algún mal significado en tu planeta?

—Oh...eso —Xiao Zhan sonrió cabizbajo — Es una señal de apareamiento. Es lo que usualmente se hace antes del apareamiento. "

Yibo abrió la boca ligeramente y negó incrédulo con la cabeza. Esa era una señal de apareamiento. Xiao Zhan quería aparearse con él. Copular con él.

¿Qué mierda...?

Yibo soltó una risa, no era algo gracioso, de hecho no le hacía gracia. Reía por nervios, de la situación tan insólita que estaba viviendo. No podía responder a ello, por supuesto que no. Aunque en algún momento, por más desquiciado que parezca, había pasado por su mente.

Negó con la cabeza y el alienígena ladeó la cabeza sin comprender, aún con la mano suspendida en el aire.

¿Ahora cómo se supone que le negaría eso? ¿acaso un "no" no era suficiente? Al parecer no.

Yibo estaba aún en el suelo y cerca de él estaba el tazón de agua de Hada, que extrañamente no había bebido ese día. Con un movimiento rápido, Yibo agarró el tazón de agua con su mano útil y vació el líquido sobre el rostro de la criatura esperando que eso diera resultado...de lo que sea.

Xiao Zhan retrocedió y se tapó el rostro inmediatamente haciendo un sonido de molestia, a los segundo que todavía se cubría el rostro, pero esta vez, su cuerpo temblaba y entonces Yibo ya no escuchaba gruñidos, sino más bien un sollozo.

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