uno | MICAELA STONE.

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El comienzo del final.

Mañana del 16 de Septiembre, 2019.

"Micaela Stone es una cerda"

Leer los mensajes que acostumbraban a dejar en las puertas del baño era sin duda alguna mi pasatiempo favorito. Aunque la mayoría de las cosas escritas llevaban mi nombre, un chisme que otro siempre estaba. Vamos, el día anterior me entere que la profesora de matemáticas se follaba al profesor de historia.

Salí de el cubículo y cerré la puerta detrás de mí, lave mis manos rápidamente antes que alguien entrara. No entraría a clases, tocaba historia y no podía ver al profesor de la misma manera después de leer aquel chisme.

Emprendí mi camino al patio-comedor. La academia no era gigante, tampoco era pequeña, contaba con el tamaño perfecto para la cantidad de alumnos que estudiaban en ella. Me senté en una de las mesas que se encontraban más alejadas del resto. Llamaría menos la atención y no me joderían la vida.

El timbre sonó por toda la escuela indicando el primer recreo. Los alumnos comenzaron a salir, reían y uno que otro gritaba, los mayores molestaban a los pequeños con comentarios de muy mal gusto y después seguían su vida.

Inés Petrov se acercó sonriendo a mí, era un año menor. Solía usar camisas tallas más grandes, llevaba siempre sudaderas tapando sus finos brazos. Inés era amable con todos, siempre me saludaba aunque yo intentará alejarla de mí.

—Mica, hoy traje ensalada de atún, pensé que querías probar un poco —habló Inés.

Negué lentamente indicándole que no me apetecía su ensalada. Inés se sentó frente a mi, y empezó a comer. No la mire mientras comía, me dedique a observar a todos en el patio, sus comportamientos y actitudes. A lo lejos, una chica rubia se acercaba a mi mesa con su grupo de amigos.

—Inés, no es por ser grosera, pero creó que es mejor que te retires antes que suceda algo —le dije a la menor, quien volteo y recogió todas sus cosas con velocidad.

La rubia, mejor conocida como Katia Hall, se ubicó en mi mesa, sentándose al lado lado de mi, dejando que sus otros tres compañeros ocuparan las sillas restantes.

Era normal que en todos los recreos molestaran a alguien al punto de verlo llorar, o incluso a retirarse de la academia antes de finalizar las clases. Katia Hall tenía a los chicos comiendo de su mano, también a las chicas. Tenía el mejor cuerpo de toda la academia, confirmado por una encuesta realizada hace un mes atrás.

Al frente de mi, Tomás Beck sostenía una carta de color verde marino.

—Estas invitada hoy a mi casa, haremos una fiesta —dijo Katia.

—Puedes traer tu propio balde, por si comes algo y te apetece vomitarlo después —le acompaño Tomás, a lo que todos respondieron riendo.

Rodé mis ojos por su comentario. Tomás no era más que un niño necesitado, ridículo y conocido por sus comentarios de mal gusto.

—Lo pensaré —dije tomando la carta.

«Mi peor error fue pensarme la invitación»

—Esperamos que puedas asistir, Mica.

«No, ustedes esperaban otra cosa»

Se levantaron de la mesa para dirigirse a otra más lejos. Solté un suspiro, me alegraba que ya no ocuparan mi mesa. En una de las mesas, observé a Inés Petrov, como ya había dicho ella era un año menor que yo. Igual estábamos en el mismo curso. Los padres de Inés se equivocaron al inscribirla y la adelantaron un año, reí al recordar cuando me contó el suceso.

Tome los audífonos que guardaba en el bolsillo derecho de mi pantalón y los conecte a mi celular. Busque mi lista de reproducción favorita, She Looks So Perfect de 5 seconds of Summer empezó a sonar.

Tome la capucha de mi sudadera y la acomode en mi cabeza para recostarme en la mesa mientras dejaba sonar la música a todo volumen.

Un golpe fuerte resonó en la mesa, la profesora de matemáticas se encontraba a mi lado junto con el director. Vaya, me había quedado dormida. Retire los audífonos de mis orejas y toque el botón de pausar en mi celular para escucharlos.

—Tiene más de veinte faltas sin justificación, señorita Stone —habló miss folla profesores de historia.

—Que bueno, ahora será veintiún faltas —contesté.

El director traía mi mochila en sus manos, la había olvidado en la primera clase, como siempre. Coloco esta en la mesa y me sonrió amablemente.

—Puedes irte a casa, Mica. Pero, por favor, que esto no se repita.

«No se volvió a repetir, director»

—Gracias director, gracias miss.

Les regale una sonrisa a ambos tomando mis cosas para dirigirme a la salida de la academia, tome el camino largo a la parada de autobús, me pensé muy bien el ir a la fiesta de Katia o no.

Jamás me invito a una fiesta, mucho menos en su casa. Realizaban una todos los fines de semana al terminar la escuela. Era lunes por la mañana, y no era normal organizar una fiesta, al menos no ese día.

Dentro del autobús, dedique tiempo a ver Instagram. Todos subían historias preguntado quien asistiría a dicha fiesta, traía mucha polémica al ser organizada un lunes. Guarde mi celular, llegue a mi parada y me adentré en mi casa.

Decidí asistir.

«No fue la mejor decisión que tome»

Iba a ir a una fiesta.

«Debí cuidarme más»

Sonreí, estaba muy feliz.

«Jamás me vi tan feliz»

Me aceptaron, con mi feo cuerpo, con mi cara no bonita. Ellos decidieron invitarme a una fiesta y aceptarme.

«No lo hicieron»

—¡Mamá, me han invitado hoy a una fiesta, mamá!

Oh cariño, jamás te he visto tan feliz.

—Oh cariño, jamás te he visto tan feliz

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THEY ARE NOT PERFECTWhere stories live. Discover now