4

23 13 0
                                    

Volteé al reloj por tercera vez en los últimos dos minutos, eran las seis y algo. Debería empezar a relajarme y dejar de pensar que me dejará plantada. Ella no es así.

Bueno, no he hablado mucho con ella pero dejarme plantada la haría ver mal y su padre no lo permitiría. Era bastante irritante a decir verdad, que no puedas hacer lo que se te da la gana por culpa de tu posición social, la cual no escogiste, a de ser bastante jodido.

Miré por última vez mientras jugaba con mis pulgares y respiraba profundo.
Antes de que permitiera a mis ojos aguarse escuché a un carro acercarse, lo mire en efecto era ella.

-Hola, niña. Ven súbete -escuché como me gritaba mientras salía de mi casa.

Subí al auto, asiento frontal, cinturón puesto, estábamos bien. Volteé para ver su rostro, ahí estaba su sonrisa. Sin quererlo, yo también sonreí, nos quedamos unos minutos sonriéndonos como dos idiotas, pero podía decir que ella era la idiota más hermosa de todas.

-Ven acá tonta, llevo rato queriendo abrazarte -estas cuatro últimas palabras llenaron mi corazón. Sentí sus brazos rodear mi cuerpo. Enterré mi rostro en su pecho mientras su aroma a rosas inundaba mis fosas nasales. Y estaba bien con ello.

Correspondí su abrazo, podía sentir su sonrisa en mi hombro. Era gracioso


como nos conocíamos tanto y tan poco a la vez.

-¿Estas bien linda? ¿Qué tal tus alucinaciones? ¿Haz podido controlarlas un poco, darte cuenta que no son reales? -cada pregunta me dejaba aturdida, por


que realmente no lo sabía. No tenía ni idea de ello. Por un lado, el medicamento me estaba ayudando bastante. También mi madre me ha ayudado a darme cuenta


de que mis alucinaciones no son reales. Pero siempre aparecen, de una forma u otra, y ya me tenía bastante harta.

-No sé como contestar esa pregunta, dejémoslo en que puedo identificar más cuando tengo alucinaciones -me separé de su pecho para volver a verla, ella asintió con una media sonrisa en su rostro.

Ella comenzó a conducir con calma. Sin darme cuenta, tomé su mano


desocupada, me sentía tan bien en este momento. Volví mis ojos al cielo, nubes persiguiéndose para dejar de lado su soledad. Veía como las que se juntaban rompían en llanto.

Era extraño ya que la mitad del cielo estaba totalmente nublado, nubes juntándose para empezar a llorar. Pero la otra mitad, era soleada, las nubes estaban despejadas y se sentía cálido, se sentía bien. Ambas mitades lo hacían.

Elle se dirigió por el camino soleado, nos acercábamos a una casa de tres pisos. Supuse que era una de las suyas.

-Nos quedaremos en esta por ahora, mi madre dijo que quiere que todo este perfecto e impecable cuando llegues, es muy perfeccionista.

-Bien ¿De quién es? Si se puede saber claro -ella sólo respondió con una


pequeña risa y un "Es mía". No sabía por que me había sorprendido, era algo de esperarse -¿Sin adultos, padres o psicólogos?.

-No, nada de eso. Es sólo mía. Pero casi no vengo para acá, me da miedo la


soledad. O lo que hay en ella. Me siento mejor estando con alguien -volteó a


mirarme con una sonrisa, me miró de arriba a abajo para proceder a relamerse los labios con rapidez. Apartó la mirada mientras suspiraba y quitaba su cinturón de seguridad.

-¿La quieres ver? tengo pececitos -su sonrisa volvió a su cara cuando asentí.


Se le escapó una risita antes de salir del auto. Se dirigió a mi puerta y la abrió


suavemente para ayudarme a salir. Mientras más nos acercábamos a esta casa, más grande se veía, sentía que de por si me perdía.

-Y ¿Tienes pareja? -Elle quedó en silencio un momento por lo cual apreté mis ojos con fuerza ¿Por qué debía ser tan entrometida?

-No -mis ojos se abrieron de repente -y por tu expresión sé que te sorprende pero, no creo que alguien en mi vida de esa forma sea conveniente ahora mismo.

Yo asentí con bajos ánimos. No era como que ella tendría algo conmigo tampoco, pero dolió de cierta manera saber que ni siquiera se interesa en estar con alguien.

-¿Y tu? -Conecte mi mirada con la suya mientras suspiraba.

-Tampoco. Quiero estar con alguien, pero no se podría. No le gusto y tampoco quiere algo con alguien -ella asintió dándome a entender que comprendía. Nos quedamos en silencio mientras caminábamos. Pensé que hasta ahí había llegado esa conversación hasta que Elle volvió a hablar.

-De cierta manera le comprendo, y esta bien que no te guste alguien. Pero hey, eres increíble ¿Quién no quisiera estar contigo? -sonreí con timidez por intentar esconder una carcajada -¿Qué te parece tan irónico? -yo negué con la cabeza varias veces tratando de convencerla mientras seguía intentando esconder mi risa.

-Tu también eres increíble Elle, realmente lo eres -ella me sonrió para tomar mi mano y correr hacía uno de los jardines de la casa. Nos paramos en frente de una fuente, era bastante linda.

-Quítate la ropa -quedé impactada ante su pedido ¿Qué estaba pasando? -quítatela, dudo que quieras llegar toda mojada a casa de mis padres -su


pequeña sonrisa no me dejaba saber si hablaba con doble sentido o no.

-¿Qué tendría que ver? -Elle se acercó más a la fuente de agua -Elle ¿Qué haces?

-Esto -recogió agua con sus manos y las cerró para evitar que se escurriera


para luego tirármela encima. Ella empezó a reír sin control alguno mientras mi rostro mostraba indignación -princesa te dije que te la quitarás -Corrí hacía la


fuente para repetir su acción pero en ella.

Para cuando habíamos acabado ya eran las siete treinta y estábamos totalmente mojadas. Ella me dió una toalla mientras subía hacia la habitación en la segunda planta.

-Ven, te prestare ropa. Te quedará bien, tranquila. A ti todo te queda de lo mejor.

-Sonreí y la seguí hasta la habitación, me prestó algo de ropa y tomó algunas para ella

-¿No te molesta que me cambie aquí, contigo? -yo negué con


tranquilidad.

No podía concentrarme siquiera en lo que me había dado para vestirme. Apartaba mi mirada varias veces para darle su privacidad. Pero cuando ella empezó a verme también mientras sonreía me hizo sentir de otra manera.
Carajo, la tensión en este cuarto se hacía cada vez mayor.

Me cambié con rapidez para poder salir de ahí y borrar todo pensamiento en el que yo haría algo más con Elle, no quería verla así.

Escuché sus pasos desde la planta alta. La esperaba en un mueble de aquellos. Había tantos que no podía decir un número exacto. Exceptuando lo último que había pasado y la tensión que hubo, pasamos la tarde realmente bien. Se sentía la forma más relajada y feliz de tener una realmente.

-Ya esta todo listo bonita, nos vamos -asentí para pararme del mueble e ir


hacia la puerta sin saber el desastre que pasaría minutos después.

RideWhere stories live. Discover now